Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 17:55

Leer y escribir, dos modos de crecer siempre

Leer y escribir, dos modos de crecer siempre



En días pasados se presentó en el Centro Patiño el DVD El amor y la muerte, sobre la vida y obra de la escritora cochabambina Gaby Vallejo, de quien publicamos su discurso de agradecimiento.

Una obra literaria publicada, o la suma de las obras escritas por un autor o autora, no es una producción de él o ella solamente, sino la suma de lo mucho que leímos, de lo diario que vimos en las calles, de lo que nos dan los que nos acompañan en la faena de vivir, de lo que nos llega desde los genes de nuestros antepasados, de lo que se acuesta con nuestros propios sueños y fracasos. Tal vez, los escritores somos solo catalizadores de lo que nos rodea y se posesiona de nosotros, y nos habita. Y nos habita de tal modo que nos hurga el alma y obliga a escribir. Debo por eso agradecer a todos los que he ocuparon, sin darse cuenta, esos espacios nombrados. Sin ellos no hubiera podido escribir.

Pero también están los lectores, los editores, los maestros, los niños, los amigos. A los docentes voluntarios de la biblioteca Thuruchapitas con los que cumplimos tantos sueños, a los que me quisieron poco, a los que me quisieron mucho, a los que no me quisieron nunca es nobleza agradecerles. Todos ellos me ayudaron a crecer.

Cómo no agradecer a las personas del Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño, que han decidido convertirse en una caja de resonancia de mis palabras a través de este documental. A la directora, arquitecta Elizabeth Torres, sencilla e inteligente persona que ha puesto su sello en el funcionamiento del Centro, a la responsable del Centro de Literatura Boliviana, Jackeline Megía, por su compromiso con la literatura nacional, por la organización de constantes encuentros de escritores y por este DVD, ya que este documental es uno más de la serie de documentales realizados desde su despacho. Agradezco las otras personas del Centro Patiño que han ayudado y participado en este proyecto; a Luis Brun y Gilda Benavides, por haber puesto su emoción y nivel profesional-artístico en la realización del video. Agradezco a todas las personas que aparecen en la proyección, empezando de mis hijos, que aceptaron el desafío de registrar sus opiniones; a René Rivera Miranda, que por años ha registrado mi vida a través de su programa de televisión Fe de Erratas y que ahora, en nombre de la Cámara del Libro de Cochabamba, presenta este DVD. Agradezco a las personas que han llegado de otras ciudades, a Luis Urquieta, director de El Duende de Oruro; Lupe Cajías, periodista y escritora de la ciudad de La Paz; Marcia Ramos, escritora que viene de Oruro; a la persona que publicó hace años un primer artículo sobre Los vulnerables, Mario Araujo Zubieta; a Willy Muñoz que ha compilado un libro sobre mi producción literaria, La narrativa contestarla y social de Gaby Vallejo. Cómo no agradecer a ustedes que han decidido apostar por mí, viniendo a esta ceremonia para acompañarme, para testificar que un día el Centro Patiño me hizo un regalo enorme. Y agradezco a Dios, sin el cual nada de esto hubiera sucedido.

Posiblemente nací con la condición humana de vivir en el inquietante mundo de las palabras de otros y de las mías y de buscar canales para decir ese inquietante mundo.

Cuando ingreso a mi biblioteca con libros nuevos que compro o me regalan los amigos, me persigue cada vez más la idea de que ya no podré leer todos los libros. “La vida es breve, el arte es largo, imperecedero”, es un pensamiento que tengo repujado en cuero y pegado detrás de la puerta de mi biblioteca. Creo viene de algún escritor griego, me habla cuando me siento en alguno de los sillones, me ratifica ese sentimiento: la brevedad de la vida. No poder leer todo los libros y no poder escribir todos los libros que quisiéramos.

Ahora que estamos cruzados por el mundo digital y virtual que nos traga a niños, jóvenes y adultos, para defenderme de las amenazas de la desaparición del libro, digo frecuentemente a mis hijos y a los amigos que conserven los dos cuartos de libros como “Biblioteca de Gaby Vallejo”, a la que puedan acceder los ciudadanos del futuro como a un museo de alguien que vivió el inquietante mundo del libro impreso. Tal vez como al tempo de la bisabuela o tatarabuela que provocó el filme Los Hermanos Cartagena u otras adaptaciones de su obra a ballet, a teatro, a títeres, o, en este caso, un DVD que titula El amor y la muerte.

Leer y escribir son y serán, hasta el fin de todos los tiempos, dos modos íntimos de crecer siempre.

Gracias nuevamente.

Escritora - [email protected]