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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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APASIONADOS POR SUS PASATIEMPOS

La otra faceta de tres médicos

La otra faceta de tres médicos



Nuevas facetas de médicos. Edwin Veizaga, Joaquín López Arana y Teresa Espinoza son tres destacados profesionales del medio que dedican su tiempo libre en actividades que llenan de alegría sus vidas.

Los viveros, los jardines, una cabaña y la cocina son los espacios donde tres profesionales médicos dedican su tiempo libre con la misma minuciosidad con la que se desenvuelven en sus consultorios o quirófanos. Allí también han cobrado notoriedad como en la medicina.

Se trata de Edwin Veizaga Vargas, Teresa Espinoza y Joaquín López Arana. Los tres tienen en común varias facetas: su profesión, su especialidad y la pasión con que dedican su tiempo libre a sus pasatiempos favoritos.

Los dos primeros estudiaron medicina en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y el último, en la Universidadd de Chile, donde se titularon como médicos generales. Edwin Veizaga realizó su postgrado en México, Teresa Espinoza y Joaquín López Arana, en Brasil. Los tres en Ginecología y Obstetricia.

Ahora trabajan en Cochabamba donde se destacan entre los mejores de su especialidad. Comparten su tiempo entre su consultorio, el quirófano, el cuidado de las plantas, de los animales, la construcción y la gastronomía.

Cada uno tiene su espacio y actividades donde pueden liberar su creatividad y desestresarse de la agitada dinámica laboral que tienen día a día.

UN HOMBRE MULTIFACÉTICO

La medicina es su pasión y le ocupa la mayor parte de su tiempo; lo poco que le queda, lo disfruta al máximo en actividades que llenan su vida y le permiten realizarse como ser humano.

Su cabaña en la Angostura equivale a la Casa de Isla Negra de Pablo Neruda –autor al que admira-. Es su refugio, donde da rienda suelta a su imaginación y a sus sueños.

Joaquín López Arana es un hombre apasionado por la medicina pero también de sus pasatiempos, que no son pocos ni parecidos. Mientras que de lunes a viernes dedica su tiempo al ejercicio de la Ginecología y Obstetricia y a los tratamientos de reproducción asistida, los fines de semana se convierte en constructor, jardinero, cocinero, fotógrafo y otros oficios más.

Y, sin duda, no se puede dejar de mencionar su amor por los animales, especialmente de las aves. Sus 40 gansos que viven cerca al lago, los nueve conejos que están en su casa de las Lomas de Aranjuez (hasta que la conejera esté lista en su cabaña) y Laura, una pequeña lora, quien lo espera en su casa para compartir el almuerzo cada mediodía, son la prueba irrefutable de que López Arana, tiene una debilidad: la crianza y el cuidado de mascotas poco comunes.

Si de algo está orgulloso, es del faro que construyó en el patio de su casa de campo en la Angostura, que se encuentra al inicio de las cabañas Kaluyo.

Tardó más de un año en su edificación y quedó tal cual se lo imaginó, gracias a que tiene “un amigo, un cómplice”, que lo ayuda a hacer realidad sus sueños: Amadeo Condori, su albañil incondicional.

¿Y por qué un faro? Porque da luz, así de simple. Es un homenaje a su bisabuelo Simón López (quien fuera alcalde por dos décadas de Cochabamba e impulsor para que la luz eléctrica llegue a las personas que moraban estas tierras).

Por fuera el faro está revestivo de piedra vista; en su interior resguarda lo más preciado para él, las fotografías de sus antepasados, sus libros de literatura universal y su producción de mermeladas y escabeches.

Quien diría que este hombre de semblante serio, experto en una profesión tan complicada y científica, es un experto en el cultivo de frutillas, moras y picantes.

Y como dice la frase, una cosa trae la otra, después de recoger sus primeras producciones decidió convertirlas en mermeladas y escabeches; claro, con la ayuda de Vicky -su cocinera y también cómplice de sus sueños- y de las recetas familiares que tenía guardadas como recuerdos.

Con gran orgullo, muestra el resultado final, que llevan la marca de la Granja, el nombre de la casa de hacienda de sus abuelos en Yotala, Sucre.

Los pasatiempos de Joaquín López Arana son una verdadera caja de sorpresas que llenan su vida de alegría.

