El desfalco que pone en el ojo de la tormenta al Banco Unión
Inmuebles allanados, 15 personas con detención preventiva, roces entre la Fiscalía y la Policía por el extravío de ocho teléfonos celulares, una canción de reguetón, memes en las redes sociales y la destitución de varios ejecutivos del Banco Unión son algunas de las acciones que se dieron tras la detención de Juan Franz Pari Mamani, principal acusado de haber desfalcado 37.6 millones de bolivianos a esta entidad financiera en 11 meses, entre septiembre de 2016 y agosto de 2017.
El 23 de octubre, el presidente Evo Morales afirmó, tras dar a conocer la destitución de la gerente general del estatal Banco Unión, Marcia Villarroel, que en esta gestión de Gobierno "no se perdona ningún hecho de corrupción, robo o desfalco".
El Gobierno asumió esta determinación después de casi un mes de haberse descubierto el desfalco que realizó el exjefe de Operaciones de una sucursal bancaria en la localidad de Batallas, Juan Franz Pari Mamani, de 27 años.
No obstante, Pari, en una entrevista con el diario Página Siete, afirmó en la cárcel de Chonchocoro, que en el banco "siempre hubo gente que sabía que él estaba desfalcando dinero", pero que recién lo delataron para "cargarle" otros casos de corrupción.
Afirmó a este diario que ni sus familiares ni sus amigos con los que hizo negocios sabían lo que él hacía, e insistió en que solo él tomó el dinero.
Agregó que tocó solo la plata de los dueños del banco y responderá por eso, pero que no robó el dinero del pueblo.
Actualmente, un total de 35 exfuncionarios del Banco Unión y personas particulares con indicios de responsabilidad son investigadas por el Ministerio Público.
Según la directora de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), Lenny Valdivia, Pari comenzó apropiándose en forma indebida de fondos de la agencia de Achacachi (La Paz), donde había un cajero automático, y desde septiembre de 2016 empezó a operar en la localidad de Batallas, donde se "inventó" un cajero automático para sacar dinero, según el portal Urgentebo.
PROPIEDAD
El Estado se hizo del 97.4 por ciento de las acciones del Banco Unión, como socio mayoritario, tras comprar el 14.2 por ciento de las acciones en septiembre de 2010, por las cuales pagó 13.1 millones de bolivianos según una información publicada por ABI en esa fecha.
Según el Gobierno, el año 2006 el Banco Unión tenía un patrimonio de 26 millones de dólares para subir, en una década, hasta 245 millones.
El número de clientes creció entre esos años de 89.000 a 1.1 millones de personas, mientras que su cartera de créditos pasó de 201 millones de dólares a 1.855 millones, según un reportaje de La Nación de Argentina.
EL DESFALCO
Pari empezó como cajero del Banco Unión y fue ascendiendo gradualmente hasta ocupar el cargo de jefe de Operaciones de la agencia de Batallas en 2016, de donde se apropió el dinero.
Si bien en una declaración inicial afirmó que había actuado solo, con el paso de los días y las investigaciones más avanzadas se dieron a conocer nombres de otras personas implicadas, familiares y amigos de Pari.
El acusado robó el dinero durante 11 meses, según las pesquisas, ocultándolo en sus ropas o en maletines, y para no ser descubierto cambió la posición de las cámaras de seguridad de la agencia Batallas, a 52 kilómetros de La Paz, sin que haya funcionado alguna forma de control financiero en la institución, señaló la agencia EFE.
No obstante, el del Banco Unión no fue el único caso de fraude a una entidad financiera en los últimos años.
Según una revelación del ministro de Economía y Finanzas, Mario Guillén, durante su informe ante la Comisión de Planificación de la Cámara de Diputados, el 26 de octubre, desde 2006 a la fecha se reportaron en el país a 586 personas por causar daño económico a diferentes entidades bancarias.
La directora de la ASFI, Lenny Valdivia, informó ante la misma comisión que en seis robos anteriores se causó la pérdida de más de 6.3 millones de bolivianos a entidades financieras, entre 2010 y 2017.
Guillén afirmó que esos casos no salen a la luz pública para evitar que se genere una sensación de inseguridad con las entidades financieras.
¿CÓMO SACÓ
37.6 MILLONES?
La forma abierta en la que Pari empezó a ostentar mediante las redes sociales el dinero que había sustraído de la sucursal de Batallas lo delató, según las investigaciones de la Policía y la Fiscalía.
La hipótesis que maneja la Policía es que Pari sustrajo el dinero, primero bajo la ropa y luego en maletines, montos que oscilaban entre 7.000 y 30.000 bolivianos diarios, llegando a sacar 100.000 bolivianos con la ayuda de su novia, Luciana Regina Cagnola, de nacionalidad argentina.
Se estableció también que sacaba el dinero en maletines y que para no ser descubierto modificaba la posición de las cámaras de vigilancia y que alguna vez estaba tan apresurado que al salir de la agencia dejó caer un fajo de billetes en la calle, pero no se molestó en recuperarlo de los transeúntes, según EFE.
Un último video del Banco Unión, difundido por la Red ATB, muestra a una mujer, que presumiblemente es la pareja de Pari, que saca un bolso de gran tamaño en el que supuestamente lleva dinero, a las 11 de la mañana del 3 de junio de 2017.
