Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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A ghost Story , un discurso narrativo acerca del ser y el tiempo

El autor propone una disección de esta cita, dividiéndola en tres momentos. Plantea el uso de recursos cinematográficos para plantear tópicos de corte existencial.
A ghost Story , un discurso narrativo acerca del ser y el tiempo



A ghost Story narra la historia de C (Casey Affleck) quien tras un accidente automovilístico se convierte en un fantasma. En su forma astral, C presencia el duelo de M (Rooney Mara, su pareja), la llegada de personas nuevas a la casa y también el eminente paso del tiempo y la insoportable levedad de su existencia.

La película presenta tres etapas en las que se desarrolla su discurso.

La primera parte habla de la muerte y duelo de C. Etapa es caracterizada por tonalidades frías, escenas extensas y estáticas donde lo único notorio son las emociones latentes de angustia que simulan no irse a ninguna parte. Las transiciones, a pesar de ser ágiles y usar recursos creativos como reflejos, se limitan a demostrar el monótono y rutinario paso del tiempo cuando uno está deprimido.

La segunda parte de la historia relata la crisis del fantasmagórico protagonista. M se reconcilia con el pasado y sus recuerdos. En un acto simbólico, escribe en una nota de papel y la guarda – al igual que una parte de ella– en una rendija de la casa. C trata de recuperar aquella nota, pero la peor pesadilla de un fantasma melancólico impide su cometido, la llegada de una familia latina. El calor, tonalidad, dinámica y rituales de esta madre y sus hijos hispanohablantes se asemejan a las representaciones familiares de los comerciales de Coca Cola. C a través de un dramático poltergeist amedrenta a aquellos intrusos de su nostalgia. Sin embargo, sus manifestaciones no mellan ante el frenético paso del tiempo, la destrucción de su hogar y la construcción de rascacielos donde no queda nada con lo que él se pueda relacionar. Esta etapa de la película finaliza con quizás una de las escenas más irónicas y emblemáticas del cine de este año, el suicidio de un fantasma.

La tercera parte narra un viaje en el tiempo a un pasado mucho más remoto. En él, C presencia el infructífero intento de una familia inglesa de perpetuarse por generaciones en un espacio determinado. El encuentro con estas realidades existenciales lo llevan a revivir sus recuerdos con M, esta vez con un suspiro de rendición.

A través de un final sujeto a muchas interpretaciones, C se reencuentra consigo mismo en la esencia que busca perpetuar y adquiere plenitud en la aceptación de su condición, representado en el derrumbe de su cuerpo fantasmal y la aparición de un aura ascendente.

La estructura narrativa del film es semejante a la distribución poética judía del Kiasmo, donde la idea central se encuentra al medio. En este caso, se manifiesta a través de un monólogo del actor Will Oldham acerca de la absurda necesidad humana de la construcción de un legado. Un recurso efectivo, bien llevado y no del todo condenable pero que quita fuerza a los otros elementos narrativos más propios del lenguaje cinematográfico.

Dentro de los componentes interesantes de la película está los diálogos de C con otro fantasma vecino. En estos diálogos es visible el desconcierto de estos espectros ante su permanencia en la tierra. Por otro lado el efecto conciliador de la canción I Get Overwhelmed de Dark Rooms –que por cierto suena dos veces, cuando M supera el duelo y C se acepta su realidad– permite al espectador identificarse con esas sensaciones de desprendimiento y empatía con uno mismo.

La fotografía saca buen provecho de su encuadre a través de su composición, intercalando el uso de la regla de los tercios y la utilización de objetos centrales. La banda sonora combina y crea un ambiente de viaje épico existencial con nostalgia melancólica. El diseño de arte es prolijo al mantener un estilo sencillo casi minimalista, plasmado perfectamente en el vestuario del fantasma.

A Ghost Story vuelve a confirmar la naturaleza única del lenguaje cinematográfico, al traducir en imágenes y sonidos la paradójica relación entre el ser y el tiempo.

Estudiante de comunicación.