“La quinua, deleita el gusto de franceses”
Tenía 23 años cuando decidió dejar su tierra natal, Capinota, para estudiar Geografía en Francia, pero nunca más volvió a Cochabamba para quedarse.
Víctor Méndez, ahora tiene 64 años. Su vida dio un giro radical, ya que cambió los mapas y la brújula por las recetas de cocina, las ollas y los ingredientes para dar rienda suelta a su imaginación y preparar una serie de platos de la variada comida cochabambina y boliviana.
En 1976, cuando llegó a la Ciudad de la Luz (París), se vio obligado a buscar un trabajo para solventar sus gastos y seguir la profesión que había soñado, en ese momento, Geografía.
Encontró un empleo en un restaurante. Fue su primer contacto con lo que, años después, sería su gran pasión: la cocina.
Al poco tiempo de estar en la universidad, decidió dejar esos estudios y optó por seguir la carrera de hotelería. “El virus de la cocina me había atrapado y tenía que concretar ese sueño”.
En la década de los 80 abrió su primer restaurante de comida boliviana. Le fue bien, según comentó Víctor.
La experiencia resultó interesante, pero el capinoteño quería ir por más. Es así que en 2003 pusó en marcha otro emprendimiento gastronómico.
Está vez, la sede es Toulouse, la tercera ciudad más visitada en Francia.
El Chaski es el singular y atractivo nombre del local decorado con aguayos y una serie de cuadros que se asemejan a un rinconcito boliviano en Europa.
En el local trabajan más de 64 empleados, entre bolivianos, mexicanos y venezolanos.
EL GRANO DE ORO
Víctor dijo que prepara una gran variedad de platos bolivianos que van desde pejto de habas hasta picante mixto.
La base de la comida de El Chaski es la quinua.
“Estamos en la onda de los alimentos sanos, es por eso que todos los ingredientes son ecológicos y naturales”, manifestó el destacado chef.
Añadió que su especialidad es elaborar potajes con el grano de oro, que son bien recepcionados por los comensales.
SALTEÑAS
Otro de los “fuertes” del capinoteño es las salteñas que, según su dijo, “le salen muy bien”.
Al igual que todos los cochabambinos que están fuera de la Llajta, Víctor también tiene en su carta ese aperitivo que llama la atención de los ciudadanos de otros países, quienes, luego de probarlo, se dan cuenta que es delicioso y se convierten en asiduos comensales.
FRANCESES
E INGLESES
La fusión de ingredientes andinos y de otras partes del mundo, así como la gran variedad de platillos, conquistó los paladares de los franceses e ingleses, que son los principales clientes de Víctor.
También tiene comensales de otras latitudes, ya que Toulouse es una ciudad que alberga a estudiantes de todos los continentes, así como también es una ciudad muy visitada por turistas.
El chef tiene dos hijas francesas, pero a ninguna le agrada la cocina. “Ellas decidieron ir por otros caminos”, afirmó.
DE PERÚ
Y ESPAÑA
Atrás han quedado los días en que Víctor “penaba” para conseguir los ingredientes para preparar los platos típicos de Cochabamba y Bolivia.
Ahora, las cosas han cambiado, porque el principal ingrediente, la quinua, la compra de compatriotas que son proveedores oficiales del insumo.
Los otros productos los adquiere de vendedores peruanos, colombianos y mexicanos.
Toulouse está muy cerca de la frontera con España, una situación más que favorable para el chef qhochala, porque debido a la proliferación de restaurantes bolivianos en Madrid y otras ciudades de la Madre Patria existen tiendas que venden todos los ingredientes, desde cerveza paceña hasta chuño.
En su restaurante no falta la sabrosa llajua al estilo cochabambino, por lo que cuando no tiene disponible unas ramas de quilquiña, tiene que acudir a otros insumos como pimentones de India y China, sostuvo.
En Toulouse hay todo tipo de insumos para preparar los platillos bolivianos en esta parte del mundo (Francia). La mayoría llega vía España, donde hay tiendas y proveedores que ofrecen desde chuño”.
Víctor Méndez
Toulouse (Francia)
En macetas
El chef capinoteño que vive en Francia hace 41 años confesó que siembra quirquiña en macetas en su restaurante y en su casa.