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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

Inkataca: el Machu Picchu boliviano

Inkataca: el Machu Picchu boliviano

Inkataca, o Valle Sagrado se encuentra en una zona de Irupana, situada en una montaña alta, rodeada de grandes ríos y a los pies del Illimani, en el departamento de La Paz. 

Este complejo arqueológico con casi un centenar de estructuras, entre casas, templos, plazas y plataformas está asentado a 151 kilómetros de la ciudad de La Paz y según la versión de los expertos, se trataría de un área “mágica”, puesto que cuenta con una carga energética especial. Es una zona con fuertes indicios de que fue escenario importante de crecimiento cultural y social de su época.

La investigadora de la Universidad de Bolonia, Patrizia di Cosimo, fue la persona que dedicó 11 años de su vida a la investigación de toda esta área, y es ella quien ahora encabeza las acciones y trabajos que se realizarán en este patrimonio nacional.

Si bien no se trata propiamente de un descubrimiento, toda vez que los pobladores del lugar estaban enterados de su existencia, no cabe duda de que este hecho representa una de las aventuras más extraordinarias que puede vivir un arqueólogo.

“Llegué a Bolivia para realizar una investigación sobre el Takesi (uno de los caminos del Inca) y quise ampliar el trabajo hacia otras rutas incaicas de los Yungas y, sin pensarlo, me encontré con la ciudadela precolombina de Inkataca, cuyo origen aún está en investigación”, afirmó Patrizia di Cosimo.

Para esta investigadora es importante sacar a la luz una civilización aparentemente desconocida, que posee una arquitectura única en la zona, donde sobresalen los altos muros escalonados y el uso de piedras lajas para dividir ambientes, lo que denota un elaborado refinamiento en su organización social y económica; además de abrir nuevas aristas dentro de la historia americana.

Este acontecimiento representa una gran oportunidad para el desarrollo del turismo y la investigación en el país y que requiere de acciones inmediatas para su protección.

La ciudadela perdida de los Yungas

Las estructuras forman una serpiente que se extiende en casi dos hectáreas de una colina situada en un lugar que estudios previos al de la italiana identificaron como “Callejón Loma”, dominando el cruce de los ríos Chungamayu y Choqueyapu

Según la investigadora su posición en el cruce de dos ríos es el encuentro de fuerzas diferentes y complementarias que convirtieron a este lugar como el centro del mundo. Idea que se ve reforzada con el hallazgo de sepulturas, e incluso tal vez fue morada aislada e inexpugnable de una élite especial prehispánica, como los incas administradores de las tierras fértiles de Chungamayu y el Choqueyapu de La Paz e incluso se cree que el lugar

era refugio de jefes políticos y religiosos porque aún hay construcciones mágicamente erguidas, además de los templos, los recintos rectangulares de gran tamaño, que ostentan una arquitectura específica de puertas con falso arco y armazón, además de las plataformas y escalinatas.

INTERESANTE SIMILITUD

La investigadora cree que este lugar presenta “asombrosas” similitudes con Machu Picchu del Perú, ya que ésta se encuentra en la cresta de una loma, -como si hubiese sido construida al resguardo-, y por debajo pasan los ríos, lo que le da un difícil acceso. “El impacto visual que produce puede recordar a la famosa ciudad incaica del Cusco”, asegura.

La ubicación determinada por la relación mágica y alegórica de Inkataca con las cumbres andinas cercanas del Illimani y el Mururata, y la protección que proporcionan los ríos Chunga Mayu y Choqueyapu, rodeando la montaña.

Vista desde lo alto, las calles y los edificios parecen sostenerse de milagro en un frágil equilibrio sobre el precipicio. Sin embargo, las construcciones han desafiado el paso de los siglos y a la naturaleza.

“En esta región existen cientos de estructuras, además de un centro de administración de todas las tierras fértiles que hay en la región, existen grandes terrazas de cultivo que se dan por el cruce de aguas”, asevero Patrizia Cosimo.

