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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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FERIA LIBRE

Delicias de la armónica

Delicias de la armónica
Para mucha gente la armónica de boca es un instrumento de niños, aquel con el cual todavía algunos hacen sus primeros tanteos en la expresión melódica. Es fácil de tocar y algunos temas sencillos salen sin mayor esfuerzo, como “Oh Susana”, “El himno a la alegría” (Beethoven) o “When the Saints go marching in” (gospel popularizado por Louis Armstrong). El caso de Beethoven es notable porque se puede sacar sin sufrimiento la sexta sinfonía “Pastoral” en una armónica; lo cual refleja, simplemente, que todos sus temas son tonadas campesinas. Nada raro, la gran música nace del pueblo.

Pues este instrumento la armónica es muy antiguo. Según las enciclopedias viene de la antigua China y hay documentación que identifica uno parecido por el 3.000 A.C., tocado por una emperatriz mítica. El instrumento tal como lo conocemos ahora nació en Bohemia, actual República Checa, recién en 1830 gracias a un señor Richter, inventor, que aprovechó varios modelos arcaicos hechos por constructores de órganos alemanes. Treinta años después otro alemán, Hohner, relojero, perfeccionó la armónica y creó la más célebre y prestigiada marca del mundo.

Cabe señalar que hay dos familias de armónicas: las diatónicas de 10 agujeros, llamadas también de blues, que son complejas de tocar y requieren de aprendizaje sistemático; y las cromáticas, más sencillas y populares. De estas quiero comentarles. Las cromáticas poseen la gracia de que contienen la escala musical completa, con sostenidos y bemoles. Según la cantidad de agujeros dan más escalas. Algunas tiene un botón deslizante para lograr los semitonos y hay otras manos libres (como las que suele usar Bob Dylan).

¿Qué se puede tocar en una cromática? Pues de todo. Si les interesa, consigan para empezar una con números marcados, por ejemplo, la Hohner Weekender afinada en do (C) que tiene 20 agujeros dobles y 11 números. Usando dichos números (tesituras) como guía pueden tocar por ejemplo “Hey Jude” de Lennon y McCartney de la forma que muestro a continuación. Atención: por convención el signo menos (-) significa aspirar y el número sin signo es soplar. Entonces “Hey Jude” queda: 6556-6-4-45-577-76-66-55. Luego la canción sigue así: 6-6-6-6-87-77-66. Apuntarle al -8 es algo difícil pero se logra. Para completar el tema vienen: 4-45-666-55-34... Si gustan de los Beatles sigan con “Yellow Submarine” o “Let it be”, que tampoco son inalcanzables.

Bueno, pronto no necesitarán los números marcados. De mis armónicas la que más uso es una Hohner Echo, de 16 agujeros y lengüetas dobles. Una puede dar sostenidos y la otra bemoles. Tiene celdas por ambos lados afinadas en do (C) y sol (G, más aguda). Aunque es pequeña y cabe en el bolsillo, su vibrato esconde pretensiones orquestales. A veces la pruebo en el metro perturbando a los ensimismados en sus teléfonos portátiles.

Ojo: hay que conocer las canciones para tocar, la armónica es una prolongación de la voz como ningún otro instrumento. Se pueden buscar tesituras en Internet, no partituras, que no hacen falta. Lo que casi no se encuentra es música andina, pero este columnista ha reconstruido melodías del repertorio tradicional y si me escriben les mando las tesituras. ¡Palabra de boliviano ad honorem!, como me dicen los amigos Ramonantes.

Escritor chileno - www.bartolomeleal.cl