Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

Estrenos 2017, expectativa y nostalgia ante la falta de originalidad

Estrenos 2017, expectativa y nostalgia ante la falta de originalidad


Hace rato que Hollywood no busca originalidad en sus producciones. No estamos inventando la pólvora ni mucho menos al decir esto, es que ya son varias las décadas en las que importa más la innovación en la forma que en el contenido. Así, la sucesión de secuelas, remakes, precuelas y spin off continúa interminablemente. Pero la meca del cine siempre se las rebusca para hacer igualmente interesantes sus ya trilladas propuestas, y parece que en la segunda década del nuevo milenio le encontró la vuelta: generación de expectativas apelando a la nostalgia. Fórmula que, con las muy buenas Star Wars: El despertar de la fuerza, Mad Max: Furia en la carretera y la serie Stranger Things, logra atraer a ese público que no termina de alejarse del todo del cine pipoquero.

Dicen que la globalización de las superproducciones de Hollywood es el motivo de los tan convencionales argumentos, buscando fórmulas ya probadas e historias universales que le dejan a la televisión estadounidense el espacio de la creatividad y la posibilidad de orientarse a un público netamente de EEUU. Dicen que el mercado de la promoción cambió y las películas ya no se recomiendan de boca en boca, sino que se genera la expectativa previa al estreno con enormes campañas de marketing, para que en el primer fin de semana estalle la taquilla y, en un par de semanas, otro tanque de Hollywood capte la atención y las salas. Pero no es objetivo de este artículo buscar las causas, sino mencionar las películas más esperadas del año venidero que siguen esta lógica de expectativas + nostalgia.

Empecemos por el final: el punto más alto del 2017 llega el 5 de octubre con la promocionada secuela de Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Otra vez con Harrison Ford a la cabeza, secundado por Ryan Gosling, la esperada continuación de la historia de replicantes imaginada por Philip Dick será dirigida por el siempre interesante Denis Villeneuve (La sospecha, La llegada). La película tiene todo para ser el filme del año o el fiasco de la década en igual proporción. El tiempo dirá.

En orden de importancia tenemos el 14 de diciembre el Episodio VIII de Star Wars. Ya nos mataron a Han Solo y todo parece indicar que el muerto ahora será Luc Skywalker. No es Spoiler, es suposición tras ver miles de este tipo de relatos. Si en Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza moría Obi-Wan Kenobi y en Star Wars: El despertar de la fuerza, el personaje de Harrison Ford, se entiende que al morir el Yoda en Star Wars: Episodio V – El Imperio contraataca, el que muera aquí sea el interpretado por Mark Hamill. Solo es una percepción.

La Liga de la Justicia es la versión de The Avengers: Los vengadores de la DC Comics, rejunte de superhéroes con Batman y Superman a la cabeza, sumada la Mujer Maravilla que también tendrá su película a solas (el 1 de junio) para agregarla al combo. Los fanáticos de los superhéroes no pueden dejar de verla más allá de los buenos o malos comentarios que se anticipen, trailers incluidos. Va el 16 de noviembre.

La película de Baywatch tiene todo para ser el gran bodrio del año. ¿Por qué la mencionamos entonces? Porque puede que sea tan mala que pegue la vuelta y se vuelva divertida. No hay manera de tomarla en serio, la serie ya era bastante ridícula. Esperemos que así sea. Actúan los baywatch originales David Hasselhoff y Pamela Anderson, y va el 11 de mayo. En la misma línea el 23 de marzo se estrena la película de los Power Rangers.

T2 Trainspotting tiene el mismo elenco y director de la original, lo cual es tan bueno como malo. Invita a verla con las expectativas mencionadas, y pone la vara muy alta intentando igualar a la original en otro de los casos que apunta más a recordar la original que a superar al clásico. Se estrena el 2 de marzo. Algo similar sucede con Alien Convenant, el regreso de Ridley Scott a la saga de Alien con Noomi Rapace en el papel de Sigourney Weaver. La elección es buena, veremos cómo le sienta el papel de guerrera atormentada a la actriz que da vida a Lisbeth Salander en la versión sueca de la trilogía Millennium. Claro que el film debe acompañarla. 

El año pasado, el público llenaba las salas para ver Cincuenta sombras de Grey, película que el 9 de febrero tiene su continuación. La historia de esta chica que debe dejarse dar unos chirlos para que su novio la lleve de paseo en helicóptero, no es otra cosa que una adaptación contemporánea de La Cenicienta. Resulta que al chico le gusta el masoquismo, pero, lejos de la controversia sexual, la película se plantea como una sumisa historia de amor. 

Entre otras secuelas y remakes de menor relevancia están la remake de Línea mortal, la película de médicos adolescentes que desafiaban la muerte con Julia Roberts y Kiefer Sutherland en los 90, y de la misma década también se hizo de nuevo el clásico con Robin Williams, Jumanji (27 de julio). El 8 de junio se estrena una nueva versión de La momia con Tom Cruise. El terror regresa con La llamada 3 (2 de febrero), también con la chica de cara pálida y pelos sobre el rostro asustando desde un muy pero muy de culto VHS y habrá otra de Rápidos y furiosos (13 de abril), sin el personaje de Paul Walker, ni la familia como tema base de la saga en la cual Vin Diesel se corta solo, y otra de El planeta de los simios con Woody Harrelson haciéndole la guerra a los monos.

En fin, hay expectativas que generan el recuerdo nostálgico del clásico original, que estas nuevas producciones nunca superarán, pero tampoco pretenden. Con generar el marco propicio para que el público de recuerdos idealizados asista al cine, les alcanza y sobra para existir y seguir existiendo. Mientras tanto, nosotros seguiremos viéndolas y tratando de rescatar algo bueno de ellas. Porque el regreso sobre un relato del pasado siempre habla del hoy, aunque tampoco inventamos la pólvora al decir esta frase.

Crítico de cine