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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Telartes apuesta por una política cultural para Cochabamba

Telartes apuesta por una política cultural para Cochabamba



Entrevista a Marco Marín, miembro de la plataforma TELARTES que comparte tanto el diagnóstico que dicho colectivo tiene de la Casa de la Cultura, así como la propuesta para iniciar la construcción de una política cultural municipal.

Tras una gestión llena de controversias, ya incluso en sus primeros días de gestión, Ninoska Lazarte, ahora ex secretaria de Cultura de la Alcaldía de Cochabamba, abandonó esa cartera municipal. En su remplazo, José María Leyes optó por elegir a una personalidad de reconocida trayectoria en la política local, pero de poco recorrido dentro el ámbito cultural: Roxana Neri.

La ex subalcaldesa de la Comuna Adela Zamudio, es la ahora la cabeza visible de la Casa de la Cultura de Cochabamba y a pocos días de asumir su nuevo cargo ya se observaron cambios en las formas de conducir dicha oficina edil y muchos acercamientos a distintos sectores y organizaciones. Tal como hiciera Lazarte cuando le tocó adentrarse en la gestión cultural de la ciudad, en 2015.

Con una actitud que pendula entre el optimismo y el escepticismo, uno de los colectivos que se acerco a Neri con intenciones de trabajo conjunto y propuestas concretas, trabajadas ya desde hace varias gestiones, es Telartes.

Sobre el “descalabro” dejado por Lazarte en la oficina de Cultura, sus expectativas respecto a su cambio de mando, la relación que tienen los actores culturales con este nivel del Estado y las perspectivas que proponen a futuro, la RAMONA conversó con uno de los representantes de este colectivo, Marco Antonio Marín, quien además conoce, por experiencia propia, las entrañas de los “monstruos burocráticos” que gobiernan las oficinas estatales.

A propósito del cambio de titular en la Secretaria Municipal de Cultura, Telartes hizo público un pronunciamiento. ¿Cómo ven ustedes la situación de la principal instancia estatal encargada de la gestión cultural local?

Vemos que en esta gestión la característica fundamental de la Secretaría Municipal de Cultura fue la improvisación y su lógica, la gestión de espectáculos. Evidenciadas desde la informalidad en que se han conducido los procesos de fomento a la creación artística, cuyos premios y obras aún no han sido entregados; la tendencia a marcar una agenda comercial, como la de las ferias gastronómicas o la de llegar al extremo de utilizar los espacios patrimoniales como concesiones de franquicias. Viendo el desarrollo de eventos e instalaciones artísticas carentes de planificación, de propuesta estética, con una esquiva interacción con la comunidad donde han sido desarrollados, percibiendo que el único fin perseguido fue ejecutar los escasos recursos financieros asignados a su dependencia. Tal así, que vimos el 2016 una “Serenata a Cochabamba” que derrochó cerca del 15 por ciento del total de su presupuesto.

Un elemento crítico, ya antes advertido, es la poca transparencia en la gestión. Pese a contar con diferentes reuniones con la anterior titular -Ninoska Lazarte- y establecer criterios para posibilitar la inclusión de proyectos en el POA municipal, la informalidad y el manejo discrecional de los recursos marcaron una distancia con los proponentes de la sociedad civil. Dando lugar a que los proyectos —pese a estar inscritos en el POA y asignados sus recursos en partidas de gasto— no fueran ejecutados, fueran manipulados en su ejecución o tuvieron permanentes trabas administrativas, que lograron “abortar” a los proponentes de su desarrollo. No se consensuaron los criterios para la inclusión de este tipo de propuestas ciudadanas, menos aún se llegó a formalizar un protocolo o reglamento de iniciativas culturales ciudadanas o fondos concursables. Se desconoce la dimensión del presupuesto de inversión o gasto elegible con el que cuenta actualmente la Secretaría y, menos, la manera en que fue ejecutado en gestiones pasadas.

La carencia de objetivos o de lineamientos que orienten el accionar de la cartera, es decir, el establecimiento de políticas culturales municipales, impide que su accionar y la ejecución de sus recursos financieros sean realizados transparente y democráticamente.

Se desconoce si la normativa que regía la Casa de la Cultura desde el 2009 ha sido abrogada, la O.M. 3900/2009, que instituía su desconcentración administrativa. Ésta, además, exigía la institucionalización de los cargos jerárquicos, la formación permanente del personal y la conformación de un Consejo Ciudadano de Cultura. Actualmente la Secretaría Municipal de Cultura ha perdido el beneficio de la desconcentración administrativa, concentrando su administración en el nivel central edil.

