Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 23:39

PROTECCIÓN ANIMAL. EL OSO DE ANTEOJOS ESTABA AL BORDE DE LA MUERTE CUANDO FUE RESCATADO DESPUÉS DE SER VÍCTIMA DE UNA GOLPIZA. UNA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA LE SALVÓ LA VISTA.

La historia de “Ajayu”, el jucumari que lucha por sobrevivir

La historia de “Ajayu”, el jucumari que lucha por sobrevivir



EN ESPERA DE MEJORES DÍAS

SEGUNDA OPORTUNIDAD

“Ajayu”, el oso jucumari que fue intervenido de emergencia, después de la golpiza que recibió hace dos meses, en la localidad de Tiraque en Cochabamba, se está recuperando poco a poco. Cuando los veterinarios del zoológico Vesty Pakos le den el alta, el Centro de Custodia de Fauna Silvestre de la organización Senda Verde, ubicado en Nor Yungas de La Paz, será su nuevo hogar.

Desde el momento en que “Ajayu” fue rescatado, varios profesionales

-veterinarios, biólogos, oftalmólogos y cuidadores de animales- trabajan

incansablemente para curar sus heridas y minimizar su dolor. Esta labor en equipo, sin duda, logró salvar la vida de este animal herido.

ANTECEDENTES

El 25 de enero pasado, el oso jucumari fue rescatado de la comunidad de Komer Kocha, en el municipio de Tiraque, después de haber sido apedreado, apaleado y maniatado por los comunarios, quienes justificaron su accionar acusando al animal de haber intentado atacar a un niño.

Personal de la Gobernación de Cochabamba y del Ministerio de Medio Ambiente y Agua agilizaron los trámites para trasladarlo al zoológico de la ciudad de La Paz; aunque, la esperanza de que sobreviviera era mínima, dada la gravedad de las lesiones.

A los dos días de su rescate, “Ajayu” -nombre que le pusieron sus rescatistas y que significa "alma" o "espíritu" en aymara- fue recibido por un equipo de profesionales veterinarios en el zoológico Vesty Pakos, en la zona paceña de Mallasa.

Andrea Morales Vargas, administradora del zoológico, explica que se valoró la salud del animal mediante un estudio tomográfico que determinó la pérdida de la visión en el ojo derecho, como consecuencia directa de la golpiza.

Al examinar el izquierdo, especialistas del Instituto Nacional de Oftalmología de Bolivia detectaron una inflamación, una pequeña hemorragia en el globo ocular y la presencia de cataratas; aunque se descartó el desprendimiento de la retina, lo que dio luz verde para una intervención que intente evitarle la ceguera.

Oportuna intervención

El 20 de febrero, “Ajayu” fue operado por cuatro médicos del Instituto Nacional de Oftalmología, con el asesoramiento de la especialista británica Claudia Hartley y del mexicano Luis de León, a través del Skype.

“Ya en el quirófano se detectaron dos tipos de cataratas dentro del ojo del oso, a raíz de los golpes que sufrió”, explicó Andrea Morales.

Los galenos diagnosticaron que ese ojo también tenía glaucoma -una

enfermedad que reduce la visión

de manera gradual- y que genera mucho dolor. “Los especialistas aplicaron técnicas quirúrgicas para bajar la presión que le causaba esa enfermedad”, añadió la administradora del zoológico.

El equipo de profesionales del zoológico Vesty Pakos pasó por momentos de mucha tensión durante la etapa del postoperatorio, ya que debía velar que el mamífero no se lastime.

“Además de cuidar que no se toque la herida, se tendió una lona negra alrededor del ambiente ocupado por el oso para reducir su sensibilidad a la luz”, afirmó Morales.

Los médicos oftalmólogos que lo operaron aún realizan evaluaciones constantes, a fin de lograr la recuperación completa del oso.

La semana pasada, personeros

de la embajada de Canadá en Bolivia se apersonaron al zoológico para ofrecer su colaboración y una interconsulta con oculistas de ese país

y de España.

A través de una videoconferencia, los veterinarios evaluaron las condiciones actuales del oso y concluyeron que todos los procedimientos realizados fueron los correctos;

incluso, felicitaron al equipo que

llevó a cabo la cirugía y a las personas encargadas del postoperatorio”, asegura Andrea Morales.

CONDICIONES LAMENTABLES

Al ser consultada sobre la situación actual de “Ajayu”, la administradora del zoológico no puede dejar de mencionar las condiciones precarias en las que el oso llegó a sus manos.

“Prácticamente estaba moribundo.

Tenía desnutrición severa y la dentadura en muy mal estado. Pesaba

25 kilos, unos 40 menos de lo que debería pesar un oso macho de su edad y tamaño”.

Desde la llegada al zoológico, el animal está siendo sometido a un tratamiento minucioso para revertir

su mala nutrición, con el suministro de suero con vitaminas, energizantes, antibióticos y antiinflamatorios para aliviar su dolor.

Actualmente, el oso jucumari, de aproximadamente cuatro años, está

con mejor apetito y ya come alimentos sólidos como plátano y papaya.

“Ya está pesando cerca de 40 kilos. Lo más importante es que está tranquilo. Creemos que se ha dado cuenta de que estamos aquí para cuidarlo”, detalla su cuidadora.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Cuando esté en mejores condiciones, “Ajayu” será trasladado al refugio de animales Senda Verde, ubicado en la provincia Nor Yungas de La Paz.

Allí terminará su proceso de recuperación, según Alexandra Moreira,

ministra de Medio Ambiente y Agua.

Senda Verde es un refugio natural que alberga a los animales que son rescatados del tráfico ilegal.

Su directora, Vicky Ossio, señaló que todo el personal se encuentra optimista por la recuperación de “Ajayu”, y explicó que cuando sea trasladado estará libre en un espacio de 700 metros cuadrados.

“El lugar cuenta con una variedad

de especies vegetales, lo que será beneficioso para él, ya que su especie se guía por el olfato. Tendrá una segunda oportunidad para volver a la vida silvestre”, añadió.

Dentro del refugio existen otros osos jucumari que fueron rescatados y que serán la compañía de “Ajayu”.

ACCIONES LEGALES

Alexandra Moreira anunció que el próximo 22 de abril se lanzará una campaña contra el tráfico de vida silvestre y explicó que está trabajando en el proyecto de una ley que proteja la vida silvestre.

Ese día también se iniciarán acciones legales contra los comunarios que lastimaron al oso jucumari. Se quiere sentar un precedente.