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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 16:15

Lecturas sutiles ¿Cómo evitamos que nuestros hijos sean seducidos a abandonar el hogar en la adolescencia

Lecturas sutiles ¿Cómo evitamos que nuestros hijos sean seducidos a abandonar el hogar en la adolescencia

Niños deseados, respetados, de paz y con valores sólidos en su crianza tienen menores probabilidades de abandonar el hogar cuando son adolescentes, pareciera que esa es la vacuna para evitar exponerlos a la trata de menores.

Es que:

1) Un niño deseado siente que fue esperado, es mimado, acompañado (aún cuando sus personas más importantes estén 8 horas al día fuera de casa), es un niño que se siente querido, por lo tanto también quiere y expresa su amor, es seguro en sus actos y grato. En tanto que un niño no deseado, vive abandono (sin importar las horas que sus personas importantes estén en casa) y el contacto es para realizar las obligaciones escolares o de la casa, vive reproche, no es defendido cuando tiene problemas, más bien es culpado.

2) Un niño respetado experimenta respeto a sus comentarios, a sus juegos, a su espacio, a sus elecciones de ropa, películas, etc. En consecuencia, este niño respeta a todo su entorno, porque tiene mejor capacidad de reflexión y de convivencia. En tanto, un niño irrespetado, es aquel que vive desprecio, sea a través de la sorna, de la no escucha, de la imposición de los juegos, juguetes, vestimenta, etc.

3) Un niño de paz vive paz, vive diálogo, experimenta discusión sana, conversación, es un niño acompañado, sabe y solo conoce que el diálogo es el único instrumento para resolver las dificultades, por lo tanto utiliza más la razón que la emoción para toda circunstancia y en el tiempo es una persona sabia, exitosa. En tanto que, un niño de violencia vive violencia, se impone por la fuerza, usa la emoción – a través de la palabra, el grito y/o el golpe- como manera de lograr sus objetivos, se impone. Es que vive violencia en casa, vive agresión de palabra y/o de acto, el insulto y desprecio es de todos los días. Así como le imponen todo a la fuerza, esta también se impone en sus juegos y en sus relaciones. Es parte del grupo de niños que hará bullying. No conoce otra manera de resolver las dificultades porque se está criando en frustración.

4) Un niño con normas vive seguro, sabe qué está bien y qué no, ya que sabe que esa es su ropa, esa es su cama, esa es su taza, esa es su mochila, esa es su mamá, ese es su papá, ese es su juguete. La certeza de ser criado con las reglas claras, las que son practicadas de manera permanente en casa, le permiten ser respetuoso consigo mismo, con su entorno y le permite crear relaciones respetuosas. En tanto que un niño sin normas, sin reglas vive caos y desorden porque experimenta inseguridad y miedo. Continuamente le están cambiando de reglas, de objetos, de personas, y esta experiencia es muy común cuando hay separación de pareja y por distintas razones no hay acuerdos de continuidad de crianza, al menos en las cosas más simples, como lavarse los dientes, hacer tareas, horas de comida, etc.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario sobre la columna, contactarse con Claudia Méndez Del Carpio al correo [email protected] Visítanos en Facebook: LECTURAS SUTILES