Un impuesto a la cerveza ayudó a organizar los primeros Juegos
La primera página de la historia de los Juegos Suramericanos fue escrita en La Paz, con subsedes en Cochabamba y Santa Cruz, entre el 3 y 12 de noviembre de 1978.
El entonces secretario general de la organización de los Juegos Deportivos Bolivarianos, Germán Azcárraga, en un artículo que escribió para un medio impreso, recordó que un impuesto a la cerveza permitió obtener recursos, principalmente, para la construcción de escenarios deportivos.
El dinero obtenido de este impuesto garantizó la realización de los Juegos Deportivos Bolivarianos, en 1977, y lo que sobró se invirtió, un año después, en los Juegos Suramericanos. Alcanzó para emplazar o refaccionar otras infraestructuras en el interior, tanto en Cochabamba como en Santa Cruz. El dirigente sostuvo que los Bolivarianos parieron un “hijo” Odesur gracias a que el dinero fue bastante por el impuesto.
UNA REVOLUCIÓN
El presidente de entonces, Hugo Banzer, dirigentes deportivos, deportistas, entrenadores y la población en general impulsaron su realización.
Para Azcárraga, esto significó una verdadera “revolución deportiva” para la época.
El dirigente fue el brazo derecho de José Gamarra Zorilla, el promotor para que La Paz fuera sede de ambos eventos con trascendencia internacional. En ese entonces, era presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB).
Su idea, de aplicar el impuesto, permitió el éxito de la organización.
“Banzer dio instrucciones precisas a sus colaboradores, llámese Ministerio de Trabajo, de Educación y de Finanzas para apoyar al evento. El impuesto a la cerveza ayudó a tener dinero, porque con ello muchas cosas se hicieron. Pepe (José Gamarra) tuvo esa habilidad de ver lo grande y así las cosas se hicieron como quedó demostrado”.
Escribió también que Gamarra tuvo la virtud de persuadir nuevamente al Gobierno de apoyar los Juegos Suramericanos.
“Le dijo al Presidente que ya teníamos la base en la estructura y que no haría cambios. Se pudo hacer más porque se logró tener recursos y debíamos impulsarlos y aprovecharlos al máximo”.
APOYO A LOS ATLETAS
Mientras se emprendía el reto de construir los escenarios deportivos, según Azcárraga, el Gobierno apoyó a la mayoría de los atletas durante un año. Contrató entrenadores del exterior para garantizar una buena participación en los Juegos ya que Bolivia era anfitrión. Llegaron de EEUU, la Unión Soviética (Rusia), Alemania, Japón, China y otros.
“Para cada disciplina se contrató un entrenador durante un año, por eso es que los deportistas llegaron con chances de ganar y muchos de ellos obtuvieron medallas. Con esto quiero informar que no se pensó solo en un aspecto sino en todo. La influencia de Pepe (José Gamarra Zorilla) llegó a que ese tiempo se decidiera el alto a las clases escolares, porque los alumnos hacían mosaicos en las graderías. La verdad que participaron los diversos sectores sociales”. También se atendieron problemas de salud o sanidad (dietéticos), en la moderna instalación de la Clínica Nacional del Deporte montada en el monumental Estadio Olímpico La Paz.
En los Juegos Bolivarianos el país obtuvo 15 medallas de oro, 20 de plata y 36 de bronce, más de lo que logró en seis competencias regionales.
En los Juegos Suramericanos obtuvo 100 medallas, terminando en tercer lugar en el total general de medallas entre ocho países. Nunca más pudo repetir esta hazaña. Lo más cerca que estuvo fue en los IV Juegos Suramericanos de Lima (1990), donde obtuvo el octavo lugar con 35 preseas, dos de oro, nueve de plata y 24 de bronce y en los IX Juegos Suramericanos Medellín 2010 con 11 medallas, dos de oro, un de plata y ocho de bronce.
Estatus
El 3 de octubre de 1973 se promulgó un decreto gubernamental dando al deporte un estatus oficial y garantizando el respaldo estatal.
4 Obras
En La Paz se construyó un nuevo estadio con el doble de capacidad que el Hernando Siles. Se amplió y techó el coliseo y se construyó el velódromo y la piscina de Alto Obrajes. También se trabajó en Cochabamba y Santa Cruz.