A la mayoría de adolescentes le ocultan su diagnóstico de VIH
“Tu vitamina te toca tomar”. A algunos adolescentes de Cochabamba les hacen ingerir a diario pastillas “vitamínicas” que les provocan fatiga, debilidad, anemia y trastornos digestivos; todos son algunos de los efectos secundarios de los antirretrovirales, unos remedios para personas infectadas con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Los antirretrovíricos son llamados “vitaminas” por algunos familiares e instituciones que ocultan a ciertos adolescentes que tienen VIH.
Según el secretario de la Asociación Vivo en Positivo, Óscar Franco, en nuestro contexto “hay una actitud sobreprotectora” hacia este segmento.
Este “engaño” en el que viven, según dijo, es sostenido por los papás o profesionales de ciertas instituciones desde que las personas con VIH son infantes.
En esa etapa de la vida y, quizá, hasta la preadolescencia, la farsa “funciona”, indicó Franco, debido a que los “niños pequeños aún no hacen muchas preguntas. Tú les das el medicamento y lo toman. Muchos de ellos han naturalizado los antirretrovirales y los consumen muy responsablemente”.
No obstante, a medida que crecen, los niños y preadolescentes a los que se les esconde su diagnóstico “descubren por cuenta propia que tienen VIH”.
Considerando que la adolescencia, por esencia, es una etapa crítica en general, en especial en el plano psicológico, al enterarse que tienen el virus, algunos tienen actitudes de “rebeldía” y se resisten a tomar los medicamentos, a pesar de que están conscientes del daño que se están haciendo.
Esa es una de las razones por las que los familiares y ciertas instituciones prefieren mantener en secreto la existencia del virus. “Tienen miedo causarles daños emocionales o psicológicos”.
El segmento adolescente que vive con VIH en el país es, en su criterio, “un problema grande”, pues, psicológicamente, están en medio de una batalla contra ellos mismos, “contra el tratamiento, contra su entorno más próximo -sus hermanos y primos- y también contra las instituciones de estudio”, aseveró Franco.
Añadió que en la adolescencia surge un “autoestigma”, que“es un miedo a comunicar el diagnóstico, a que todo mundo se entere y a ser rechazado”, lo sabe porque él también vive en positivo.
Las personas con VIH, especialmente aquellas que atraviesan la etapa adolescente, aún piensan que si el entorno se entera de su enfermedad las botarán de su unidad educativas. Esa, en su criterio, es una “carga emocional que pesa mucho”.
En el caso de los adultos, al enterarse de la presencia del virus, optan por no cumplir el tratamiento y prefieren morir y los profesionales o familiares solo respetan esa decisión. Hay adolescentes que también quieren seguir ese camino, pero, “¿qué tan real es una decisión así?”, se preguntó Franco.
INVERSIÓN
Dijo que los adolescentes no deberían de sentir culpa, por lo que instó a las autoridades que destinen recursos económicos para la contratación de profesionales que trabajen en ellos “una actitud de normalización”.
Insistió en que este segmento vive de cuestionamientos y así es más complejo sobrellevar la enfermedad.
En contraposición, los niños que tienen VIH, por ejemplo, consideran que ese virus es parte de la vida. Inclusive, son más positivos que sus padres, quienes viven alterados, angustiados, “piensan que a su hijos los echarán de los colegios o que sus compañeros no querrán juntarse con ellos”.
Contó el caso de un menor de edad que tomó la iniciativa de decirle al resto la enfermedad que tenía, porque veía sin estigma al VIH.
OBLIGACIÓN
Trabajar psicológicamente con los adolescentes es responsabilidad directa del Gobierno, a través de la asignación de recursos del Tesoro General del Estado (TGE), aseveró Franco.
Este desembolso, según informó, ya se realiza, sin embargo, la mayor parte del dinero se destina al ámbito de la salud y, aunque se separa un porcentaje para el área de la prevención, esta se enfoca más en los jóvenes y adultos, no en niños ni adolescentes.
Dijo que solo una institución de Cochabamba, una Organización No Gubernamental (ONG), tiene un programa que aborda el VIH en adolescentes.
Detalló que trabajan con maestros y estudiantes, pero esa intervención no es suficiente, abogó por una “acción multisectorial” que sea promovida por el Gobierno.
Dato
El Instituto de Desarrollo Humano es una Organización No Gubernamental (ONG) que aborda la temática de VIH y SIDA con los adolescentes de Cochabamba.
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