Empecemos por esto: me bloqueó del Facebook. Horas antes me había enviado un sinfín de amenazas que tenían que ver con fracturar alguna parte de mi cuerpo si publicaba una reseña de su novela. Por ejemplo, la cabeza. Por ejemplo, la cara. Por ejemplo, los hombros. Por ejemplo, los pies. Soy un tipo duro y no me arredré: hoy tengo la nariz desviada y aún tengo conjuntivitis.

En mi convalecencia, surgieron estás preguntas: ¿Cuál es el estado de la crítica de arte? ¿Existe una crítica profesional? ¿Qué es una crítica profesional? ¿Qué suplementos dedican un espacio a la crítica? ¿Cuánto dura la conjuntivitis? ¿Habrá alguna solución?

Respuestas pensadas por Wikipedia

1. Hay crítica académica. Hay crítica laica, las menos. Hay crítica vendida. Hay crítica comprada. Hay crítica especializada, que es la misma que la académica, pero más underground. Hay crítica light. Hay crítica de izquierda. Hay crítica de derecha. Hay crítica de hincha. Hay crítica de red social. Hay crítica de sobar la espalda, las más.

2. La crítica de arte (impresa) se divide en dos: crítica académica y crítica laica. La mayoría de académicos escribe para un público que Góngora amaba: el lector ideal y que tiene una vasta cultura; y sabe reconocer a Barthes y Foucault y Derrida. Este crítico de arte canoniza a sus amigos y se burla de quienes no están en ese círculo.

3. La crítica laica está compuesta por parias e indocumentados y otras aberraciones. Algunos se dedican a escribir elogios sobre obras de arte. Estos quieren pertenecer a un círculo, primer problema. Otros escriben para agradar, son tibios y tienen remordimientos, segundo problema. Otros para provocar, generar disputas. Los pocos se preocupan por el lector y el artista: acercan la obra de arte al público; ayudan al artista para que reconozca sus errores y se perfeccione.

4. «La conjuntivitis es la inflamación de la capa conjuntiva, membrana mucosa que recubre el interior de los párpados y que se extiende a la parte anterior del globo ocular».

Diálogo de un articulista con un artista

—Leí la novela.

—Es buena, ¿no? Es lo mejor que escribí.

—Tiene algunos problemas. Usas los diálogos como diálogos de enciclopedia.

—Eso solo lo piensas tú. Ayer la leyó un expresidente y le encantó.

—¿Goni la leyó?

—Otro expresidente, más culto.

—El otro problema es que se parece mucho a La lista de Schindler.

—Es un halago.

—Es casi plagiario.

—Igual sacarás una reseña positiva, ¿no?

—La reseña será como debe ser.

—Tengo amigos.

—¿Es una amenaza?

—Tengo amigos poderosos.

Termino con lo que dijo un periodista: «Para ser creíble y útil, [la crítica] debe ser sincera, sin elipsis convenientes, sin ponerse al servicio de unos y en contra de otros, sin miedo a sus efectos en la relación personal del crítico con los artistas. Antes del arte y la crítica está la ética; sin esta, los dos primeros solo son remedos».

Periodista y escritor - [email protected]