Tradición: Los bolivianos en Estados Unidos visitan cada año su tierra natal
Para los migrantes bolivianos en Norteamérica es tradición llegar anualmente a su tierra natal. Las temporadas preferidas el fin de año, Urcupiña y Carnavales.
Durante la última década, este viaje al sur de los migrantes nacionales que están en Estados Unidos (EEUU) se ha convertido en una verdadera tradición, a tal punto que los 6.813 kilómetros de distancia y las aproximadamente 12 horas entre aviones, conexiones y paradas en aeropuertos internacionales que existen entre Cochabamba y Virginia (Estados Unidos), pasaron a ser un simple trámite burocrático que cada vez más personas realizan y con mayor frecuencia. Por lo menos así lo indican las famosas “tarifas de temporada” y los boletos agotados para los vuelos internacionales que unen ambos países durante las fechas próximas a esas celebraciones.
Miles de residentes bolivianos parecen haber dejado atrás la “nostalgia del regreso a casa” y prefieren poner en agenda la visita a Bolivia como parte de un ritual anual destinado a las vacaciones, en las que incluyen muchas veces realizan recorridos turísticos por las ciudades capitales, atractivos tradicionales como el Lago Titicaca y algunas provincias, para motivar a los menores, hijos de residentes bolivianos que nacieron en los EEUU que no conocen Bolivia, a encontrarse con sus raíces.
Según datos de la agencia de viajes distribuidora Cuarta Dimensión, con sede en Bolivia, la mayor demanda de pasajes de familias bolivianas que residen en EEUU se presenta alrededor de esas tres fechas y las reservas de boletos o incluso paquetes turísticos de hasta 10 días se realizan hasta con un año de anticipación.
Un dato extraoficial del consulado boliviano en Washington señala que unos 500 mil bolivianos residen de manera permanente en el país del norte y que un 80 por ciento de ellos lo hace en el área metropolitana de Washington, Maryland y Virginia. La misma fuente señala que las tres cuartas partes de ese porcentaje son cochabambinos. Quizás sea por ello que la mayor frecuencia de los viajes EEUU-Bolivia se produce entre Virginia y Cochabamba.
¿Quiénes viajan y en qué temporada?
Un sondeo de opiniones entre personalidades bolivianas residentes en los EEUU asegura que la preferencia de los compatriotas para viajar a su país se marca según las actividades y costumbres de cada familia. En esta lógica, las personas que son parte de fraternidades folclóricas eligen viajar a Bolivia coincidiendo con el Carnaval de Oruro para participar como danzarines o simplemente como público; los católicos prefieren viajar a Bolivia para caminar, pedir y devolver lo prestado a la Virgen de Urcupiña durante el mes de agosto; mientras que, quienes son cristianos optan por la Navidad para volver a reunirse con sus familiares en Bolivia, al igual que quienes tienen un conocido que se gradúa del colegio o la universidad cerca de las fiestas de fin de año.
La destacada defensora de las costumbres y cultura boliviana profesora Julia García, quien vive fuera de Bolivia hace tres décadas, explica que existen más de 35 fraternidades folclóricas legalmente establecidas y reconocidas tan solo en el estado de Virginia. Señala también que, si a ellas se suman otras agrupaciones en estados de la costa este de EEUU, fácilmente se puede hablar de más de cinco mil bailarines que habitualmente participan en celebraciones como el Carnaval de Oruro y Urcupiña, para lo cual viajan junto a sus familias hasta Bolivia.
“Familias enteras viajan a Bolivia cada año para bailar. Es como una tradición. Se mandan a hacer trajes en Cochabamba y gastan, solamente en los trajes, más de 1.500 dólares. Hay miles de personas que hacen esto cada año porque se resisten a que sus tradiciones mueran, entonces las practican fuera de su país, pero también vuelven a sus lugares para participar”.
El empresario Marco Valencia, que vive en los EEUU desde hace casi 20 años, explica que uno de los motivos más frecuentes de los viajes de su familia desde EEUU hasta Bolivia es la celebración de la Virgen de Urcupiña y que cada agosto viajan alrededor de 12 personas junto a él, entre amigos y familiares. “Nosotros somos devotos de la Virgen y siempre hacemos todo lo posible para estar presentes en la festividad. Caminamos hasta el Calvario. Todo este viaje lo realizamos después de celebrar la fiesta de Urcupiña en Virginia, donde junto a unas 200 personas, cada año realizamos las novenas de adoración, la fiesta, el calvario y hasta realizamos las tradicionales alasitas. Pero volver a Cochabamba es siempre importante para nosotros como familia. Nos reencontramos con amigos, familiares. Viajamos a la provincia también porque la familia de mi esposa es de Totora”.
Iván García es un empresario de la construcción, vive en Virginia desde hace 32 años y explica cómo sus familiares prefieren viajar a Bolivia durante las fiestas de fin de año para compartir momentos con sus padres y familiares, tanto en la ciudad capital de Cochabamba como en la provincia. “Mis hermanas, y muchas veces yo mismo, viajamos a Bolivia para pasar las fiestas de fin de año junto a mis papás y en nuestra casa de la zona sur de Cochabamba. Mi padre prefiere pasar el tiempo en Tarata, de donde es mi familia, la mayor parte del tiempo, entonces cuando estoy en Bolivia, Tarata es un destino seguro con permanencia de algunos días”.
¿Qué pasa con la gente que no viaja a Bolivia?
Así como es una tradición que miles de familias viajen desde EEUU hasta Bolivia por las fiestas de fin de año, es también una realidad que existen otras miles que no pueden hacerlo por diversos factores, entre ellos su situación legal.
Una fuente que pide mantener su identidad en reserva señala que desde que llegó a los EEUU, hace 15 años, nunca más pudo volver para ver a sus familiares. Añade que es probable que nunca más pueda hacerlo debido a su situación legal migratoria. “No volví más a Bolivia porque si salgo de EEUU ya no voy a poder ingresar. Extraño a mi madre, mi padre falleció después de que me vine. Pero, gracias a la tecnología me mantengo en contacto con todos mis familiares. Allá, tengo dos hijos que dejé niños y que ahora incluso son profesionales y yo me perdí la mayor parte de su vida por trabajar aquí y asegurarles el futuro. Espero volver algún día, pero yo creo que tal vez no me podré acostumbrar a estar allá”.
Al igual que esta fuente, que trabaja en el ámbito de la gastronomía, miles de bolivianos y sus familias viven en el país del norte sin poder salir de sus fronteras por temor a no poder volver más. Estas personas no tienen la posibilidad de viajar a Bolivia para reunirse con familiares o amigos. Sin embargo, mantienen la esperanza de que su situación legal en los EEUU se resuelva gracias a diversos trámites que realizan para lograr el ansiado estatus de residente permanente. Mientras tanto, dice la fuente, “vivimos en una jaula de oro”.
500
Mil compatriotas
Los diferentes estados de Norteamérica albergan a, por lo menos, 500 mil bolivianos, de acuerdo con cifras extraoficiales del Consulado de Washington.
El 80 por ciento del total está en el área metropolitana de Estados Unidos (EEUU).
Cifra
La mayoría de los compatriotas que llega a Cochabamba desde Estados Unidos (EEUU) en estas fiestas de fin de año, procede de Virginia.