Expertos prevén un 2018 conflictivo en lo político y de mayor desaceleración
¿Cómo le irá a Bolivia en 2018? Seis reconocidos expertos manifestaron que la gestión venidera será conflictiva en el ámbito político y poco alentadora en el plano económico.
Media docena de analistas fueron convocados por OPINIÓN para emitir sus proyecciones económicas, políticas y sociales del año entrante: el analista económico y docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz Óscar Heredia, el docente investigador del Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) Fernando Salazar, el analista internacional Álvaro del Pozo Carafa, el economista José Gabriel Espinoza, la socióloga Gabriela Canedo y el sociólogo, analista político y responsable de la línea temática “Transparencia” del Centro de Estudios Aplicados a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Ceadesc), Jorge Komadina.
El economista José Gabriel Espinoza explicó que el panorama de la economía nacional es incierto, pues, si bien los precios de las materias primas están mejorando, “es claro que el modelo económico, basado en la demanda del Gobierno y de los hogares, ya se encuentra en su fase de agotamiento”.
Añadió que, por el lado de los hogares, las expectativas son claramente pesimistas, como se ha visto a finales del 2017 con la reducción de los niveles de consumo. En el caso del Gobierno, el fuerte gasto que hace el nivel central tiene menos impacto en los indicadores de crecimiento económico “Por lo tanto, si las autoridades del área económica no hacen cambios en sus políticas, haciéndolas más amigables con la inversión privada y tratando de recuperar su credibilidad con el público, es probable que en el 2018 se observe una mayor desaceleración (respecto a 2017)”. No obstante, el ministro de Economía, Mario Guillén, descartó que en 2017 el país haya atravesado una desaceleración económica.
Mientras que el ámbito político será conflictivo en el país porque, según el analista internacional Álvaro del Pozo Carafa y otros profesionales consultados, el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que habilitó a Evo Morales como candidato a las elecciones presidenciales de 2019 será el hilo conductor de la mayoría de los conflictos sociales que sucedan a lo largo de la gestión.
La socióloga Gabriela Canedo añadió que el 2018 será un año crucial, políticamente hablando, porque los bolivianos vivirán una antesala a las elecciones presidenciales en las que seleccionarán gobernantes nacionales.
“Enfrentaremos una fuerte lucha entre quienes cuestionan la reelección del presidente Evo Morales y quienes la sustentan. Esto mismo tiene implicancias en cuanto al debilitamiento o fortalecimiento de la democracia, pues, en caso de que se permita la repostulación del Presidente, asistiríamos a una etapa en la que por primera vez una persona asume la presidencia de manera consecutiva por cuarta vez. Caso contrario, si se sobrepone el respeto a la Constitución Política del Estado (CPE), podemos concluir que los bolivianos nos oponemos a la perpetuación en el poder. Es así que Bolivia, vivirá la definición y rumbo de su democracia”.
DETALLES
Los expertos desglosaron algunas características que tendrán los ámbitos económico y político en 2018.
Heredia indicó que el Gobierno proyecta un crecimiento económico de 4 por ciento en 2018, confiado en la mejoría del precio del petróleo. Sin embargo, a su criterio, ese porcentaje no mejorará la competitividad del país, pues el 4 por ciento previsto será alcanzado a costa del endeudamiento y del consumo de los ahorros.
Si bien ese nivel de crecimiento situará a Bolivia como una de las primeras economías de Latinoamérica, se debe considerar que el sistema de producción, distribución, comercio y consumo de bienes y servicios del país es pequeño respecto a la de los territorios vecinos.
Según Óscar Heredia, ese será uno de los resultados del déficit fiscal que arrastra Bolivia (más gasto que ingreso) o del déficit comercial (más importaciones que exportaciones), solo el último indicador representa aproximadamente unos mil millones de dólares. A criterio de Del Pozo, en 2018, el Gobierno debe hacer ajustes en este tipo de gastos corrientes para que el déficit disminuya.
“Nos consumimos nuestros ahorros, los cuales bajaron de 15.000 millones a aproximadamente a 10.000 millones de dólares. También a nuestra deuda externa, que es de 9.100 millones de dólares y la deuda interna, que alcanza a 7.000 millones de dólares”.
A ello se suma que el movimiento económico redujo en actividades importantes como la construcción, transporte, manufactura, alimentos y demás.
Estas cifras permiten predecir que el siguiente año “el territorio nacional vivirá una coyuntura económica difícil”, según Heredia.
Considerando que se terminó la bonanza, Bolivia se constituirá en un país dependiente de las exportaciones de materia prima, por lo que no habrá blindaje ante la globalización. A su criterio, “la economía de mercado ya le está quitando espacio al modelo económico híbrido, no ortodoxo (Marx, Sach, asesor de Gonzalo Sánchez de Lozada y otros).
