Garra y voluntad de competidores remontaron la falta de apoyo
Decepción, impotencia y bronca contenida son los sentimientos que inundan a muchos competidores bolivianos que llegaron hasta los XI Juegos Suramericanos 2018, gracias a esfuerzo propio, a la solidaridad de su familia y de la gente.
El desaliento se apoderó de los deportistas y así lo expresaron en los días de competencia.
Muchos agotaron sus ahorros y pidieron ayuda por Facebook, aceptaron donaciones para comprar sus implementos deportivos. Otros organizaron rifas o kermeses para recaudar fondos. Hay quienes fueron a lugares de venta de ropa americana (productos usados) para comprar las zapatillas que necesitaban y los más, recurrieron a compartir la ropa deportiva.
Otros, como el boxeador Sergio Alcócer tomó la drástica decisión de poner fin a sus sueños deportivos y “colgó los guantes”. Dice: “Haciendo deporte no podré sobrevivir y debo buscar algún trabajo. Es un gasto, es preferible dejar tus sueños”.
Durante 14 días -desde el 26 de mayo hasta el 8 de junio- compitieron en 35 disciplinas 4.031 atletas de Argentina, Aruba, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, según datos del Comité Organizador de los Juegos Suramericanos (Codesur).
La delegación boliviana estuvo compuesta por más de 600 competidores. Codearse y convivir con casi 3.500 atletas de 14 naciones, les ha permitido a los bolivianos conocer a detalle sobre el trato y el apoyo que los deportistas extranjeros reciben de sus gobiernos y organizaciones deportivas: Un sueldo mensual, becas, una residencia donde vivir, preparación, un médico, un entrenador e incluso un psicólogo a disposición.
El atleta Aldo Gonzales, le regaló una medalla de plata al país en lanzamiento de bala. Cuenta que llegar hasta ahí representó 17 años de duro entrenamiento y esfuerzo propio. “Casi todo lo que gano con mi trabajo, que no es estable, invierto en mi entrenamiento”.
Es una persona que vive al día. “He tenido la mala suerte de que ni el Gobierno ni la empresa privada me miraban como a deportista. Ya hice podio en anteriores campeonatos Suramericanos y Bolivarianos, pero no tuve suerte de que la empresa privada me tome en cuenta. El Gobierno no me ha tomado en cuenta casi nunca y no he recibido ningún apoyo sustancial”.
Su preparación conlleva cinco horas de entrenamiento diario. Implica pesas, velocidad, potencia, técnica y todo lo que es lanzamientos.
Es muy difícil entrar a esta disciplina por la complejidad que tiene el entrenamiento. Requiere de una alimentación y suplementación muy caras. Además, necesita protectores de pantorrillas, abdominales, cinturones y otras cosas.
Aldo recibió como donación unas pesas que le compró el Servicio Departamental de Deportes, de Santa Cruz. “Es lo único que tengo original y reglamentario. Lo demás es inventado”.
El atleta gasta 3.300 bolivianos en entrenar, pero es insuficiente. Para prepararse adecuadamente necesitaría 6.000.
“La preparación no fue la adecuada. Hice lo que pude para llegar a los Suramericanos”.
Recuerda que en cuatro años, desde el momento en que se supo que Bolivia sería sede de los Juegos, el Gobierno les abrió dos becas. La primera duró dos meses y se cerró. La segunda fue de tres meses.
“Pero era más para el show. Traían a la prensa, nos tomaban fotos. Después de los dos meses, nosotros decíamos que se había cerrado la beca y el Gobierno respondía a la prensa que estaba abierta”.
La segunda beca fue en La Paz. Duró tres meses y apoyaron el Comité Olímpico y la Cervecería Boliviana Nacional.
En cuatro años recibió 4.800 bolivianos de apoyo.
“En el anterior Codesur saqué bronce, inmediatamente terminó solicité al ministro Tito Montaño que me dé una ayuda para que en cuatro años pueda prepararme bien. Nunca recibí respuesta. Debí recibir atención porque ya era medallero para mejorar y haga una gran actuación. Pero nunca les interesé que nada. Es una tristeza”.
Dijo que le dedica su victoria a Bolivia, pero no a las autoridades, menos al Ministro, porque ellos no se merecen.
LOS EXTRANJEROS
Aldo cuenta que otro atleta brasileño, que está entre los 10 mejores del mundo, “gana alrededor de 12 mil dólares mensuales solo para él. Al margen recibe alimentación, centro de entrenamiento, médico personal, fisioterapeuta, entrenador”.
“El colombiano debe estar ganando como 2.000 dolares mensuales y el chileno, 1.500 al mes. Pero es como sueldo”.
Consultado el ministro de Deporte, Tito Montaño, sobre cuán lejos estamos en Bolivia de permitir que los competidores reciban un sueldo, respondió que “Por el momento todavía no. Con los Juegos recién estamos iniciando el deporte que en otros países se ha desarrollado hace muchísimos años y por eso son medalleros”.
DATOS PARA TOMAR EN CUENTA
Pedir ayuda en el feis tuvo resultados
La judoca Anette Aguilar dijo que a una semana antes de la competencia le faltaba uno de los uniformes. Entonces pidió ayuda por Facebook y ENDE respondió. La gente les donaba botellas de powerade, de hielo, los vendajes, daba donativos de 50 a 200 bolivianos.
Recurrió a todos sus ahorros para continuar en carrera, pero era insuficiente.
“No entienden lo que necesitamos”
Aldo Gonzales es un atleta en lanzamiento de bala. Se entrenó en Santa Cruz. Las cinco horas diarias de ejercicio representa un fuerte esfuerzo y por ello necesita suplementos alimenticios que son caros.
Su sueldo no alcanza para sustentar este deporte. Pese a todo, consiguió la medalla de plata en los Suramericanos.