Una lectura de la más reciente película del director neoyorquino, que pasó fugazmente por la cartelera local y que aún puede hallarse en el circuito pirata.

De entre sus 25 largometrajes desde el año 1967 recordaré unas cuantas películas de este notable director, vistas con gran satisfacción en las salas del país. Taxi Driver, New York New York, La última tentación de Cristo, Cabo de miedo, La edad de la inocencia, Casino, Pandillas de Nueva York, Infiltrados, El lobo de Wall Street. Y el año 2017 nos ha ofrecido Silencio.

De esta última película hubo una excelente reseña en el suplemento Ramona de OPINIÓN del domingo 26 de marzo, con el título Llevando la fe al otro lado del mundo (originalmente publicada en el diario argentino Página 12), en este caso el Japón a mediados del milenio pasado. Para el que no haya visto la película, diré simplemente que se trata de dos jesuitas europeos que tienen como doble misión alentar a los pocos cristianos que hay en las islas de ese país asiático, a pesar de la dura persecución, y buscar a un estimado maestro de su orden del que se sospecha que ha apostatado o que ha renegado de su fe.

En la sociedad japonesa, con su propia cultura y religión, poco abierta entonces al resto del mundo, la policía, por orden de sus autoridades, al apresar a algún cristiano, lo torturaban hasta que pisaban una estampa metálica con la imagen de Jesús para hacerlos apostatar. Cuando cae preso el padre Rodríguez, uno de los dos jesuitas, se somete a la tortura antes de pisar la imagen, mientras simultáneamente están torturando a cristianos apresados. El conflicto en el interior del sacerdote es severo ante el dilema entre la defensa de su fe y la tortura y muerte de otros cristianos.

Entre las importantes enseñanzas de Jesús está que la ley está al servicio de la persona y no al revés, y que es más importante el ser humano que una imagen sagrada o un templo de piedra, pues el que hagan algo a los demás sea bueno o perverso se lo hacen a Dios.

En el cristianismo se han dado tergiversaciones de lo que enseñó Jesús. Pues, todavía hoy, hay más escándalo por una profanación de una imagen que ante la injusticia y los sufrimientos de las personas. También al comunicar la fe se ha faltado al respeto a otras religiones y culturas, y para defenderla se ha perseguido a las personas que no piensan igual que las autoridades de la curia vaticana, todo lo cual ha producido mucho sufrimiento, muchas injusticias y atrocidades a través de la historia.

Teólogo y bioquímico farmacéutico - [email protected]