Beneficios de la miel Hidratación y elasticidad
La miel se ha utilizado durante siglos en la belleza femenina; siendo empleada por Popea, la esposa del emperador romano Nerón, para dejar su rostro más terso y joven, y por Ana de Inglaterra para conseguir un cabello brillante, gracias a sus propiedades acondicionadoras e hidratantes.
Sus propiedades más importantes para la cosmética son la nutrición e hidratación de la piel, ya que aplicada en forma de mas- carilla aporta suavidad y frescor, reduce las arrugas y la sequedad en aquellas dermis que la padezcan.
Además, su propiedad hidrófila hace que este producto absorba las secreciones de la piel actuando como desinfectante.
También posee otros beneficios, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y bactericidas, las cuales convierten a la miel en un excelente cicatrizante y un estupendo nutriente de la dermis y de los nervios subcutáneos.
Sus cualidades humectantes hacen que sea utilizada en diversos tratamientos dérmicos, sobre todo, en la actualidad en que las agresiones externas son diarias y provocan el envejecimiento prematuro, con la aparición de sequedad.
Cuando la piel está dañada, la aplicación de miel hace que se mantenga hidratada en profundidad; por esta razón, se la emplea para elaborar cosméticos destinados al cuidado del rostro y el cabello.
Además de estas propiedades humectantes, se la utiliza como limpiador y regenerador facial, gracias a su poder antioxidante.
En los tratamientos contra el acné se apro- vecha sus beneficios antibacterianos, antisépticos y desinfectantes.
También es recomendada para tratar el agotamiento físico y mental, incluso para tratar los estados de ansiedad y nerviosismo, porque la glucosa que contiene la miel es un nutriente fundamental para las neuronas y para las células musculares.