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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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FERIA LIBRE

Jean-Michel Basquiat

Jean-Michel Basquiat

La prensa convencional, siempre preocupada del arte cuando hay de por medio varios millones de dólares, trae la noticia del robo en Francia de una pintura particularmente valiosa de Jean-Michel Basquiat (1960-1988), un genio del arte pop muerto a los 27 años por una sobredosis de heroína. Era hijo de haitiano y portorriqueña y había nacido en Brooklyn, iniciándose como graffitero callejero tras sucesivos fracasos escolares. La separación de sus padres y la lejanía de sus hermanas lo marcaron con el signo de la marginalidad y la rebeldía. No obstante, las biografías señalan que cuando se inclinó por el arte lo estudió de manera encarnizada. También se empeñó en conocer el cuerpo humano accediendo a libros científicos. De allí que su aparente espontaneidad no es siempre tal, sino una cuidadosa organización de sus motivos creativos.

Vale la pena darse una navegada por la red para ver esos hermosos trabajos, que mezclan las influencias del expresionismo abstracto, el surrealismo, los maestros del pop-art, la pintura naïf del Haití de sus ancestros y las máscaras africanas. La crítica Kellie Jones ha dicho (tomado de la Wikipedia): “El canon de Basquiat gira alrededor de figuras heroicas individuales: atletas, profetas, guerreros, policías, músicos, reyes y el artista mismo”. Agreguemos dioses, como el egipcio Osiris, que resalta en el cuadro “Historia del pueblo negro”, con lo cual el autor quiere plantear de manera militante que allí en el Egipto antiguo está la base de la civilización africana. Señala Kelly sobre el arte de Basquiat: “En esas imágenes la cabeza es a menudo el foco central, adornada por coronas, sombreros y halos. De esta manera es enfatizado el intelecto, privilegiado por sobre el cuerpo”.

Sus graffitis adelantan una tendencia de ese arte mural: la presencia de textos, por lo general provocadores aunque incoherentes, procurando crear un metalenguaje que sólo ciertos iniciados captan. Tal vez hay allí alguna influencia de Paul Klee y el expresionismo alemán. El joven y atractivo Basquiat fue “descubierto” por una figura genial aunque siniestra de la farándula artística neoyorquina, Andy Warhol, con quien hizo algunas producciones conjuntas. También fue novio de una incipiente Madonna y amigo de David Bowie. Un dandy, se vestía con elegancia extrema, se volvió rico, fue adorado por medio mundo, tal vez la figura más carismática del arte de los 80. Todo bien, pero el genial Basquiat se hizo drogadicto y sucumbió cuando tenía tanto por dar.

Fue una gran amistad artística la de Warhol y Basquiat, en cualquier caso. Hay un retrato de ambos juntos hecho por Basquiat. Warhol produjo un Basquiat desnudo como el David de Miguel Ángel. Cabe mencionar que Jean-Michel Basquiat fue poeta y músico, ligado a los movimientos punk y hip-hop. Amparó y financió a grupos musicales, sobre todo entre la marginalidad afroamericana. Estuvo sumido en el remolino de la contracultura, por cierto. El suyo fue un arte de síntesis, la recolección subversiva de muchas tradiciones recientes en el arte mundial, incluida la lección del jazz con su elevación de la improvisación como arte imposible de plagiar. Sin embargo fue recuperado por la grosera comercialización de la cultura que se inició por los 80 y que sigue depredando, cual monstruo que devora a sus artistas icónicos porque sabe, terrible constatación, que una vez muertos valen mucho más que mientras están vivos.