Víctimas de feminicidios: 50 por ciento era menor de 30 y 80 por ciento mamá, hay 30 huérfanos
Gabriela, Máxima, Jhaneth, Estephany, Yocelín, Rosse Mary, Daría, Noelia, Mariela, Basilia, Daniela, Marlene y Mery. Son 13 nombres que duelen escribir. Eran 13 mujeres que ya no están en su hogares, que hacen falta a 30 hijos y que encontraron la muerte en donde menos esperaban, sus hogares.
Datos cruzados de la Fiscalía Departamental de Cochabamba, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), el Observatorio para la Exigibilidad de los Derechos de las Mujeres (OEDM) y registros hemerográficos contabilizan 13 feminicidios en Cochabamba. Ocurrieron entre enero y junio de esta gestión. A razón de dos por mes.
Con esa cifra, Cochabamba se constituye en el segundo departamento del país donde más crímenes de ese tipo hubo en lo que va de 2019. En todo el territorio nacional asesinaron a 56 mujeres durante el mismo período.
Delante de Cochabamba está La Paz, donde sucedieron 18 muertes y en tercer puesto Santa Cruz, con siete.
DETALLES
Pero, ¿qué hay detrás de los feminicidios que ocurrieron en Cochabamba este año? Si bien la Policía dio informes de cada una de las muertes, la atención se centró en cómo ocurrieron los hechos de sangre, más que en las víctimas.
La población desconoce, por ejemplo, que más de la mitad de los 13 crímenes ocurridos en Cochabamba este 2019 cobraron la vida de mujeres que tenían 30 años o menos, de acuerdo con información recopilada por este medio de comunicación.
Una de las fallecidas de menor edad acababa de salir de la adolescencia, tenía 18 años, era Yocelín Huarachi Estrada.
Murió golpeada, los "signos de violencia" se notaban, especialmente, a la altura de su cuello. Estaba maniatada y su cadáver fue arrojado a un barranco .
La hallaron en Huayllani, una comunidad que está en camino a Palca (a 407 kilómetros de distancia desde la ciudad de Cochabamba).
Registros extraoficiales de la Policía a los que accedió OPINIÓN especifican que el “autor o autores” y la fecha del asesinato están “por determinar”. Preliminarmente, se reveló que la joven era una trabajadora sexual que vivía en Villa Tunari, por lo que no descartan que su proxeneta la haya victimado.
Otra de las fallecidas que bordeaba esa edad era Noelia Magaly Villarroel, de 20 años.
Su concubino le disparó en el pecho, cuando habían transcurrido apenas dos meses de que ambos tomaran la decisión de convivir en una vivienda ubicada en Villa Pagador (zona sur del municipio de Cochabamba).
Él era un hombre “agresivo, celoso y posesivo”, así lo recordaron los familiares de Noelia.
El supuesto autor del crimen, un cabo de la Policía, dijo que ella se suicidó, pero la Justicia desestimó su versión, debido a que los exámenes periciales advirtieron que la joven tenía hematomas en el cuerpo, que daban cuenta de que, antes de fallecer, fue golpeada. Además, el arma era muy pesada para que ella lograra sostenerla a esa altura.
Daniela Mendieta Nina es otra de las tres fallecidas más jóvenes, tenía 24 años de edad. Murió ahorcada con su cabello y un cordón de calzados.
Su cuerpo fue arrojado en Pucara. Según registro policiales, el autor del crimen es su exenamorado.
Un informe policial al que accedió OPINIÓN especificó que ninguna de las tres mujeres tenía hijos.
Las otras 10 fallecidas en Cochabamba en lo que va de 2019 tenían, en suma, 30 hijos. Si bien algunos de ellos ya son mayores de edad, al igual que los que aún son niños, todavía no superan la ausencia de ese ser.
El último hecho de sangre reportado en el departamento acabó con la vida de Mery Villarroel Cuéllar, mamá de siete pequeños.
Una supuesta infidelidad la condenó a morir de la manera más cruel: desangrándose, tras recibir cuatro puñaladas en el vientre. El autor fue su esposo.
Otra mujer que murió en 2019 y dejó muchos hijos huérfanos, cinco en total, es Mariela Luz Torrico. Su concubino la apuñaló en la calle, presuntamente, por celos.
La familia de la víctima no conocía a esa pareja con la que Mariela Luz convivía.
Entre todas las fallecidas de Cochabamba, ambas eran las que tenía más hijos. Las otras mujeres dejaron en la orfandad entre uno y cuatro pequeños.
La directora de Género, Generacional y Familia de la Alcaldía de Cochabamba, Carolina Orías, explicó que cuando suceden este tipo de crímenes se precautela la integridad de los menores de edad. No pueden remitirlos con sus padres, debido a que, generalmente, son los autores, por lo que buscan a familias ampliadas que se puedan hacer cargo de ellos.
Hubo casos de parientes que llegaron desde otros departamentos del país para recoger a los niños cuyas mamás fallecieron, pero también se dieron casos en los que no había a quién entregar a los menores de edad huérfanos, por lo que los remitieron a hogares.