Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Carga sellada

Carga sellada



La película boliviana, estrenada en 2016 y dirigida por la cochabambina Julia Vargas, pasó por el Festival de Cine de Palm Springs (Estados Unidos). Su exhibición dio lugar a este comentario publicado en la prestigiosa revista estadounidense Variety.

La película seleccionada por los bolivianos a los Oscar es un drama-comedia sobre un tren secreto que se convierte en un escándalo nacional.

Bajo el título de ficción y basada en los hechos, Carga Sellada (Sealed Cargo, 2016) logra una gran cantidad de hilarante emoción por la poco apasionante idea de que la policía intente esconder lodo tóxico importado en un sitio de vertedero rural. Esta boyante comedia dramática de la directora/co-guionista Julia Vargas-Weise hace malabares con muchas bolas con aparente facilidad, desde elementos de farsa y romance hasta comentarios políticos. Mientras que la película ha mantenido un perfil extrañamente bajo al competir en una larga línea de festivales de segundo nivel en el último año, su selección como la representación de Bolivia para los Oscar podría traer a esta coproducción internacional algún bien merecido interés de los distribuidores offshore.

Sea cual fuere el residuo verde brillante que se escapan de los barriles de servicio pesado, y donde quiera que se haya originado, requiere el manejo de los trabajadores en trajes de buzo completo. La película muestra el descuido con que este presumible veneno del Primer Mundo está siendo descargado en las naciones inocentes del Tercer Mundo, cuando un trabajador simplemente pega “América” sobre la segunda palabra de la leyenda del barril: “Sudáfrica”.

Poco después, el capitán Héctor Mariscal (Gustavo Sánchez Parra) está emocionado de conseguir una promoción. Él y la esposa trofeo, Nena (Prakriti Maduro), pronto serán enviados a trabajar con la DEA en Washington, según un superior lo informa. Pero hay una trampa: primero, este servidor público obedientemente debe supervisar el transporte de alguna carga dudosa a un lugar convenientemente fuera de la red ferroviaria, donde será eliminado lo más silenciosamente posible. Para ello, lleva consigo a tres oficiales de bajo nivel: el relajado cínico Urdimala (Fernando Arze); el ansioso joven campesino Choque (Marcelo Nina); y un viejo y devotamente cristiano Mendieta (Gonzalo Cubero), con un plan para viajar a lo alto de las montañas en un tren largamente desmantelado, especialmente sacado del polvo para la ocasión. El tren es el orgullo y la alegría del burlón y anti-autoritario conductor/ingeniero Agustín (Luis Bredow), que también ha salido de la jubilación. Pero Agustín ve su lealtad atada a esa locomotora antes que al policía oficioso que ahora le ladra órdenes.

Después de unos cuantos saltos inesperados, las cosas parecen ir suficientemente bien. Pero se hace evidente demasiado pronto que las noticias de la carga contaminada se han filtrado a los medios de comunicación. Los manifestantes locales, encabezados por un activista indígena (Jorge Hidalgo), que aparece con frecuencia como un héroe occidental de “spaghetti western”, aparecen casi en todas partes en el presunto “Tren de la Muerte”, a sabiendas de su potencial para envenenar sus ríos, suelos y vida. En una de esas detenciones, los hombres descubren un polizón, Tania (Daniela Lema), una joven que afirma que solo quiere un medio de transporte a la gran ciudad. Problemas mucho mayores surgen rápidamente, ya que los bloqueos de los ciudadanos obligan al tren y su personal atormentado a retroceder, cambiar de planes e incluso intercambiar disparos con los manifestantes.

Vargas-Weise y el co-guionista Juan Claudio Lechín han logrado una encantadora extensión de la historia, con espacio suficiente para dar bofetadas, sátira social, acción, un triángulo amoroso, suspenso y una sorprendente evolución conmovedora. Todos los personajes principales son tratados con humor y afecto, garantizando arcos dramáticos que les prestan una profundidad agradable. (Incluso la esposa de Mariscal, que intenta abusar de funcionarios que ya abandonan el barco durante el escándalo creciente, demuestra que tiene más valor de lo que parece.) La nota principal de la aventura de absurdo pesaroso culmina en un conjunto surrealista que involucra a un pequeño ejército de hombres en ancestrales trajes tradicionales y con cuernos.

Vargas-Weise ha ensamblado un diseño fino y empaque técnico para apoyar un reparto excelente y un cuento inteligente, tonalmente impredecible. La cinematografía de pantalla ancha de Milton Guzmán hace un gran uso de algunos paisajes impresionantes e imponentes para crear vistas de la pantalla dignas de Leone.

Versión traducida del inglés al español por el equipo de Carga Sellada. El texto original puede leerse en el siguiente enlace: http://variety.com/2017/film/awards/sealed-cargo-palm-springs-film-review-1201963274/

Crítico de cine