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Hilda Mundy va al cine

Hilda Mundy va al cine



Editado por la Biblioteca del Bicentenario, el libro Hilda Mundy. Obra reunida presenta también textos de la poeta orureña en relación al séptimo arte.

Recientemente, la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) —esta gran iniciativa editorial impulsada por la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, a través del Centro de Investigaciones Sociales— publicó: Hilda Mundy. Obra reunida. Se trata de una exhaustiva recopilación de textos que fueron editados como libros, tal el caso de Pirotecnia: ensayo miedoso de literatura ultraísta (1936) y la publicación póstuma de Cosas de fondo (1989). Sostiene Rocío Zavala Virreira en el estudio introductorio que acompaña este volumen de la BBB: “Hablar de Hilda Mundy es salir del camino, cambiar de dirección, ensayar. Es buscar, más que en libros, en periódicos. Más que en colecciones, en recortes o colecciones siempre incompletas”. Es así como Zavala Virreira se anima a presentar esta recopilación de escritos dispersos que pone a disposición del lector la más completa obra de Mundy hasta ahora editada.

Si bien el libro nos permite descubrir la obra de una de las mujeres imprescindibles a la hora de pensar la literatura boliviana del siglo XX, por su orden y fina búsqueda de escritos de Mundy, este volumen de la BBB nos da la oportunidad de conocer algo más sobre ella y su mundo, o el mundo urbano - andino de los años 20 y 30, época que está marcada por momentos históricos importantes, tal es el caso de la Guerra del Chaco (1932-1935). En lo cotidiano, y esto se impregna en las referencias que hace Mundy a lo largo de muchas de sus páginas, este es un tiempo también signado por la presencia del cine, de la sala de cine y el mundo de lo cinematográfico.

Es así que Hilda Mundy se anima a dedicarle toda una página al cine, en sus notas escritas para el diario La Mañana (Oruro). En su columna habitual Brandy cocktail, escribió: “CINE: Espectáculo propicio para el amor. Penumbra esfumada y suave. Silencio discreto. Ambiente tibio. Butaquitas monas y muy juntas… Al frente, realidades bellas, transmitidas al celuloide por un conjunto de artistas simpáticos y sabios en el beso”. Esto, más allá de múltiples notas de esta misma columna periodística con alusiones al cine, también permite reconstruir una época del séptimo arte. Así sucede, por ejemplo, cuando en esa misma nota alude a los protagonistas de aquellas cintas. “He aquí por qué veo la atracción de Dita Parlo, la distinción de Mary Pickford, la risa ingenua de Anita Page en nubes de chiquillas de nuestra esfera social”.

Con un libro de las características que presenta ahora la BBB, con esta obra reunida, es posible dialogar abiertamente con el cine desde el ámbito periodístico y literario como no se ha hecho hasta ahora dentro de los estudios sobre cine en Bolivia. Teniendo el corpus básico de la obra de Mundy tan sembrado de referencias cinematográficas, como no es usual en la literatura boliviana, se podría pensar por primera vez en repetir una de las fórmulas más interesantes de los últimos tiempos, aquella que sugiere la posibilidad de hacer un ensayo bajo el rótulo de “Hilda Mundy va al cine”.

En 1966, el actor Hanns Zischler, quien trabajó con Jean-Luc Godard, Wim Wenders o Steven Spielberg, entre otros, escribió un curioso libro titulado Kafka va al cine. Sostiene Gonzalo Aguilar, director de la colección Los escritores van al cine, de la argentina Libraria Ediciones: “Con paciencia y amor por su objeto, el autor recorrió las cinematecas de Praga, Berlín y París, con el único fin de ver o de reconstruir el argumento de las películas (muchas de ellas perdidas) que Kafka menciona en los Diarios. A lo largo de sus páginas, Zischler nos cuenta cómo eran las salas de cine de aquella época, quiénes eran las estrellas de un cine todavía mudo, qué buscaba Kafka en esas películas y por qué marcaron su vida y su literatura”. Siguiendo este ejemplo es que Libraria Ediciones se animó a continuar la senda y presentó la colección Los escritores van al cine. Uno de esos volúmenes es justamente Arlt va al cine, de Patricio Fontana. Se trata de una exhaustiva investigación sobre el cine que vio Roberto Arlt en su tan peculiar Buenos Aires, y al cual hace referencias no solo desde las salas, sino desde los personajes y protagonistas de este fabuloso arte.

Ahora que uno puede leer a Mundy de esta manera tan completa, en esta obra reunida, es urgente ser más fino en la lectura y descubrir que, a través de lo que dice sobre el cine, hace una crítica a la sociedad de la época y su relación con el entretenimiento: “Patriota es la fauna de emboscados que tuvieron el suficiente valor de privarse por largo tiempo de cines, billares y audiciones musicales en la Plaza Central”. Pero también se deja maravillar por el encanto de la pantalla grande y se asombra cuando ve proyectarse toda esta magia en una sala oscura: “Y así, este pecado bárbaro de la vida matrimonial parece bello. Se lo ve tan agradable en las actrices de cine frente al objetivo, con misteriosas citas, fugas en automóvil, pistoletazos nulos, que ya constituye una ambición femenina en los corazones de las chiquillas hipersensibles”.

“Si en los siguientes meses o años vemos a los jóvenes estudiantes agarrando una obra del Bicentenario en la mano, debatiendo o reflexionando acerca de tal o cual capítulo; entonces, el objetivo y la misión de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia se habrá cumplido: ayudar a la formación de una nueva generación de estudiantes con una mejor capacidad intelectiva, de estudio, análisis e investigación en el ámbito de la realidad social boliviana”. Así concluye el vicepresidente Álvaro García Linera la presentación de la BBB, y a esto hay que darle una pronta respuesta. El esfuerzo que hace la BBB por publicar esta tan destacada colección de libros, como resultado de una voluntad política estratégica para el fortalecimiento de la “comprensión de la formación de la sociedad, el Estado, la economía y la estructura social en los últimos siglos”, merece ser acompañado por estudios complementarios que permitan el desarrollo integral de disciplinas tan diversas como el arte o la economía.

En el caso particular del cine, estamos ante la necesidad de la aprobación de una nueva Ley del Cine en la que se contempla la “crítica e investigación” como parte de la cadena productiva, y como parte de las actividades a las que se les pueda asignar fondos con destino de publicaciones editoriales y virtuales. Surge entonces nuevamente la solicitud de una aprobación rápida de esta ley, la cual permitirá, en un futuro cercano, que la actividad académica especializada pueda integrarse de manera efectiva en un momento clave de la construcción del Estado Plurinacional de Bolivia, desde sus propias identidades locales en diálogo con otras expresiones culturales y artísticas que han merecido particular atención en el último tiempo. Que Hilda Mundy vaya al cine es para los investigadores un camino que debe ser acompañado por nuevos trabajos intelectuales, los cuales deben permitir también que se abran nuevas vetas de investigación que no se encuentren aisladas, sino que dialoguen con su tiempo actual y con nuestro pasado más reciente.

Crítico, gestor e investigador de cine - @ufoabduccion