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Bauman, profeta de la posmodernidad

Bauman, profeta de la posmodernidad


Nacido en Poznan (Polonia) en 1925, falleció el 9 de enero el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, una de las mentes que mejor ha explicado la sociedad posterior a la Segunda Guerra Mundial. Cuando el ejército alemán invadió Polonia en 1939 sus padres, judíos no practicantes, huyeron al Este buscando refugio en la Unión Soviética. Alistado en el Primer Ejercito Polaco, combatió en la caída de Berlín. En 1945 fue condecorado con la medalla Cruz al Valor. En 1948 conoció a Janina, una joven estudiante de periodismo y ciencias sociales que será su “sólido apoyo para toda la vida” y autora del libro, Winter in the Morning (1986), un estremecedor relato autobiográfico del gueto de Varsovia.

Sin confirmación segura, parece ser que hasta 1953 formó parte de la inteligencia militar de una unidad de combate dedicada a combatir a restos de los ejércitos ucranianos y polacos antiestalinistas. En una entrevista a The Guardian, el pensador lo admitió como un error que achacó a su juventud.

Todavía trabajaba para la inteligencia militar como capitán cuando comenzó a estudiar sociología en Varsovia con maestros de la talla de Ossowski y de Hochfeld. En 1953, su padre fue descubierto tratando de que la Embajada de Israel le facilitase el traslado al país. Interpretado este hecho por el gobierno polaco como algo impropio, su hijo fue expulsado del Ejército. La imprevista consecuencia de esta arbitrariedad fue la dedicación total de Bauman a la sociología y su incorporación como docente e investigador a la Universidad de Varsovia.

La Guerra de los Seis Días, entre Israel y Egipto en 1967, desencadenó una virulenta campaña antisemita en Polonia. Bauman y otros cinco profesores fueron expulsados, como se relata en la espléndida biografía de Dennis Smith Zygmunt Bauman: Prophet of Postmodernity (Polity Press, 1999). En 1968, purgado y desposeído de su nacionalidad, encuentra refugio en la Universidad de Tel Aviv (Israel). Atrás quedan los años de plomo del estalinismo y su pertenencia al Partido Comunista Polaco.

En 1971, la Universidad de Leeds (Reino Unido) le ofrece un puesto de profesor permanente. Deja de publicar en polaco y comienza a escribir en inglés. Director del Departamento de Sociología sus textos pasan desapercibido en el difícil y exclusivo contexto académico británico (otro judío, un gigante intelectual del siglo XX, Norbert Elias (1987-1990), “solo” pudo ser catedrático de sociología en la Universidad de Leicester, también en la periferia universitaria).

Hasta 1989 Bauman no comienza a ser reconocido. Ese año aparece Modernity and the Holocaust. La edición en español aparecerá a cargo del sello Sequitur en 1997. Un año después recibe por esa obra el prestigioso Premio Amalfi y es entonces, cumplidos los sesenta y cinco años, cuando comienza a publicar la obra que le ha dado fama y notoriedad mundial. Títulos como Modernidad y ambivalencia (1991), Modernidad liquida (2000), Amor líquido (2003) o Vida de consumo (2007) convierten a Bauman en un intelectual traducido y aclamado en todo el mundo.

Como dejó escrito Bauman, Gramsci me dijo “qué”, Simmel, “cómo” y Janina “para qué”. Su obra está construida de tal modo que cada libro sirve de base al siguiente. Contempla la sociedad actual sumergida en un estado fluido. El paso de la modernidad a la postmodernidad se caracteriza por una profunda crisis que provoca fuertes zozobras institucionales y personales y la sensación de que la vida es un tiempo desperdiciado. El Estado era en el pasado una referencia, una sólida estructura, que ha sido sustituida por unas fuerzas globales que parecen surgidas de lado oscuro de la vida.

Bauman supo adelantarse a su tiempo al plantear conceptos como “modernidad líquida” o “amor líquido”. La realidad social, el “mundo líquido” que presenta en sus textos está caracterizado por la volatilidad, por el cambio rápido. En una sociedad de consumo y fluidez los hábitos estables, las costumbres arraigadas, los marcos cognitivos sólidos o los valores estables, se transforman en impedimentos, en carga pesada que debe abandonarse.

La postmodernidad o en palabras de Bauman, la “modernidad líquida”, se caracteriza por ser una sociedad de consumidores individualizada y con escasas regulaciones. Su ambivalencia deriva de trastocar el orden, la pureza, la disciplina y las regulaciones normativas del viejo orden en procesos de seducción. Procesos cuyo fin es pasar de las políticas públicas a las relaciones públicas.

Indeterminación y contingencia se han apoderado del imaginario social de la “modernidad líquida”. La identidad válida es, para Bauman, aquella que está en un esfuerzo constante de autoconstrucción frente a los demás, utilizando el consumo como herramienta principal de expresión. La vida organizada alrededor del rol productor ha pasado a girar en torno al rol del consumidor y al bienestar de su cuerpo. De ahí que el último estante abierto en las grandes superficies comerciales no sea el del amor sino el del narcisismo.

Descanse en paz un pensador austero y lúcido al que tocó vivir las tragedias del siglo XX y las transformaciones que nos han conducido hasta la actualidad.



Periodista