Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Cómo (no) escribir una novela

Cómo (no) escribir una novela



Reflexiones en torno al acto de la escritura literaria y lo que se enseña en la academia.

El intento

Estoy desesperado. Mi amigo apodado El Macurcas me pasó un libro pirata que consiguió en la deep web (en la versión doblada al español es internet profunda): Escriba una novela en 30 días. También me pasó su secuela, Aprenda a leer en 30 días el libro Escriba una novela en 30 días. ¡Me dijo que era parte de una trilogía! Repito: estoy desesperado y con 40 borradores de una novela que no va a ninguna parte. Además, tengo conjuntivitis.

¿Cómo escribir una novela?

Busco frases motivadoras mientras como un pollo frito. «Tengo 78 años, ¿Si escribir es tan frustrante y difícil para mí, qué me ha llevado a seguir haciéndolo? Y la respuesta es muy tonta, es que no sé cómo parar. Si pudiera dejar de escribir lo haría, pero no sé cómo hacerlo», dice Phillip Roth. Y me emparento con el buen Phillip (y me hinco ante su fotografía que tengo en mi ropero, que en realidad había sido la fotografía de Hemingway. Me lo dijo El Macurcas).

Estoy de acuerdo: escribir es difícil y se pierde la vida. Pero es mejor perder la vida escribiendo que en un cubículo, por ejemplo, sellando cartas; por ejemplo, haciendo sellos para sellar cartas.

Para tratar de responder mis preguntas, me inscribí a la única carrera de Literatura de Bolivia, en la UMSA. Lo que me dijeron el primer día fue: «No estás aquí para ser escritor». Y esas personas pensaban: «No sabemos cómo escribir una novela».

Dato interesante: en Estados Unidos existen carreras de Literatura donde te enseñan a escribir ficción y otras donde te enseñan crítica literaria. En Bolivia te enseñan a ganar becas y a desaparecer del país, a estar en el país y odiar la literatura, o a ser uno más de ellos: un académico sin corazón y con ojos estrábicos.

Posibles soluciones

Leer las cartas de Kafka y darse cuenta de que escribir es reescribir hasta el cansancio y pasar la mayor parte del tiempo sin rumbo. Leer Cartas a un joven novelista de Vargas Llosa y darse cuenta de que se necesita esfuerzo y tozudez para escribir una novela (y planificación).

Leer las cartas de Flaubert y darse cuenta de que escribir una novela es luchar contra uno mismo, quitarse máscaras, saber que, para crear ficción, uno debe ser sincero y mirar fijo a tus demonios; saber que uno es ignorante y de nada sirve tener una postura académica o de inteligencia. De nada sirve tanta banalidad, al final todos moriremos y seremos olvidados.

La otra solución es un trabajo inverso: agarrar una novela, por ejemplo La guerra y la paz de Tolstoi, y releer y releer y luego recortar cada párrafo y luego cada oración y luego cada palabra, y buscar el camino de creación de su autor; pegar las frases en la pared de tu cuarto y descubrir la planificación del autor: cada personaje, cada situación.

Obvio, luego te llevarán a un centro para enfermos mentales por ser un fanático de recortar libros.

Academia «La verdad»

De algo estoy seguro: se puede aprender a escribir ficción. Este trabajo está más emparentado con la labor del artesano que con la del académico. Son opuestos. Para escribir, debes desaprender; para ser académico, te debes refugiar en lo que sabes y en muchas máscaras de Carnaval.

Por si las dudas, regresé a consultar a mi amigo El Macurcas y me pasó el siguiente audiolibro (que completa la trilogía): Aprenda a leer el libro Aprenda a leer en 30 días el libro Escriba una novela en 30 días.

Periodista y escritor - [email protected]