Por sus condiciones de humedad y los restos de alimentos que quedan adheridos en su superficie, tanto las esponjas como los trapos son un medio perfecto para el crecimiento de bacterias, hongos y otros patógenos difíciles de eliminar.

Usarlos así puede convertirlos en agentes de diseminación de microorganismos. Para evitarlo, hay que mantenerlos bien limpios y tener algunos cuidados:

* El lavado solo con agua y jabón no es eficaz. Lo mejor es desinfectar esponjas y trapos de cocina frecuentemente.

* Calentar las esponjas en el microondas durante dos minutos a potencia máxima es el método más eficaz para eliminar bacterias y mohos, según un estudio realizado por expertos del Servicio de Investigaciones Agrícolas estadounidense (ARS). Hay que llenar un bol, apto para microondas, con media taza de agua fresca y colocar la esparadrapo en este recipiente.

* Utilizar un sistema de rotación con dos esponjas. Tener una limpia, seca y lista para usar, mientras se lava la otra.

* Retirar los restos de partículas de comida que puedan haber quedado adheridos en su superficie.

* Mantener la esponja seca, cuando no se use. Así se evita la proliferación de bacterias.

* Limpiar la grasa de las carnes del sartén con papel de cocina desechable, en lugar de usar la esponja.

HIGIENE COMPLETA

Limpieza y desinfección no significa lo mismo. Con la primera se eliminan los gérmenes de las superficies, mientras que con la segunda se los destruye por completo.

La fórmula más eficaz para detener la propagación de gérmenes en la cocina es limpiar y desinfectar, de manera regular, las superficies a las cuáles no se les presta mucha atención, como la puerta de la heladera o los grifos de agua potable.