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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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AGRICULTURA HIDROPÓNICA EN COCHABAMBA

Los cultivos sin suelo

Los cultivos sin suelo

A simple vista es sólo un pequeño invernadero domiciliario, cuya extensión no va más allá de los cuatro metros de largo por tres de ancho.

Al ingresar la piel reacciona al cambio de temperatura, puesto que dentro la humedad es mayor y el aire más caliente; un microclima adecuado y óptimo para el crecimiento de las plantas.

Un amplio mesón alberga a más de 15 variedades de plantas aromáticas y una amplia gama de chiles o ajíes mexicanos, que están acomodadas en unas pequeñas bolsitas negras de plástico.

A simple vista no se puede precisar la cantidad de plantas que se encuentran en el lugar, por donde se mire existen plantines en desarrollo. No es exagerado afirmar que aquí se emplean todos los rincones del invernadero.

Hasta aquí todo parece común, pero ésta es una producción especial, ya que se trata de uno de los pocos viveros en Cochabamba que desarrolla y aplica el cultivo hidropónico.

La hidroponía es una ciencia que estudia los cultivos sin tierra, muchos de los métodos actuales emplean algún tipo de sustrato, como grava, arenas, piedra pómex, aserrines, arcillas expansivas, carbones, cascarilla de arroz y otros; a los cuales se les añade una solución nutritiva que contiene todos los elementos esenciales necesarios para el normal crecimiento y desarrollo de la planta.

Javier Rodríguez Cosío, propietario del vivero Mediterráneo, se interesó en este tema hace ya 17 años; ahora trabaja con los cultivos hidropónicos, “se trata de una técnica poco conocida y con grandes proyecciones, puesto que aprovecha el espacio de cultivo, el agua es reutilizable -luego de un tratamiento-, el producto obtenido es de gran calidad y se puede mantener una cosecha anual”.

La hidroponía ofrece una alternativa de producción de alimentos sin tropezar con algunas sorpresas eventuales del clima, como ser lluvia en exceso o sequía, fenómenos que están afectando mundialmente.

Javier Rodríguez asegura que la técnica de la hidroponía permite utilizar el concepto de “viveros 100 por ciento urbanos”, los que requieren poco espacio de producción, donde se puede realizar el reciclaje de líquido e incluso permitir el uso de bidones, llantas y otros objetos para crear en ellos sus pequeños espacios de cultivo; pero sobre todo brinda la oportunidad de contar con productos alimenticios garantizados y frescos.

Otro de los beneficios es la práctica de la agricultura, la cual puede ser desa- rrollada como una terapia saludable y que rinde frutos.

Actualmente, el vivero Mediterráneo cultiva con esta técnica una amplia diversidad de plantas aromáticas condimentarias. La base de la materia prima es la cáscara de arroz, de arroz quemado y arena, lo cual permite una enraización adecuada.

La clave de todo se encuentra en el tipo de alimentación que se ofrece a la planta, de esta manera la raíz no pierde energía buscando su alimento, sino que simplemente lo absorbe y toda la energía la enfoca en la calidad y el tamaño de su producción; es debido a estas bondades que la producción de plantas de este vivero es trimestral.

“La combinación adecuada de nutrientes en el agua hace que la planta cuente con buena nutrición y en la mayoría de estos casos disminuye el tiempo de desarrollo; y por ende de producción, en algunos casos disminuye hasta un promedio de 15 días, pero se incrementa su tamaño o volumen”, afirma Rodríguez.

nueva forma de producción

Javier Rodríguez afirma que con este tipo de cultivo se puede desarrollar un nuevo método de producción local, que podría ser aplicado en la franja periurbana de la ciudad, donde actualmente habitan los migrantes del campo, -que ya tienen conocimiento de cultivo-, y pueden destinar una parte de su terreno, aunque sea de dos metros, para este tipo de cultivo.

“Con el tiempo se puede llegar hasta soñar que la gente produzca a través de la hidroponía, con el objetivo de autoconsumo y posteriormente se alcance a producir un excedente para venderlo”, asegura Rodríguez.

Cabe mencionar que el cultivo hidropónico puede ser realizado en diferentes niveles, desde cultivos económicos y óptimos destinados a gente de escasos recursos hasta niveles de producción a mediana y gran escala.

hidroponía a mayor escala

Actualmente, la hidroponía está ingresando al mercado de comercialización nacional, en una variedad de productos entre ellos el pionero es la lechuga.

David Andrade Morales, gerente general del vivero Hidroponía -ubicado en la provincia de Tiquipaya- explica que su empresa cuenta con una gama variada de verduras entre los que se encuentran las berenjenas, tomates, rábanos y 17 variedades de lechuga. Además de un tipo de papa, que está en fase de experimentación.

“La producción de lechuga se realiza en una extensión superficial de 300 metros cuadrados, y gracias a la vanguardia de la tecnología se tiene una producción alta, que permite una cosecha diaria de más de 1.800 bolsas de lechuga”, asegura Andrade.

Este empresario asegura que si se haría la comparación con el cultivo tradicional se requeriría más o menos una hectárea de terreno para igualar este nivel de producción.

El ciclo de producción normal de la lechuga en tierra es de tres meses, en cambio a través del sistema de hidroponía se logra una cosecha en 35 a 40 días.

Debido al sistema de producción hidropónico que emplea este vívero -con producción en torres paralelas, a través de las que circula el agua- se logra un producto de calidad, tanto en tamaño como en volumen.

“La producción de la lechuga se rea- liza por ciclos, cada cuatro etapas o estaciones de producción las bandejas se vacían y se realiza el mantenimiento”, dice David.

Asimismo, afirma que este tipo de producción permite mantener el ritmo de ciclo productivo anual, sin pausas ni ningún tipo de pérdidas, asegura David Andrade.

A la fecha la empresa está logrando su diversificación de productos, así como también la creación de nuevos viveros en la zona de Villa Rivero, en Montecillo y recientemente en La Paz, en el sector de Warina y Escondilla. Esta nueva iniciativa le permitirá capacitar a la gente del sector, para que éstos puedan aplicar esta técnica en sus hogares y puedan tener una fuente adicional de ingresos económicos, que los ayude a mejorar su nivel de vida.

producción ecológica

Ambos productores, Rodríguez y Andrade, aseguran que sus productos pueden ser catalogados dentro de la agricultura ecológica, porque se trata de un sistema de cultivo en la cual no se emplean productos químicos -ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos puros o lo que actualmente se denomina como orgánicos, respetando el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.