Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:24

SOCIOLOGÍA

Ramón Rocha Monroy: para desmontar el colonialismo

Sobre Para descolonizar la filosofía política. Estudios Subalternos (Ed. Kipus), nuevo libro del escritor cochabambino, recientemente presentado en la UMSS.
Ramón Rocha Monroy: para desmontar el colonialismo



¿De qué color ves las cosas?, pregunta una niña guaraní rompiendo con su sonoro lenguaje la primera escena de esa maravillosa película llamada Ivy Maraey. En la última, y cual serpiente que se muerde la cola, en un trazo cinematográfico circular perfecto, el protagonista le responde: Del mismo color que tú. ¿Y cómo sabes tú cómo veo yo las cosas?, son las últimas palabras que escuchamos, más dirigidas a nosotros que a Juan Carlos Valdivia, en una suerte de juego de espejos abierto, necesario, que marca uno de los cierres más provocadores de nuestro cine.

Me es inevitable no recordar estas escenas cuando me pregunto: ¿De qué color ve las cosas Ramón Rocha Monroy? ¿De qué color ve el mundo el “Ojo de vidrio”? ¿Cómo las percibe nuestro “Cronista de la Ciudad”?, autor de una de las 15 obras fundamentales de la literatura boliviana, El run run de la calavera, autor de Crítica de la sazón pura y de Potosí 1600, solo por mencionar algunos de los tantos títulos frutos de los desbordes incontenibles de una imaginación fértil, marcada por la pasión desmesurada por la vida y también por una choledad defendida a capa y espada. Y estoy segura de que es su condición chola la clave para entender no solo cómo percibe las cosas nuestro autor, sino también para entender desde dónde las percibe, elementos imprescindibles a tomar en cuenta antes de sumergirnos en su última obra que nos presenta bajo el título Para descolonizar la filosofía política. Estudios Subalternos.

A contra ruta, pero a mansalva del principio de contradicción aristotélico, Ramón Rocha escribe a la vez desde lo uno y lo múltiple, desde su ser cholo que es indio, español, zambo, moro, gitano y judío sefardí, que es “siempre un cholo concreto, irrepetible, único en su múltiple capacidad de desconcertar” (1), y desde su reconocimiento como hombre moderno -incluso globalizado-, pero a la vez precapitalista, prerracional, prehispánico, prejuicioso, entre tantos otros “pre” que lo definen (ROCHA, 2018:185). Escribe e interpreta, duda, cuestiona e interpela desde la llanura, desde el campo donde se sitúa codo a codo con los marginales, con los subalternos. Desde allí nos recuerda, con la precisión certera de su pluma, que lo que somos tiene un nombre bíblico: Legión, y un nombre sociológico: Multitud. Ramón Rocha piensa y escribe siempre desde allí. Desde ese conglomerado compuesto no solo por indios y negros, sino también por mujeres, por analfabetos, por la comunidad LGTB y por los ambientalistas. Es decir, por todos los que ocupan ese “no lugar” marginal de exclusión asignado histórica, cultural, social, económica y políticamente por aquel “varón, blanco, europeo, propietario, letrado, heterosexual, civilizado, en suma, por aquel sostén de la sociedad patriarcal falocrática y falogocrática” (ob.cit.17).

Con este advertido no se espere entonces del texto neutralidades asépticas con olor a hospital. Lo cual no implica, por supuesto, la ausencia de un ejercicio intelectual riguroso, amplio y a la vez profundo, que el autor despliega sobre la temática, no solo producto de su paso como docente de Filosofía Política en la Carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Simón, sino de toda una vida dedicada a la lectura voraz, incansable y minuciosa de textos, entre otros, de filosofía, de política, de literatura, del acervo cultural y de la sabiduría de nuestro y otros pueblos, y particularmente -en este caso- de lecturas de los llamados “estudios subalternos”. Aquellos cuyo desafío es escribir la “otra” historia, la que recoge la visión de los vencidos, el punto de vista de los subalternos. En sus páginas encontramos a autores como Antonio Gramsci, Ishita Banerjee, Saurabh Dube, Wálter Mignolo, Ramón Grosfogel, Boaventura de Sousa Santos, Enrique Dussel, Aníbal Quijano, Enrique Lander. Encontramos las reflexiones revolucionarias del katarismo y las que sustentan el proceso de cambio, y claro, encontramos a Silvia Rivera Cusicanqui.

Precisamente será la tesis central de Rivera la que estructure esta obra; la misma que analiza y explica la distorsión de la realidad contemporánea boliviana desde tres horizontes: el colonial, el liberal y el populista. Horizontes que permiten comprender el colonialismo interno y la estratificación interna de la sociedad boliviana, sus contradicciones sociales fundamentales y los mecanismos específicos de exclusión y segregación. Pero, atención, no se vaya a creer tampoco que este libro de Ramón es un recuento plañidero de agravios de la Colonia y la República contra los pueblos originarios. No. Porque es, más bien y ante todo, una propuesta fundamentada desde la academia, para contribuir a eliminar los resabios colonialistas de nuestra sociedad tan racista y discriminadora todavía, rescatando lo ya construido para seguir construyendo desde un pensar propio y libertario, despojado de trabas eurocéntricas y colonialistas.

