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“Una página en blanco te baja los humos”

“Una página en blanco te baja los humos”



Entrevista con Barry Jenkins, director de Moonlight, filme que terminó llevándose el Oscar a la mejor película en la reciente entrega. La nota fue elaborada y difundida antes de la premiación.

Barry Jenkins está sentado cerca de la ventana en una suite de hotel de un piso alto de un rascacielos un día después de que su segunda película, Moonlight, fue nominada a ocho premios Oscar. Calmado, no parece estar resentido en lo más mínimo por el hecho de estar en Europa en el final del invierno como parte de un agotador tour promocional para su filme, cuando podría estar en su casa de Los Ángeles disfrutando de la adulación previa a los galardones.

“Sorprendido es la palabra incorrecta”, sugiere Jenkins cuando se le pregunta si se quedó atónito ante la cantidad de nominaciones que recibió Moonlight. “Estaba orgulloso de la película. Pensé que habíamos hecho un buen trabajo. Pero tengo amigos que han hecho grandes trabajos que nadie ve, así que nunca se sabe cómo van a salir las cosas”.

Moonlight es una historia de maduración en tres partes que narra la historia de Chiron, un joven negro gay que crece en la pobreza en una parte dura de Miami. Aunque está basada en la obra teatral de Tarell Alvin McCraney, “In Moonlight Black Boys Look Blue”, Jenkins admite libremente que la historia de McCraney tiene una resonancia personal muy fuerte para él. En particular, el personaje de la madre soltera y adicta Paula (brillantemente interpretada por la actriz británica Naomie Harris) es como la propia madre de Jenkins.

Una razón por la que Moonlight ha cautivado al público y a los críticos es que el dealer astuto Juan (Mahershala Ali) termina siendo uno de los personajes más sensibles y altruistas del filme. La madre adicta y hecha polvo tiene devoción por su hijo a su propia delincuencial manera. El sensible y aparentemente pasivo Chiron (“No soy blando”) eventualmente revela reservas de agresión oculta y también habilidad para absorber el castigo.

La obra original de McCraney había sido inspirada en su relación con un dealer local que, cuando él todavía era un niño, lo había tomado bajo su ala y actuado como una figura paterna postiza. “Al haber existido alguien así en la vida de Tarrell, él nunca fue dealer. El siempre fue un ser humano completo”, explica Jenkins. En la mayoría de las películas, agrega, un dealer negro “es simplemente un dealer negro”. Lo diferente de Moonlight es que deja ver otros aspectos del personaje y otras partes de su vida. “Para mí, vender drogas es algo que hace un hombre, este hombre. No es la totalidad de lo que es él”.

Jenkins nunca tuvo la intención de hacer un filme que “se dirigiera a todos y con el que todos pudieran identificarse”. “Es más sobre tratar de hacer el mejor trabajo que podemos para mostrar estos personajes y sus vidas”. El director describe a Moonlight como “cine envolvente” y habla de cómo quiere que el público vea lo que sucede desde la perspectiva de Chiron.

“Había una escena en la que Naomie, como Paula, se encuentra con Chiron en el patio, justo antes de sacarle el dinero de sus bolsillos”, dice Jenkins, describiendo un incómodo momento en el que Paula le roba dinero a su hijo para alimentar su adicción a las drogas. “Recuerdo filmar esa escena y pensar que, al ser esto algo tan personal para mí, estaba viviendo las cosas como un ser humano que había vivido esto que el público no, que la cámara no estaba transmitiéndole al público. Para asegurarse de que la audiencia sintiera por completo la fuerza emocional de la sensación de sentirse traicionado del muchacho, Jenkins la filmó desde el punto de vista de este, para que los espectadores tuvieran la sensación de estar mirando directo a los ojos de la madre mientras ella le hablaba a la cámara.

Jenkins eligió a Naomie Harris después de que se la recomendara la compañía de producción de Brad Pitt, Plan B. Al principio, Harris no quería interpretar a una adicta. El director recuerda haberle explicado: “En realidad vas a interpretar una versión de mi mamá y nunca crearía una versión de ella que no tuviera toda su humanidad”.

En ese momento, Harris había estado ocupada promocionando la película de Bond Spectre, en el que interpretaba a la señorita Moneypenny, pero se metió de lleno en prepararse para el papel de Paula. “Ella nunca consumió drogas, nunca tomó alcohol. En la vida real, es totalmente diferente de su personaje, pero confié en que cuando apareciera iba a tener esta presencia”, dice Jenkins. En la primera escena que filmaron, él le pidió que actuara mirando a cámara. Cuando ella aceptó, él se dio cuenta de algo: “Estábamos trabajando desde la misma base y adonde yo necesitara llevarla, ella iría. Fue simplemente una hermosa experiencia”.

Al final de uno de los episodios, Chiron hace algo brutal con uno de sus atormentadores. Es un momento catártico y algunos espectadores han celebrado eso. Pero cuando Jenkins vio la película en el Festival de Toronto, hubo aplausos y también respiración entrecortada. El mismo no ve ningún triunfo en esa escena. “Hay una cicatriz física en el matón, pero también una cicatriz psíquica en Chiron”, dice sobre el momento que representa simbólicamente la pérdida de la inocencia para el chico, incluso aunque se reivindique a sí mismo.

La película fue filmada en Miami, que es donde creció el propio Jenkins. El describe a la ciudad como un personaje de la historia. “Su esencia, su atmósfera, su espiritualidad... tenían que estar. No podía ser en ningún otro lado. Habría sido una película distinta si no se hubiera hecho en Miami”.

El año pasado hubo una furiosa controversia acerca de lo que el director Spike Lee llamó “otra votación entre blancos” en los Oscar. Jenkins estaba en post producción de Moonlight en ese momento y siguió el debate con interés, apenas cayendo en la cuenta de que un año más tarde él mismo sería uno de los máximos candidatos al premio. “La industria cinematográfica en la que trabajo no es homogénea. Creo que todo eso que se habló (en 2016) tuvo que ver con tratar de tener todos esos que manejan cosas reflejaran la industria en la que trabajamos, el mundo en el que vivimos”, nota acerca de lo que parece haber sido una transformación del evento desde la bronca del año pasado. La Academia se comprometió a tener el doble de miembros mujeres y de minorías en 2020, y las nominaciones de este año ya están entre las más diversas de la historia. Jenkins le da la bienvenida al trabajo que se ha hecho para “traer voces de los márgenes al centro”.

Para él, el desafío ahora está en hacer algo después de Moonlight. No quiere hablar sobre proyectos futuros, pero la prensa del cine reportó que está encaminado a dirigir la adaptación televisiva de la novela de Colson Whitehead The Underground Railroad, la historia de un esclavo que huye de una plantación de algodón de Georgia y es perseguido por un despiadado cazador de esclavos. Jenkins insiste en que encarará cada proyecto futuro del mismo doloroso modo que lo hizo con Moonlight: “Cuando todo esto termine, voy a abrir mi cuaderno de notas y ya sé que habrá ahí: una página en blanco. Y llenarla va a llevar la misma cantidad de trabajo que con esta película. Como escritor, una página en blanco te baja los humos enseguida. Siempre lo hace y siempre seguirá haciéndolo”.

Periodista