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México y Dinamarca libran batalla por el Oscar con dos dramas

México y Dinamarca libran batalla por el Oscar con dos dramas



Cuatro dramas tremendos y una cinta de “casi” ciencia ficción pelean por el Oscar a la mejor película extranjera sin que ninguna de ellas parta como favorita, si bien la mexicana Biutiful y la danesa In a better world vuelven a verse las caras tras la batalla por el Globo de Oro.

De hecho, Biutiful, la esperada cuarta cinta de Alejandro González Iñárritu, que ha conseguido un gran número de nominaciones en los festivales internacionales, tiene sus posibilidades en entredicho tras su caída en los Globos de Oro a favor de la danesa, y en los BAFTA por culpa de la sueca The Girl With The Dragon Tattoo.

La sorpresa de In a better world, de la danesa Susanne Bier, podría repetirse en Hollywood, sin perder de vista que la ganadora del último festival de Cannes en esta categoría, la griega Canino, de Yorgos Lanthimos, podría darle un buen mordisco a las quinielas.

Sin embargo, tanto la argelina Hors la loi, de Rachid Bouchareb, como la canadiense Incendies, de Denis Villeneuve, llegan avaladas casi exclusivamente por la buena acogida del público.

Biutiful: drama sin esperanza

Es la cuarta cinta con la que González Iñárritu llega a los Oscar tras Amores perros (2000), 21 gramos (2003), que consiguió nominaciones para sus actores principales, Benicio del Toro y Naomi Watts, y Babel (2006), con seis nominaciones, aunque sólo se llevó la estatuilla por la música original.

Con un esquema muy diferente a sus anteriores producciones, Biutiful se centra principalmente en Uxbal (Javier Bardem) y no en varios personajes y diversas líneas narrativas, algo que el director ha dicho que quería explorar, “exhausto” de contar a la vez múltiples historias y estructuras.

La historia de Biutiful es la de Uxbal y por Uxbal, un hombre que tiene la facultad de comunicarse con las personas que acaban de morir.

Uxbal aparece caminando en medio de una ensordecedora y sórdida ciudad europea, Barcelona, arrastrando los primeros síntomas de un cáncer que ya descubre cuando es terminal, y que sólo tiene en su vida dos puntos de luz, sus hijos, a los que ama por encima de todo.

Todo lo que le rodea, desde una mujer psicótica que le engaña con su hermano, al propio hermano; de los corruptos policías de la ciudad de Barcelona y los contratistas aprovechados, a la desgarradora supervivencia de inmigrantes africanos y chinos en pisos patera y sótanos insalubres, todo, absolutamente todo, es mugre y desolación. Y tan terriblemente como empieza, acaba.

In a better world: la violencia no tiene sentido

Con guión de la propia directora y Anders Thomas Jensen, In a better world habla de las relaciones humanas, del contacto entre padres e hijos y entre personas de diferentes culturas o clases sociales, removiendo miedos, frustraciones y venganzas para acabar demostrando que la violencia no tiene lugar en ellas.

Esta no es la primera vez que Bier accede a los prestigiosos premios americanos, ya que en 2006 se presentó con Efter bryllupet (“Después de la boda”, 2006), pero sí la primera que tiene verdaderas posibilidades de ganarlo tras conmover al jurado de los Globos de Oro con este drama familiar.

Responsable de Things we lost in the fire (“Cosas que perdimos en el fuego”, 2007), Bier ha dicho que no quiere “dar respuestas” con su película, sino plantear preguntas sobre cómo resolver conflictos que empujan a escoger entre la venganza y el perdón.

In a better world no esconde los planos desgarrados y crudos del campo de refugiados, sino que los enfrenta a deliciosos parajes naturales daneses, todo ello como símbolo de la fragilidad de la idílica sociedad escandinava.

Incendies: un conflicto visto por una mujer

El canadiense Denis Villeneuve ha conseguido llevar el conflicto de Líbano hasta la puerta misma de los Oscar: con Incendies, su noveno largometraje, defenderá desde una mirada femenina el horror de una guerra, que no es otra (aunque no lo dice) que el conflicto de Líbano.

Basada en la obra del mismo título del dramaturgo libanés Wajdi Mouawada, el realizador canadiense describe en este drama el recorrido de dos hermanos mellizos desde Canadá, donde acaba de fallecer su madre, hasta el Líbano de sus orígenes, viaje que ambos inician para dar cumplimiento a un último deseo expresado en su testamento.

Es sólo una excusa para que Incendies aborde sin tapujos los enfrentamientos civiles entre los cristianos libaneses y los musulmanes árabes de la misma nacionalidad que convirtieron al país, en los años setenta del siglo XX, en un escenario trágico, marcado por el estigma del odio entre hermanos con la religión como elemento de distorsión.

Violencia pero también poesía, tragedia y lirismo, muerte y esperanza para una película no ha pasado la criba de los BAFTA, ni de los Globos de Oro, pero que viene avalada por una estupenda acogida de público en los doce países donde ha sido estrenada.

Hors la loi: ni buenos ni malos

El filme del realizador francés de origen argelino Rachid Bouchareb recibió críticas feroces de políticos derechistas y de ex veteranos franceses de la II Guerra Mundial, que le acusaban de deshonrar la memoria de las “víctimas francesas” de la guerra de Argelia y de las masacres de Setif.

Pero el cineasta quería ir más allá. Quería que Hors la loi fuera, según sus palabras, un revulsivo que provocara un debate que permitiera pasar página al pasado colonial de Francia en Argelia, pero no provocar una protesta violenta.

La película muestra con crudeza las barbaridades cometidas tanto por el lado francés, como por el argelino, y describe sin contemplaciones las masacres de unos y otros, y de los argelinos entre sí.

Hors la loi es segunda incursión de Bouchareb en Hollywood tras Days of Glory (2006) también nominada a los Oscar en 2007, pero aquel año se llevó el galardón la alemana La vida de los otros, cuando también competía España con Volver, de Pedro Almodóvar.

Su trabajo, que ha sido comparado con el del británico Ken Loach por su denuncia social, ha cuestionado desde su primera película (Baton Rouge, 1985) la inmigración y la mezcla de culturas.

Canino: un mordisco surrealista

Ganó el Premio Un Certain Regard en el pasado Festival de Cannes, triunfó en Sitges y llegó a las salas comerciales entre la curiosidad del público: Dogtooth (“Canino”) ha sido un mordisco implacable de buen cine por parte del griego Yorgos Lanthimos, que juega a explorar la contradicción del hombre y la extinción del núcleo familiar. Canino es definitivamente diferente. Desasosegante parábola sobre la sobreprotección y una de las cintas europeas más aclamadas de 2009, desafía la realidad con una estrambótica reinterpretación del lenguaje, necesario para entender que se habla de un mundo diferente con reglas diferentes.

Se trata de una narración “casi” de ciencia ficción, llena de simbolismos, en la que unos padres que piensan que la familia está en peligro de extinción deciden crear un mundo dentro de su propia casa, mostrada desde una estética bonita, luminosa, abierta y llena de gente guapa, pero con un fondo bien oscuro.

Es de destacar la presencia en Hollywood del griego Lanthimos que, con esta tercera película, se ha convertido en uno de los nuevos talentos del cine europeo y abanderado de un país donde el cine, según denuncia él mismo, “prácticamente no existe”.

Difícil de seguir, porque siempre va por delante del espectador, Canino también hinca el diente en la representación de la realidad y en la violencia que desata.