El libro está dividido en tres partes. La primera analiza la herencia colonial. Identifica como su origen al pensamiento filosófico griego, base de la ciencia occidental, que impone hegemónicamente su estructura mental para conocer la realidad sobre otras estructuras, como por ejemplo, las del pensamiento mítico o intuitivo, pero además, como el único camino válido para obtener el conocimiento verdadero y universal. Resalta la figura de René Descartes, quien imprime a la modernidad -a través de su método- su carácter cientificista y radicalmente racional, al otorgar las herramientas mentales necesarias al “sujeto” (europeo) para apropiarse, dominar y nominar al “objeto” de conocimiento. Descartes será, como dice Rocha, el heredero de la acumulación filosófica de occidente, piedra fundamental de la transformación agresiva de la naturaleza propia de la revolución industrial y del capitalismo, y de los excesos de la modernidad y posmodernidad, insertos incluso en su propio pensamiento liberador.

El autor establece una relación intrínseca entre modernidad y colonización como dos caras de un solo proceso. Destaca en el pensamiento de occidente la centralidad del hombre como medida de todas las cosas, a quien la voluntad del Dios Único otorgó, en gracia de ser criatura creada a imagen y semejanza suya, la potestad de dominio de la naturaleza, de su uso y abuso. Visión que a la vez se impuso sobre otras cosmovisiones provenientes de tradiciones como las andinas de raíz cosmocéntrica. La modernidad –destaca Ramón Rocha- trajo también la idea progreso y la exaltación del individuo sobre la comunidad. Esta idea, ligada al colonialismo, significó la instauración de un nuevo patrón económico mundial basado en la división racial del trabajo, como si la articulación raza de color/trabajo fuera una relación natural. De esa forma –nos dice-, Europa que expropió a las colonias de sus recursos naturales, su fuerza de trabajo, reprimió, a la vez, sus formas de producción de conocimientos, de sentidos y su universo simbólico. En esa línea, una parte importante de la obra procede a desmitificar a los grandes tótems del pensamiento ilustrado occidental, si bien fundamentales en la construcción histórica de Europa, también responsables de sentar las bases ideológicas del colonialismo con falsas argumentaciones, cometiendo, como indica Joan Prats, “una gran barbarie intelectual”. Entre ellos menciona a David Hume, Emmanuel Kant, James Mill, Hegel y Stuart Mill, incluyendo también a los redactores de la Enciclopedia británica y francesa.

En la segunda parte, el autor nos brinda un recorrido mencionando los aportes del Nuevo Mundo a Europa, y se detiene en comentar en extenso la obra del antropólogo Jack Watherford, titulada El legado indígena, quien esgrime la tesis de que los fundadores de Estados Unidos se basaron en el modelo federal de la Liga Iroquesa que fue origen también de instituciones tales como la democracia, el anarquismo y el sistema federal, al poner en evidencia que tanto Engels como Marx, estuvieron al tanto de las investigaciones del antropólogo Lewis Morgan sobre dicha Liga. En esta parte, Rocha reflexiona sobre el problema del indio y la cruzada civilizadora a través de la educación, el cuartel, el sindicato y el sufragio universal.

La tercera parte discurre sobre la cosmovisión indígena. Establece especialmente las posibilidades cognitivas del pensamiento andino, destacando el uso de todas las facultades de la percepción humana, y no solo de las intelectivas del pensamiento tradicional occidental. Destaca también, frente al pensamiento dual -que muchas veces olvida la síntesis creativa, múltiple y diversa-, el pensamiento tetraléctico que nos ofrece las inmensas variantes de un sí, un no, un tal vez o un depende, al atender a la totalidad de las cosas atravesadas ellas de espíritu y sacralidad. Carácter gnoseológico imbricado de un ethos que marca el devenir del hombre como un ser consigo, con los otros, con las cosas, con la naturaleza, con lo espiritual y sagrado en relaciones de reciprocidad, complementariedad y cooperación. Por tanto, la apuesta de nuestro autor es por descolonizar el imaginario y las formas de conocimiento como condición básica de una transformación democrática radical de nuestras sociedades.

Para finalizar, tengan la certeza de que el lenguaje que fluye por las páginas de este libro no es el frío, claro y distinto del docto, ni el rígido y duro de la academia o la ciencia, sino del brujo que nos envuelve con la seducción y el encanto de la narrativa, que, aun así, nos conduce por “insospechadas profundidades”. Es un texto que despliega la pluralidad de discursos emancipatorios para posibilitar transformaciones a una civilización eurocéntrica, androcéntrica, capitalista y liberal en crisis, y lo hace, en consonancia con Audre Lorde, feminista de color, que nos dice “las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo”.

____

(1) “Lo cholo” en Blog de Ramón Rocha Monroy. Miércoles 23 de septiembre de 2009.

ROCHA MONROY, Ramón (2009) “Lo cholo” en: Blog del Ojo de Vidrio. Miércoles 23 de septiembre de 2009.

ROCHA MONROY, Ramón (2018) Para descolonizar la filosofía política. Estudios Subalternos. Grupo Editorial Kipus. Cochabamba-Bolivia.

Filósofa, docente e investigadora - [email protected]