Desde esta lectura, el desafío de la nueva titular, Roxana Neri, es enorme. Se preciará que mientras conforme su equipo de trabajo y se incorpore al conocimiento del marco de funcionamiento de las dependencias de la Secretaría, pueda revisar su situación legal, administrativa y funcional. La única manera de salir de los criterios de improvisación, de manejo arbitrario y poca transparencia señalados, será la de recuperar los lineamientos ya esbozados en la citada ordenanza municipal y, para ello, la base fundamental de cualquier propuesta de desarrollo cultural es la participación, por lo cual la constitución de un Consejo Ciudadano de Cultura debiera ser una prioridad.

Para salir de este estado —en el mismo documento— ustedes bosquejan una propuesta. ¿En qué consiste?

La propuesta parte de la consigna que sostenemos: “Ya venimos llorados”. La crítica, si es radical, es propositiva. Por ello, se recupera la propuesta de sostener el resguardo legal de la Casa de la Cultura, donde la base de la participación ciudadana sería nodal para legitimar su accionar político. La propuesta de lineamientos de gestión vertidos se basa en el análisis del organigrama de la Secretaría Municipal de Cultura, en la legislación municipal que la instituye y en el campo de acción permitido por la escasa referencia que hace la legislación nacional. Parte de concebir cuáles son los campos de acción de la Secretaría, en los que ésta tiene plena competencia, y que corresponden a la gestión del apartado cultural.

Estos tres campos, para entender lo cultural, dentro las fronteras institucionales, son: la gestión integral de las expresiones artísticas, la gestión del patrimonio cultural y la gestión de las prácticas interculturales. Campos que pueden considerarse individualmente, pero que se encuentran en permanente interacción entre ellos. Complementarios a estos campos de precisión objetual, se tienen los lineamientos de servicios que permitirían fortalecer la gestión de los anteriores, teniendo así a la comunicación cultural, el desarrollo de investigación cultural y la optimización de los servicios culturales (ya prestados a través de las casonas, archivo, bibliotecas, teatros y salones municipales).

De estos tres campos, y estas tres líneas, se despliega la propuesta de seis lineamientos de gestión que permitirían visionar tanto las políticas culturales, como el plan cultural y los programas y proyectos de ejecución de recursos financieros. Esto sólo sería posible si se despliega fuera de los márgenes limitantes del quehacer burocrático, sino desde la posibilidad de cogestión participativa, puesto que son cultores, gestores y actores culturales quienes se desenvuelven dentro del medio y quienes dinamizan el territorio cultural.

Habiendo hecho ustedes entrega de dicho pronunciamiento a la nueva autoridad, ¿cual la respuesta que obtuvieron?

Agradecemos la apertura y escucha de la nueva titular. Su respuesta concreta fue la invitación a aportar en el Foro Cultural anunciado, con una propuesta teórica y metodológica para su desarrollo. Además de evaluar las posibilidades de constitución del Consejo Ciudadano de Culturas.

Y ante este Foro municipal ¿Cual la posición de Telartes al respecto?

Ante la invitación a aportar en su construcción, se propuso que su denominación, en lugar de foro, sea la de taller y que tenga como horizonte la construcción de lineamientos para el desarrollo de un Plan Integral Municipal de Culturas de Cochabamba.

Un plan que desarrolle lineamientos de gestión cultural municipal a corto, mediano y largo plazo. Que permita orientar el curso del desarrollo cultural en el municipio, reflejando consideraciones que permitan una ejecución de recursos eficaz, transparente y democráticamente, con instancias de participación, inclusión y promoción de la iniciativa ciudadana. Que promueva la creatividad y el desarrollo humano integral en todos los distritos, que establezca un diálogo intercultural, que permita la circulación cultural interna y el relacionamiento con otras regiones del país y fuera de él. Que cultive y dinamice la memoria y sus instalaciones. Que optimice sus servicios culturales, que busque sistematizar la dinámica cultural del municipio y que desarrolle una gestión comunicacional integral. Lineamientos que permitirán sostener una gestión completa de la Secretaría, capaz de fortalecer la identidad de la ciudad, visibilizándola como un territorio desbordante de expresiones culturales, adecuadamente planificadas y desarrolladas, con visión de futuro, integración, inteligencia y creatividad.

Se propuso la instalación de seis mesas de trabajo que aborden los lineamientos señalados anteriormente. Con una exposición inicial donde se explique el desarrollo del taller y su marco metodológico, además del funcionamiento legal y administrativo de la Secretaría y su configuración de relaciones dentro el ejecutivo municipal. A éstas, se sucederían las mesas de trabajo, con moderadores y facilitadores que orienten y concentren las propuestas. Tras las mesas, una plenaria que valide los acuerdos arribados y se pase a una explicación del presupuesto de la Secretaría para perfilar, posteriormente, los lineamientos de ejecución de gasto para el segundo semestre de 2017 y la proyección del POA del 2018.

Se dio a conocer la experiencia con la que cuenta Telartes al haber organizado los dos congresos nacionales de “Culturas en movimiento”, en Sucre el 2015 y en Cochabamba el 2016.