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Sobre la poesía (I)

Sobre la poesía (I)



Sobre las diversas definiciones aplicables a la expresión literaria y lírica.

Clase de Literatura del 2009 y un estudiante pregunta: «¿Qué es la poesía?». La docente dice con sorna: «Esa ignorancia la arrastran desde colegio». Y dice: «Empecemos por lo mínimo para que ustedes entiendan». Y piensa: «El IQ de mis alumnos es menor a 50». Y dice: «Un poema está en un poemario». Y dice: «Un poemario es un conjunto de poemas». Y dice: «Un poema no es una poesía». Y dice: «Una poesía no es un poemario».

La docente da por terminada su explicación y luego se burla de la poesía actual. La pregunta fue contestada con una clasificación. Pero, ¿en realidad es una respuesta? ¿La poesía es una mera clasificación? ¿Es un mero concepto o definición? ¿Qué diferencia a un buen poeta de uno malo?

Los griegos entendían la poesía como tres formas del arte de la palabra: poesía lírica que se la cantaba, con lira en mano; poesía teatral que, a través de la catarsis, renovaba a las personas; poesía épica, que narraba la historia de un gran héroe y sus pesares. La pregunta del estudiante tal vez se refería a la poesía lírica. Haré un intento de respuesta, como esbozo o como charla en un café.

La poesía en sus inicios era para ser representada. Mejor dicho, cantada. Las palabras debían aspirar a la música: ser música. Tal vez por eso la definición de Cortázar es la que más se acerca a una definición de poesía: «El cuento se asemeja al box y la poesía a la danza».

Entonces no habría mucha diferencia entre un poeta y un cantante (bueno, para los académicos, sí). Copio los siguientes versos. «Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,/ Yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego…». «Como tan sólo el fuego iluminaba el cuarto/ Cada vez que exhalaba un destello flamígero».

Estos dos poetas escriben la experiencia del fuego y un sentimiento de soledad que es como una mano de dedos largos que estrujan el corazón. El problema no surge en estos versos, sino en el purismo académico. Si se devela que uno de los que escribió este verso es Alejandro Sanz y el otro Baudelaire empieza el prejuicio. ¿Quién merece ser denominado poeta? ¿Quién es un verdadero poeta?

Otro ejemplo: «…hice un país de este agujero desde que tú no estás aquí». «Yo la quise, y a veces ella también me quiso». ¿La poesía debe ser ilegible? Algunos críticos dicen que la poesía debe ser difícil y trabajada. ¿Cómo determinamos la dificultad y el trabajo? ¿Arjona trabaja menos que Neruda? ¿Cuánto cuesta hacer un verso? Tal vez la respuesta no está en la fuerza de trabajo.

«¿Qué es poesía?».

Me quedo con lo que dice Borges: «El hecho es que la poesía no son los libros en la biblioteca, no son los libros del gabinete mágico de Emerson». Una excelente respuesta para los académicos: la poesía está viva porque está hecha de vida y no de mero intertexto o de clasificaciones.

Lo dijo otro escritor: «…uno de los efectos de la poesía debe ser darnos la impresión, no de descubrir algo nuevo, sino de recordar algo olvidado».

Y una respuesta para los académicos: «Cuando mis estudiantes me pedían bibliografía yo les decía: ‘No importa la bibliografía; al fin de todo, Shakespeare no supo nada de bibliografía shakespiriana».

Tal vez la poesía es una eterna conversación y un despertar. Tal vez la poesía no dependa de los autores, que son un medio. Tal vez la poesía incluso está en las calles, en un grafiti, y no solo en un libro. Tal vez estamos hechos de poesía y alguien canta nuestra historia, con una lira en mano, en medio de la noche más oscura, pero estamos ciegos y sordos para escuchar nuestra canción.

Periodista y escritor - [email protected]