Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Pachakutec, un viaje interior a través de la cosmovisión andina

La obra, dirigida por Karen Lisondra y Amado Espinoza, se presenta en Cochabamba el 11 de agosto en dos funciones.
Pachakutec, un viaje interior a través de la cosmovisión andina

Pachakutec es una obra teatral colectiva dirigida por Karen Lisondra y Amado Espinoza.  El colectivo Los Cuenteros de Kansas City desarrolló la obra durante la Maestría en Actuación y Dirección de Teatro de la Universidad de Missouri, en Kansas City; Estados Unidos. Los directores buscan penetrar en la mitología de los Andes y la Amazonía, contemplando las raíces de los arquetipos, rituales, y festivales que descubrieron durante los años de formación artística en Bolivia, y que ahora presentan para guiar al público en “un viaje espiritual sin tiempo ni fronteras”. La producción teatral se presentará en Cochabamba el 11 de agosto a las 17.00 y 19.30 en El Tapeque (C. Colquiri y Circunvalación).
El deseo de compartir la obra en Bolivia nació a partir del exitoso resultado de un taller ideado para el segundo año de la maestría de teatro. Lisondra (actriz invitada del Teatro de los Andes y del elenco original de Fuerza Bruta, en Buenos Aires, Argentina) y Amado Espinoza (músico, compositor y luthier) investigaron la cultura de la máscara de la cosmovisión andina y sus expresiones a través de las fiestas tradicionales. El concepto andino de pachakutec o “era del caos”, sirvió como tema para unir las historias de los participantes sobre la identidad personal, sexualidad, relaciones y fe, con la sabiduría ancestral de la cosmovisión andina.
La compañía propuso realizar una obra que honra la sabiduría nativa de las Américas, un sistema de conocimiento que rara vez se estudia en nuestros libros de historia. Los miembros de la audiencia extraen lecciones de este antiguo conocimiento para enfrentar conflictos personales, tanto existenciales como cotidianos. Ver la cultura representada a través del arte es validar. Con 47 millones de hispanohablantes en Estados Unidos y una gran comunidad latina en el área de Kansas City, es desalentador que no exista un teatro latino que represente a sus culturas, sus antepasados y que unan a las comunidades latinas con una forma dinámica como el arte colaborativo. 
“Esta es una oportunidad para reflejar a los miembros de la audiencia latina que poseen un conocimiento más profundo, hermoso e inherente, enterrado en la memoria muscular durante siglos de colonialismo, asimilación y educación capitalista. Un tesoro encontrado dentro de la cantidad infinita de espacio en las células del cuerpo, que nunca ha desaparecido, y nunca se ha perdido, a pesar de todos los esfuerzos históricos para erradicarlo”, explica uno de los representantes del elenco.
El proceso de creación de esta obra fue aprendido por la directora en 13 años de hacer teatro profesional en Sudamérica y sus recorridos por el mundo con reconocidas compañías de teatro de América del Sur. Espinoza fue fundamental en la investigación y el desarrollo de la primera etapa del proceso de narración. La dinámica de grupo durante este proceso orgánico puso énfasis en los valores humanos originarios, ya que los actores aprendieron  de forma experiencial sobre los rituales andinos, la comida y también sobre sus modernas contradicciones y calamidades. Los actores tienen un desafió del idioma, que la lengua materna de ninguno de los actores es español, y la mayoría ha tenido que aprender la pronunciación de cada palabra.  A través de esta obra, las audiencias pueden volver a conectarse sutilmente a esta sabiduría precolombina, con su reparto que honra creativamente a la cultura sin pretender ser nativo de su tierra ni apropiarse de sus expresiones estéticas.