Nueva norma limitará parqueos e impulsará un recorrido turístico
Contra toda norma, la proliferación de parqueos en el centro de la ciudad es cada vez más evidente y ha ocasionado la pérdida de muchas viviendas que en pocos casos solamente conservan su fachada.
Casi todas las cuadras del Casco Viejo tienen al menos un parqueo de más de 200 metros cuadrados.
Los terrenos que albergaban edificaciones de la época republicana se redujeron a lotes baldíos, donde todavía se observa el adobe de las casas colindantes.
La Alcaldía reconoce que poco o nada ha podido hacer para detener las destrucciones del patrimonio que se hacen en horarios nocturnos y fines de semana, burlando el control de las autoridades.
Pese a que las demoliciones se deben hacer con autorización municipal, los propietarios evitan todos los pasos legales y terminan pagando las multas que llegan hasta los 20 mil bolivianos.
OPINIÓN evidenció que solamente en los últimos tres meses se abrieron al menos cuatro estacionamientos de vehículos en la calle Ayacucho, General Achá y Santiváñez.
El jefe del Departamento de Patrimonio Territorial de la Alcaldía, Gustavo Siles, reconoce que hay un negocio de parqueos en crecimiento en el centro de la ciudad y que estos no deberían contar con licencias de funcionamiento para operar debido al daño patrimonial que hicieron.
Indica que la sanción económica que se impone por la demolición no es un problema para los propietarios, y que estos prefieren pagar la misma a cambio de tener un negocio que les generará dinero todos los días.
Por este motivo, el nuevo Plan de Gestión Patrimonial, que se estima entrará en vigencia en un mes, pondrá un límite a esta actividad.
Todas las viviendas del centro histórico que hayan sido derribadas con este fin solamente tendrán cinco años para funcionar de esa manera.
Posteriormente los propietarios tendrán que edificar en los lotes viviendas similares a las que tenían, es decir con el mismo estilo arquitectónico ya sea colonial o republicano.
Dijo que los cinco años comenzarán a correr desde la fecha en la que se apruebe la norma.
“Si permitimos que se siga demoliendo y no se pone un control terminaremos con todas las casas patrimoniales convertidas en lotes baldíos y luego en estacionamientos. Eso no le da ninguna buena imagen a la ciudad”.
ÁREAS PEATONALES
Otro cambio que vendrá con la normativa es la apertura de espacios peatonales en el Casco Viejo, que se convertirán en rutas turísticas.
El objetivo es que la población conozca las historias de las viviendas, las calles y los hechos históricos de los que fueron testigos, dijo Siles.
Indica que las áreas peatonales solamente funcionarán en ciertos horarios y días para no evitar un perjuicio a la circulación de vehículos.
Informa que los negocios a una cuadra a la redonda de la Plaza Principal podrán también sacar sus mesas a las calles para que la zona se convierta en un lugar atractivo y la gente realice la ruta turística.
Sin embargo, destaca que este proyecto tomará su tiempo, pues se tendrán que hacer algunos trabajos para refaccionar las aceras y poner barandas donde sea necesario.
NO HABRÁ MÁS
EDIFICIOS
Siles asegura que el Reglamento del Centro Histórico de 1991, y que todavía sigue en vigencia, fue muy perjudicial para la ciudad debido a las libertades que otorgaba para construir en ciertos casos, señala que ya no habrá más proyectos para edificaciones de altura en el Casco Viejo.
La catalogación de las viviendas que hizo este departamento y que todavía es observada por el Colegio de Arquitectos, según Siles protege al centro de la ciudad de futuras edificaciones.
El proyecto tiene cuatro categorías y solamente con una de esta se podrán hacer remodelaciones parciales, el resto debe quedar tal y como es originalmente tanto en el interior como en las fachadas.
La nueva norma también plantea que se haga una uniformización de la rasante, ya que reconoce que de acuerdo a las normativas que se han aplicado muchas de las aceras han quedado desuniformes con viviendas que ocupan más y menos espacio en las aceras.
La especialista en patrimonio arquitectónico y docente de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) Patricia Dueri señala que, para mejorar el espacio público patrimonial, se deben crear espacios para la inclusión social, con asientos, basureros, señalética, iluminación, vegetación y sobre todo accesibilidad a personas con discapacidad, como la colocación de rampas accesibles para personas con movilidad reducida, señalización braille y guías de pavimento para personas invidentes. Esta situación permitirá que se ponga en valor el patrimonio urbano y arquitectónico de la ciudad, y que la población se apropie del mismo.
Indica que se debe hacer hincapié en el patrimonio de adobe que todavía queda.
Control
“Si permitimos que se siga demoliendo y no se pone un control, terminaremos con todas las casas patrimoniales convertidas en lotes baldíos y luego en estacionamientos. Eso no le da ninguna buena imagen a la ciudad”.
Gustavo Siles
Jefe de Departamento de Territorio
Patrimonial de la Alcaldía