En respaldo, el docente investigador del IESE de la UMSS Fernando Salazar añadió que el auge del gas e hidrocarburos llegará a su fin. Prevé que el siguiente año Bolivia llegará a la extrema situación de exportar sus reservas de gas destinadas al consumo interno. Mientras que en el ámbito hidrocarburífero, a su criterio, el país se consolidará como un importador de gasolina y diésel. Esto desencadenará un declive en la economía boliviana legal e incluso un déficit con alto riesgo de inflación.
En el ámbito exportador, Salazar aseguró que los volúmenes de exportación continuarán en descenso y agravará la situación los bajos precios internacionales.
MEJORÍAS EN 2018
Salazar explicó que no a todos los sectores que mueven la economía nacional les irá mal. Consideró que el rubro agroindustrial superará la crisis, debido a dos factores: que la sequía ya no será tan cruda como en las gestiones pasadas y “la habilitación de nuevas tierras agrícolas en zonas de reserva forestal”.
Un último apunte que Heredia destacó, pero de la gestión que está culminando (2017), es la redistribución de los ingresos, que redujo la pobreza. Añadió que el tema que preocupa es la sostenibilidad de la redistribución.
POLÍTICA
En este ámbito, Komadina indicó que el 2018 será un año crucial para la democracia y la estabilidad política en Bolivia. “Veo un escenario de gran polarización a raíz del último fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que facilita la reelección del presidente Evo Morales”.
El experto consideró que, a consecuencia de esa determinación del TCP, desde 2017 se está configurando una “oposición urbana de clase media” y abiertamente política. En 2018, el Movimiento Al Socialismo (MAS) y las organizaciones campesinas aliadas a ese partido tendrán que enfrentar a este segmento.
Komadina no descartó que al año, el MAS lidie por no perder el dominio de las vías públicas, pues esa nueva oposición ya no tiene miedo a las calles. Esto, a su criterio, será riesgoso porque puede generar enfrentamientos. “La convocatoria de masas que expresa la potencial electoral de la organización, es característica del MAS”.
Explicó que el fallo del TCP estará latente a lo largo de la gestión y determinará cualquier conflicto social que aparezca. “Toda contienda ciudadana va a tener un cáliz ideológico, tendrá un sentido político más profundo y remitirá al tema de legitimidad y la ilegalidad de la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional”.
Del Pozo respaldó esa posición indicando que el fallo será el hilo conductor de la mayoría de los conflictos sociales. A su criterio, si se generan conflictos en el Magisterio, el sector médico u otros, la variable común será la habilitación del actual Presidente de Bolivia para la reelección.
“Tenemos que estar prestos a un año de conflictos”, aseveró del Pozo, pero también a un 2018 con tintes electorales.
Sobre lo último, Del Pozo explicó que la siguiente gestión el Gobierno se enfocará en consolidar la candidatura de Morales.
LA OPOSICIÓN
Sobre la oposición, Gabriela Canedo explicó que en 2018 no logrará configurar un partido común que le haga frente al MAS.
“Por el comportamiento que ha tenido la oposición en las distintas contiendas electorales, es muy difícil que esta configure un solo frente. Lo más probable es que se consolide varias organizaciones políticas y vayan de manera separada”. A esto se suma que el tiempo apremia y la construcción de una figura de carácter nacional que compita con Morales es corto, a su criterio.
Del Pozo añadió que, si bien la oposición no configurará un bloque único para las elecciones, en 2018 hará esfuerzos por construir una alternativa unitaria, pero sin resultados favorables. “(Los intentos) no serán positivos, pero de alguna manera ciertos liderazgos van a ser fortalecidos (el año venidero). Se configurarán tres o cuatro liderazgos para competir en las elecciones de 2019”.
POLÍTICA
Komadina culminó indicando que la polarización política que desencadenará el fallo del TCP se expresará en diferentes ámbitos como los medios de comunicación, en los tribunales “donde se producirá un intercambio de apelaciones y juicios en los que intervendrán organismos internacionales”.
4 por ciento
El Fondo Monetario Internacional prevé que en 2018 la economía boliviana registrará un crecimiento que bordeará el 4 por ciento y estará entre los más elevados de la región latinoamericana.
1
Nuevo frente opositor se configuró luego del fallo del Tribunal a favor de la repostulación de Morales. Está conformado por gente de clase media y del área urbana que no representa a ningún frente político.
Peligroso
“Nuevos sectores sociales están dispuestos a ocupar las calles y a enfrentarse con las fuerzas policiales y eso puede generar violencia. Es peligroso”.
Jorge Komadina
SociÓLOGO Y ANALISTA POLÍTICO