Aunque la investigadora afirma que muros muy altos en forma escalonada, puertas de falso arco –distintas a las trapezoidales características de la arquitectura andina-, y construcciones a base de piedra laja dispuesta de modo vertical son algunas de las características que Cosimo resalta como “única en su tipo”, aunque todavía no hay información certera acerca de la cultura que se desarrolló en el sitio, la italiana considera que se trató de una civilización intermedia entre Tiwanaku y el imperio Inca, y por ello la decidió llamar cultura Chunga Mayu, por el río homónimo que pasa por las cercanías.

ACERCA DE SU ORIGEN

Según Di Cosimo podrían existir tres hipótesis respecto al origen de estos vestigios arqueológicos. La primera es que existe la posibilidad de que esta estructura haya sido edificada por una cultura sin identificar a la que la especialista llama “Chunga Mayu”, que podría haber florecido entre los siglos IX y XII d.C.

La segunda hipótesis supone la ocupación de la cultura Tiwanaku en su fase tardía, de la cual se encontró cerámica ritual y de servicio, casas alrededor de la plaza y entierros subterráneos en cestas circulares, todos rasgos de esa civilización.

0Por último, hay rastros que muestran indicios de sitios de la época inca, lo que es coherente con el tamaño de alrededor de dos hectáreas de urbe y además el hallazgo de cerámica incaica, procedente de algunos entierros.

Mayores investigaciones aclararán si estas hipótesis se excluyen o si pueden tomar como la realidad. “en todo caso fue un sitio excepcional, inexpugnable, lugar de asentamiento de una élite”, enfatizó Patrizia Cosimo.

LEYENDAS DE LOS LUGAREÑOS

Patrizia Cosimo afirma que en algunos cuentos recogidos en la zona, relatan de un lugar de miedo con presencia diabólica y de encantos, queda el recuerdo de un lugar restringido, donde se concentraban poderes muy fuertes: políticos, espirituales y simbólicos.

Tal vez debido a ello es que la ciudadela de Inkataca se identifica en cuentos y leyendas como el “lugar de las serpientes”, donde se oyen ruidos, voces y música de quenas y bombos, sin que se pueda ver persona alguna. Advierten los ancianos que no hay que dormir solo en el lugar si no se quiere recibir golpes y maltratos. Hace un tiempo la gente de Taca le temía al lugar porque allá vivían serpientes de gran tamaño. Incluso se cree que la misma loma donde se ubica el sitio, sería la cabeza de una gran serpiente, cuyo cuerpo es el cerro Taca y cuya cola se extiende hacia el Illimani, cual si fuera una gran escalera que asciende desde el mundo de abajo, subterráneo, al mundo de arriba, la morada de los espíritus celestes; e incluso aseguran que en determinadas horas este gran cuerpo se mueve.



UN SITIO PARA CUIDAR

Patrizia Di Cosimo afirma que trabajó en esta zona gracias al apoyo de

la cooperación italiana y de la comunidad. Situación que la llevó a evaluar los vestigios arqueológicos, ubicados en territorios comunales de Irupana y por eso se está presentando un proyecto denominado “Ruta de Illimani”, a la Gobernación del Departamento de La Paz.

Según la investigadora esta fase demorará cinco años, en los que se desarrollará la investigación y el diagnóstico de las ruinas y el mejoramiento de los servicios básicos de la comunidad.

Clemente Mamani, alcalde de Irupana, señaló que si bien el proyecto actualmente cuenta con un financiamiento mínimo, el municipio está comprometido para gestionar mayores recursos para el desarrollo.

“Desconocíamos la magnitud de las ruinas, pero gracias a la investigación realizada esperamos que se logre la restauración y se arme un circuito turístico para beneficio de las casi cinco mil personas que viven en la zona”, declaró el Alcalde de Irupana.

Según la investigadora el complejo se encuentra “bastante bien conservado” pero ahora hay que gestionar políticas de preservación “el daño más grande fue el saqueo de las ruinas” concluyó.