Centro histórico todavía esconde valiosas joyas arquitectónicas
Hasta el último rincón de la casa de Jenny Montecinos conserva los detalles de la época de la colonia.
La infraestructura, que fue edificada en el año 1.700 y perteneció a la familia Gandarillas en sus inicios es una de las más pintorescas de la calle Santiváñez casi Ayacucho y se distingue desde la fachada.
Desde 1989, año en que Montecinos adquirió la propiedad los trabajos de reparación han sido constantes y recién culminaron en 2014.
La casa, que no fue habitada durante más de 20 años después de su última compra, fue restaurada por el arquitecto Juan Sáenz y su hija, cuenta la propietaria.
Indica que, mientras ella estaba de viaje en Estados Unidos, confió su propiedad al profesional para que haga todas las refacciones que correspondían.
“Esa casa me ha costado miles de bolivianos y la he levantado con todo el trabajo de mi vida”.
La vivienda, que pertenecía a la madre de una amiga de Montecinos, fue comprada con varios daños.
Para restaurarla, se sacó el techo y se reforzaron todos los muros. La casa contaba con un solo patio, pero la dueña decidió hacer un segundo para darle más iluminación.
Las columnas, puertas y ventanas fueron conservadas tal cual.
Actualmente, la vivienda está deshabitada y solamente en la parte delantera funciona un café.
La propietaria asegura que su sueño es convertir el lugar en un centro cultural donde se realicen reuniones de artistas o exposiciones de cuadros.
“Siempre tuve la idea romántica de convertir la casa en un lugar cultural. No pensaba habitarla porque tengo otra casa”.
Sin embargo, asegura que hay muy poco interés para que esto suceda, pues ni las autoridades ni los artistas aprovechan la hermosa infraestructura que cuenta con todas las condiciones para acoger al público.
El destino de la casa es la venta, sostiene Montecinos, que espera comercializarla a quien pueda cumplir por ella el sueño de convertirla en un espacio cultural.
CAPILLA
En pleno centro de la ciudad y a unos pasos de la Plaza Principal, la propiedad de Marieleni Uriona guarda entre sus paredes un verdadero tesoro arquitectónico.
El segundo piso de la propiedad, que es resguardado con una reja bajo candado, tiene una capilla religiosa con detalles y pinturas de ángeles, un retablo y altar.
La capilla es el espacio más importante de reunión familiar donde se celebran misas, se hacen oraciones a la Virgen María y donde se celebra la Navidad.
Aunque hay otras partes de la casa de Uriona que requieren mantenimiento, la familia prefiere invertir en la capilla ya que es un espacio con un alto significado.
ENTIDAD FINANCIERA
Otra vivienda que fue restaurada y rehabilitada hace tres años es la de propiedad, de la Mutual La Primera situada en la calle Nataniel Aguirre casi Calama.
La casa donde hace muchos años funcionaba la desaparecida imprenta Cuenca fue restaurada por el arquitecto paceño Édgar Benavides, que conservó todos los detalles de la construcción que data del año 1800.
El patio abierto de la casa fue recubierto con un tragaluz y conserva todos los detalles, como las puertas, balcones y ventanas, además de gradas en piedra con una entrada única en su tipo en Cochabamba.
FARMACIA BOLIVIANA
Otra de las joyas que conserva la ciudad es la casa donde funciona la Farmacia Boliviana, en plena plaza principal 14 de Septiembre.
El techo exterior estilo neoclásico, pintado en tela, es único en la ciudad y fue restaurado con ayuda de la Alcaldía hace unos dos años.
La casa de 400 metros cuadrados, que pertenece a la familia Anze por sucesiones hereditarias, no solamente conserva la infraestructura, sino también muebles de la época de la colonia.
La propiedad data de 1886 y para conservarla se hacen inversiones cada año, cuenta el administrador de la propiedad, Gonzalo Ichazu.
La casa que lleva en la parte superior de su fachada el nombre de la Farmacia Boliviana también quiere ser vendida, pero bajo un acuerdo de que no haya modificaciones en la construcción, ya que fue declarada patrimonio de Cochabamba.
El administrador indica que hace unos años la casa quiso ser comprada por el Gobierno para un museo, pero uno de los dos propietarios no quiso que se vendiera.
La casa actualmente no es habitada, y es rentada para negocios comerciales.
Centros culturales
Los propietarios de las casas patrimoniales quieren convertirlas en centros culturales para que se conserve la infraestructura.
Iluminación
Algunos dueños además de hacer la restauración, también hacen la instalación de luces blancas para que la arquitectura sea apreciada por los transeúntes.