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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Las Españas y Catalunya

Las Españas y Catalunya



De entrada debo decir que este tema me supera, por lo menos en el sentido propio que debería tener cualquier postura genuina de honestidad intelectual. En tiempos en que lo que importa es la primicia y no el sentido profundo de un contenido, me parece que delimitar alcances es fundamental. Solo pretendo, desde la distancia, aportar un vislumbre del conflicto secesionista entre Cataluña y España que permita comprender al lector la esencia real o ficticia del enfrentamiento. Para esto simplemente me valgo de información contrastada y de simple sentido común.

Como todos saben, desde hace un par de días España vive días muy grises. La verdad, si es que existe algo que podamos llamar verdad, nunca suele delimitarse en un definido blanco y negro. Voltaire decía que la verdad es simplemente “lo que se hace creer”. Al contrario, la realidad suele difuminarse en un gris que se oscurece o se aclara según el lente con que decidamos mirar. Es así que para un Gerard Piqué “lloroso”, la represión de la guardia civil española hacia los “demócratas” catalanes sea inaceptable. Mientras que al mismo tiempo, para un Iker Casillas “transpirado en españolidad”, sean los violentos separatistas catalanes los que con alevosía hieren a España.

Desde la distancia, por lo menos para mí, ambas posturas parecen legítimas pero al mismo tiempo irreductiblemente ciegas y testarudas. Si por un lado vemos a policías españoles reprimiendo brutalmente a ancianos que emiten su voto pacíficamente, por el otro también vemos a independistas catalanes llamando “puta” a una niña de 10 años, solo por llevar una bandera de España. Se ve y se siente la devoción nacionalista en una masa enorme de jóvenes independentistas catalanes, pero también se ve la misma devoción en un anciano catalán que entrega todos los ahorros de su vejez a la guardia española para que protejan a su patria de la desintegración. ¿Quién tiene la razón? O por lo menos ¿Quién la tiene en mayor medida?

No es nada fácil responder esta pregunta. Como pasa en todos los acontecimientos históricos que llegan a este punto, pareciera que simplemente no existe ninguna salida más que el desencadenamiento liberador de la violencia. Ya no hay razones que valgan o posiciones de legitimación de ningún tipo. Sencillamente son dos trenes que se dirigen a máxima velocidad, por la misma ruta y en direcciones exactamente opuestas. Dirigidos por conductores ciegos, sordos y ebrios de “circunstancia”. El desenlace es obvio, y la consecuencia también: la destrucción de ambos. Sin embargo, ya no es posible hacer nada más. Las cartas ya están dadas y el All-in catalán está sobre la mesa. Solo nos resta esperar.

Los argumentos catalanes por la independencia son de los mas variados. En el aspecto económico es muy bien conocida la frase “España roba a Cataluña”. Los Catalanes afirman que Madrid se apropia abusiva y centenariamente de la riqueza y pujanza catalanas. En el aspecto histórico se mencionan varios momentos de máxima tensión entre España y Cataluña, que van desde la guerra de los treinta años en 1640 hasta los abusos del régimen de Franco finalizada la guerra civil española. Culturalmente, entre otras cosas tenemos la defensa de la lengua, las costumbres y la idiosincrasia catalanas.

Por otro lado, España afirma que Cataluña es parte del Reino de España desde la fusión de las Coronas de Castilla y de Aragón, y que para cualquier cambio de status es España entera la que debe ser consultada. Además, España toma una férrea posición soberanista y monárquica, y niega cualquier diálogo al respecto. Probablemente este en todo su derecho, pero es justamente ese exclusivismo legalista y autoritario el que aleja cada vez más a Cataluña de España.

Creo que el resumen es breve pero válido. En muchas maneras, los clichés y los estereotipos nos proporcionan pautas extremadamente profundas. No es que todo esto se resuma a una extrapolación del derby español. Sin embargo, de muchas formas es así. Son dos formas de entenderse tan características, que materializan en sí mismas, de alguna forma, la esencia de la catalanidad por un lado, y la esencia de lo Español por el otro. El problema está en la vorágine de acontecimientos que hace que ninguno de ellos vea su complemento necesario en el otro.

Madrid tiene que dejar de ser una fábrica de independentistas y empezando por el Rey tienen que asumir la natural voluntad autonómica de sus regiones. Y reencontrar su fuerza unitaria a partir de Las Españas y no de una España. Por otro lado, Cataluña, una de las regiones más cultas y cosmopolitas de Europa, debe despertar de ese nacionalismo provinciano y aberrante que no cuadra con un Albeniz, un Granados o un Casals.

Solo a partir de ese refreno y reconocimiento mutuo, me parece que puede haber una salida. Tender puentes y reconstruir los destruidos. Hacia un Estado Español plurinacional o por el contrario a un Estado Catalán independiente, pero consolidado por un camino genuino y no guiado por demagogos.

Pero en ultima instancia, solo ellos lo saben. Españoles y Catalanes. Nosotros solo somos “opinólogos” que trabajamos con destellos e hipótesis fecundas.

Músico y Filósofo - [email protected]