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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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21 DE JUNIO. DESDE EL ORIGEN DEL HOMBRE, LAS CULTURAS ALREDEDOR DEL MUNDO CREARON UN FUERTE VÍNCULO CON EL ASTRO SOLAR, TANTO QUE -EN EL NUEVO CONTINENTE Y AMÉRICA-, ESTA FECHA SE RECUERDA CON VARIOS RITOS.

Ciencia y simbolismo. El retorno de la energía del sol

Ciencia y simbolismo. El retorno de la energía del sol





Este miércoles 21, en la madrugada, se celebra el solsticio de invierno, es decir, la llegada oficial de esta estación; una fecha que se celebra hace cientos de años atrás. Los antiguos indígenas, agricultores del altiplano andino, observaban mucho los diversos fenómenos astronómicos antes de iniciar las diversas faenas agrícolas y ganaderas, como siembras, cosechas y esquilas a los camélidos.

La ciencia determina que el día del solsticio el sol atraviesa por uno de los puntos de la eclíptica de su rotación más alejado del ecuador y donde se da la máxima diferencia de duración entre el día y la noche. Esta es la razón por la cual se tiene la ilusión de estar viviendo una de las noches más cortas y frías del año; pero al margen de aquello, esta fecha, sobre todo este momento, está cargada de fuertes energías astrales y que todos las esperan para renovarlas.

Pero mientras el sur se resguarda del frío, el hemisferio norte recibe oficialmente la llegada del verano, experimentando el día más largo de su calendario y paradójicamente, aunque en este momento del año el planeta se encuentra muy alejado del sol, la inclinación de la Tierra propicia que los rayos solares lleguen con más intensidad al norte, que disfruta un clima caluroso.

¿Qué son los solsticios?

Son los dos momentos del año en los que el sol alcanza su mayor o menor altura visible en el cielo (por la distancia entre la Tierra y el Sol), por lo que la duración del día o de la noche son las máximas del año.

El 21 de junio se produce el solsticio de invierno en el hemisferio sur y de verano en el norte (cálculos astronómicos exactos pueden hacerlo variar por un día), marcando el inicio del invierno y del verano en cada hemisferio.

La palabra solsticio proviene del latín solstitium (sol sistere) que significa “Sol quieto” y su interpretación ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y renacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones.

Aunque en teoría este solsticio solo dura un instante, este término se usa normalmente para referirse a las 24 horas del día en que tiene lugar. El solsticio de invierno era inmensamente importante porque las comunidades iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno.

En nuestra cultura esta fecha coin- cide con el año nuevo aymara que comienza el 21 de junio, con el solsticio de invierno y con el inicio de un nuevo ciclo agrícola (nueva época de siembra). Este es el momento elegido para la celebración del Año Nuevo Andino, los amautas “sacerdotes andinos” han encontrado el punto clave para que retorne el reordenamiento de la tierra.

HEMISFERIO SUr

SOLsticio de invierno

Para entender la simbología que acompaña las celebraciones que suceden en el hemisferio sur del solsticio invernal, es necesario remitirse a las primeras culturas que estudiaron los cielos y la relación que establecieron entre los astros y el funcionamiento de la vida en la tierra.

El solsticio de invierno, momento en el que el sol está más alejado de la tierra, marcará para los indios aymaras el comienzo de un nuevo año, que en este 2017 (del calendario gregoriano), llega a ser el 5.525 para las culturas andinas amazónicas.

Esa madrugada cerca de un millar de aymaras asistirá a la celebración del año nuevo. La tradición señala que los primeros rayos del sol, cerca de las 06:00 hora local (10:00 GMT), fecundan la tierra en el inicio de un nuevo año agrícola para los aymaras que repiten simultáneamente el rito de Tiwanaku en las ruinas arqueológicas donde practican el intiwatana.

Aunque el significado exacto de la palabra aún se discute, se refiere principalmente a dos elementos: por un lado, la fiesta, el ritual, de recibir al sol en el nuevo ciclo, y por otro, a la estructura arquitectónica que los rayos solares atraviesan en la mañana del 21 de junio, a la manera de un reloj que ata el sol, para que no se vaya.

Según algunos antropólogos bolivianos, el sentido del rito es asegurar la reproducción de la vida con las bendiciones del sol para la siembra y la cosecha y, aunque se realiza desde la década de los años 80 en la ciudad de Tiwanaku, rememora antiguas prácticas de las comunidades aymaras.

HEMISFERIO NORTE

SOLsticio de verano

Según el calendario gregoriano, el solsticio de verano se presenta entre el 20 y el 23 de junio de cada año, en el hemisferio norte, y entre el 20 y el 22 de diciembre, en el hemisferio sur.

El día del solsticio de verano tiene el mayor período de luz del día; la excepción son las regiones polares. Al igual que los habitantes del sur, los del norte también tomaban muy en cuenta el solsticio de junio porque les avisaba que sus cosechas habían llegado a su punto culminante.

En un artículo de National Geographic, se da cuenta de cómo este fenómeno –tan importante en el pasado– ha perdido relevancia en este hemisferio, donde ya solo los agricultores le prestan atención, porque se inició otro tipo de modo de vida y producción.

Sin embargo, este día aún es reverenciado culturalmente por la creencia de que, tomando en cuenta que el sol brilla por más tiempo, las fuerzas de la oscuridad se encuentran en su nivel más bajo, es momento de recargar energías positivas con las manos hacia el sol.

lugares para recibir

el Año Nuevo Andino

Se trata de una fecha singular que tiene una alta carga de ritual, por un lado astronómico y por otro simbólico. Se trata de una tradición heredada por nuestros ancestros.

En todo el país se preparan varias celebraciones especiales, con la presencia de los amautas, sacerdotes andinos, quienes dirigen los rituales de q‘oas y sacrificios de llamas. En cada provincia se eligen sitios ancestrales y serranías simbólicas para recibir el amanecer.

Las qollqas (silos incaicos) en Quillacollo, el cerro San Pedro en la ciudad de Cochabamba, Totora Ichu Apacheta en Tiquipaya, el cerro de Cotapachi en Colcapirhua, Kori Huma en Sacaba, Kala Trancani en Vinto, las ruinas en Incallajta en Pocona, Inca Rakay en Sipe Sipe, Aranjuez en Arbieto, Tola Jara en Anzaldo, Poco Taita en Capinota, Laca Tambo en Mizque, Tuti en Cliza, Colque Rancho en Punata, Tunturi en Totora y Nuño Orko en Vacas son los lugares en los que los habitantes de Cochabamba podrán recibir el Año Nuevo Andino 5525 o el Intiwatana.

Es así como los primeros rayos del sol llenarán de energía para una renovación espiritual; además de la purificación y fertilización de la tierra, por lo menos un año más.