“En Eifodec les permitimos que se tomen de la mano y expresen afecto”
En la Escuela de Integración y Formación Deportiva, Expresión Artística y Desarrollo Laboral (Eifodec) se permite que las parejas se tomen de la mano, se besen y expresen sus afectos. Los padres de familia lo saben, aunque algunos lo cuestionan, dice el director de Eifodec, Javier Mendoza.
Los estudiantes tienen pareja, se relacionan en su tiempo libre y para este año se planifica que en los tiempos de ocio se pueda salir en grupo al cine, a comer y a bailar. “Las personas con incapacidad intelectual no estan enfermas”, aclara.
Eifodec cumplió 16 años de actividad orientada a la inclusión laboral de personas con discapacidad. Los derechos sexuales y reproductivos forman parte del aprendizaje, porque es importante tener la capacidad de elegir pareja, poder interrelacionarse en forma adecuada con ella, buscar la felicidad, expresar y recibir afecto, consolidar una familia y ser feliz en la vida como cualquier persona.
Mendoza afirma que lo ideal es que cada uno tenga proyecto de vida. Varios jóvenes que se conocieron en el centro se casaron y algunos tienen hijos. Ese es el caso de Juan y Paula, Víctor y Zuleidy, entre otros.
Juan y Paula se conocieron en Eifodec y sus padres apoyaron para que la relación funcione. Ambos tienen discapacidad intelectual leve y se incorporaron al contexto social después de un proceso de consolidación de habilidades. Viven en la casa de Paula y tienen una niña.
La historia de Zuleidy y Víctor es más difícil. Una de las partes no quería y no se casaron. Ambos trabajan y Zuleidy vive con su niña. Víctor le pasa una pensión y va a ver a su niña, pero, como tiene discapacidad intelectural es lábil, se deja manipular fácilmente. La familia le dice que no pague pensión, que ahorre, y él se deja influir. Se retrae y obedece. Las personas con discapacidad intelectual no están preparadas emocionalmente para responder a este tipo de exigencias.
Hay otra pareja formada por una persona con discapacidad intelectual y otra con deficiencias auditivas. La pareja con dos bebés se disolvió por divergencias entre los abuelos. No dejan pensar a sus hijos ni les dejan manejar su vida como desean. “No hay respeto por las personas con discapacidad intelectual”, observa Mendoza.
Las parejas tienen que plantearse muchas interrogantes: ¿Qué pasa si no tienen familia ampliada? ¿Cómo educarán al niño cuando llegue una edad en la que tenga el mismo grado de inteligencia que sus papás? Se torna un problema porque el niño pregunta y quiere saber más. Mendoza añade que las personas con discapacidad intelectual tienen limitaciones significativas. Por ejemplo, no pueden ingresar a la universidad, porque su nivel de pensamiento corresponde al de un adolescente de 12 a 13 años. Solo comprenden lo concreto, no tienen pensamiento abstracto. En el colegio es difícil que hagan operaciones complejas como la raíz cuadrada y otros.
Eifodec organiza grupos de autoapoyo de padres y esta intervención es muy importante para los estudiantes. Los padres comentan situaciones, vivencias e intercambian opciones para mejorar la convivencia.
Eifodec trabaja con 59 personas en la escuela con asistencia diaria de 9 a 17 horas para inclusión laboral, además de practicar deportes y artes. El elenco es de danza contemporánea y los estudiantes son supercampeones en deportes. “Son recursos de construcción de su yo interno, de su autoestima y mejora de sus habilidades”, subraya Mendoza. Cinco entrenadoras laborales desarrollan actividades para la vida, y una temática transversal es la sexualidad y los derechos reproductivos.
Mendoza considera que, mientras más habilidades sociales tenga una persona, más recursos tendrá para poder ser exitosa en la comunidad.
Eifodec recibe a la semana a 199 estudiantes de otros centros y trabaja con 412 personas en el programa Rehabilitación basada en la comunidad (RBC). Para ello, un equipo multidisciplinario y de promotores trabaja con sectores clave de la sociedad. Se impulsa el autoempleo con bisutería, tejidos y habilidades para valerse por sí mismo, porque algunos no saben ni amarrarse el zapato.
En el ámbito laboral, exestudiantes de Eifodec se incorporaron en diferentes espacios laborales rindiendo de acuerdo a las expectativas empresariales y abriendo brecha para la contratación de otras personas con discapacidad.