AMOR POR LAS FLORES

Edwin Veizaga se dedica hace seis años al cultivo de cucardas, cuyo nombre científico es el de hibiscos. Su interés por este tipo de flor nació al conocer un vivero en Tiquipaya.

Aprendió las técnicas de reproducción por gajo y semillas. Ha logrado crear cerca de 190 variedades de la especie. Todas son únicas y sus particularidades se encuentran en el tamaño de la flor, en su textura, forma y matices.

Para avanzar en su tarea, Veizaga adquirió gajos y semillas de otros países. Ha realizado muchos cruces para lograr variedades novedosas. Sus ejemplares son demandados internacionalmente, ya que está acreditado ante la Internacional Hibiscos Society.

Entre sus especias registradas están: Bolivian Blue Girl, Bolivian Brown Baby, Bolivian Brown Delight, Bolivian Cherry Dream, Bolivian Cochabamba, Bolivian Cocoa, Bolivian Summer. Si bien todas gozan de su afecto, sus favoritas son Bolivian Eclipse y Valeria Veizaga, la misma que fue nombrada en honor a su hija.

El domicilio de Veizaga, en la zona de Villa Moscú se destaca de las otras viviendas vecinas porque su jardín está lleno de plantas. Su acera está ornamentada por cucardas coloridas que llevan colgados pequeños letreros donde se lee su identificación y su registro.

En los jardines del profesional se lucen las hibiscos en tonos blanco, amarillo, rosado, lila, café, azul, tumbo, naranja y rojo, entre otros. Muchas son de un solo tono y otros colores.

Veizaga tiene instalado en su domicilio un pequeño vivero donde realiza el proceso de germinación. Luego de esta etapa procede al plantado de las especies en pequeños envases de plástico. Una vez que se prenden son transplantados a macetas hasta que florezcan.

Es en ese momento que se aprecia si la tarea fue lograda exitosamente, de acuerdo a las características de la flor. Para iniciar su trabajo se coloca un chaleco especial donde puede cargar sus herramientas.

El botánico cuenta que solo los fines de semana puede dedicarse a su jardín porque su profesión le demanda la mayor parte de su tiempo. Fue perfeccionando el rubro con ayuda de algunos maestros y a través de cursos tutoriales.

En el ámbito profesional, Veizaga expresa su satisfacción porque a lo largo de su carrera trabajó en diferentes instituciones como la Caja Petrolera. Ahora, además de su consultorio privado, es parte del equipo de médicos de la Clínica Los Ángeles.

Deporte y cocina

La cocina y el deporte son los pasatiempos favoritos de Teresa Espinoza. Para la profesional es fundamental mantener la disciplina. Como especialista en climaterio recomienda a las mujeres las sesiones diarias de una hora para mantener el cuerpo saludable.

Además, la cocina es su refugio. Allí da rienda suelta a su creatividad y pone en práctica cualquier receta que se le venga a la mente, ya sea nacional o internacional.

La médico deja su bata blanca por un sencillo mandil que usa cuando se apodera del menaje de cocina y utensilios necesarios para cada una de las comidas que desea cocinar.

Espinoza comenzó su gusto por la cocina después de casarse. Dice que antes no tenía tiempo para hacerlo porque viajaba mucho para continuar su profesionalización como especialista en Ginecología y en otras subespecialidades.

Su lista de platos nacionales favoritos comienza con el pampaku mixto. Asegura que el platillo lo elabora solo en una hora. El secreto de la receta está en los condimentos que utiliza para darle sazón.

Otras de sus ofertas gastronómicas son el puchero, pique macho, pollo a la mantequilla y pato a la naranja.

Espinoza también gusta de la comida internacional: chupin de camarones, fetuccini y paellas, entre otras.

Las habilidades de Espinoza no quedan en la gastronomía, pues es una excelente repostera. Hornea pan, prepara torta tres leches, islas flotantes y otros aperitivos que harían la dieta de cualquiera de sus invitados.

Una actividad especial que realiza es viajar a Santa Cruz. Allí se reúne con sus amigas y se dedica a la cocina, para innovar recetas y combinar nuevos sabores. “Todo es posible”, dice refiriéndose a las recetas que pueden llevarse a la práctica.

Es apasionada por la investigación, y en el campo profesional realizó varias publicaciones especializadas. La última, publicada en Europa, se trata de estudios realizados sobre climaterio en la mujer.