Ese mismo día, la mujer sale de la entidad bancaria a las 13:40 horas.
Pari hizo en total 131 "transacciones" en las sucursales de Achacachi y Batallas, entre el 19 de octubre de 2016 y el 4 de agosto de 2017, según un informe de la Directora de la ASFI del 26 de octubre ante la comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados, Lenny Valdivia, publicó La Razón.
En la agencia de Batallas se movía cada mes un promedio de 30 millones de bolivianos, informó el ministro Mario Guillén.
BIENES RECUPERADOS
Después de realizar varios allanamientos a inmuebles y negocios que Pari había adquirido en los últimos meses, los peritos afirmaron que todos los bienes confiscados tienen un valor igual a un tercio de lo robado.
El abogado del Banco Unión, Aldo Burgos, informó el martes 17 de octubre que se había recuperado un patrimonio valuado en aproximadamente 10 millones de bolivianos de los 37.6 millones que se desfalcaron a esa entidad financiera estatal.
Burgos manifestó que se recuperaron 14 vehículos de lujo, cuatro inmuebles, dos empresas, la discoteca Center Club, un estudio de televisión, un televisor de 125 pulgadas y dos vehículos ´0´ kilómetros.
LA DETENCIÓN
El 26 de septiembre, el departamento de Análisis Criminal e Inteligencia y el Ministerio Público aprehendieron a dos hombres y a una mujer implicados en el millonario desfalcó, según informó a la Agencia Boliviana de Información el comandante general de la Policía, Abel de la Barra. Uno de ellos era el jefe de Operaciones de la agencia bancaria en Batallas.
Tras este primer operativo, el Ministerio Público imputó a Pari, Cagnola y Alexis C.H. por la presunta comisión de los delitos de enriquecimiento ilícito y favorecimiento al enriquecimiento ilícito.
En el momento de la aprehensión de Pari, este se encontraba esperando a su pareja Cagnola, quien realizaba una transacción de 20.000 bolivianos en una entidad financiera.
El martes 3 de octubre, una comisión de fiscales y peritos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC) allanó en La Paz varios inmuebles de Pari con el fin de "conservar los medios de pruebas y la recuperación de los bienes vinculados a una presunta legitimación de ganancias ilícitas", según el director de esta repartición policial, Johnny Aguilera.
A raíz de este hecho, el secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados, Nelson Villalobos, citado por ABI, afirmó el 3 de octubre que las entidades financieras del país deben adoptar mejores controles internos para evitar desfalcos como sucedió en el Banco Unión.
Después de casi dos semanas de investigación, el 10 de octubre la Fiscalía y la Policía informaron el hallazgo de una caja fuerte en uno de los inmuebles que había comprado Pari.
Simultáneamente en las ciudades de La Paz y Santa Cruz se secuestraban 10 vehículos, una motocicleta, dos empresas fantasmas y un departamento en la zona de Obrajes, en la sede de Gobierno.
Después de estos primeros allanamientos, la directora de la ASFI, Lenny Valdivia, afirmó que en una reunión con gerentes de las entidades financieras del país, instruyó realizar evaluaciones permanentes a los mecanismos de control interno para evitar fraudes o desfalcos.
Valdivia explicó en esa oportunidad que en el desfalco al Banco Unión se detectaron vulneraciones a tres mecanismos de control interno: el inicial en la parte operativa a cargo del jefe de Operaciones de la agencia de Batallas y Achacachi; el control intermedio que debía realizar el gerente Regional de La Paz con "arqueos sorpresivos" trimestrales; y un control final a cargo del jefe Nacional de Tarjetas, cuyo trabajo era registrar el ingreso y salida de dinero de los cajeros automáticos.
No obstante, el presidente del Banco Central de Bolivia, Pablo Ramos, afirmó el 26 de octubre que pese a que el desfalco del Banco Unión fue importante, el "sistema financiero se mantiene sólido" y que ni la misma entidad financiera afectada ha sentido el impacto.
Para prevenir que se siga cometiendo este delito en las entidades financieras, el Ministerio de Gobierno propuso el 19 de octubre el uso del polígrafo para los funcionarios que manejan dinero en las entidades bancarias, informó el viceministro de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Trigoso.
Por su parte, el comandante de la Policía, Abel de la Barra, propuso el 20 de octubre restablecer la custodia interna en los bancos y entidades financieras a cargo de los agentes de la Policía.
Recordó que para abaratar costos, los bancos redujeron en 50 por ciento la contratación de personal del Batallón de Seguridad Física Privada y lo remplazó por los denominados ´hombres de negro´.
Unos días antes, el 16 de octubre, el ministro Mario Guillén, aseveró que el Banco Unión tiene una cobertura de hasta 10 millones de dólares, por lo que se prevé recuperar la totalidad del desfalco.
Para tranquilizar a la población, Guillén aseguró que el dinero sustraído no eran parte de los depósitos de la gente, sino de las cuentas propias de la institución bancaria.
El 24 de octubre, el abogado del Banco Unión, Aldo Burgos, informó que enviaron al Ministerio Público una lista de 35 funcionarios para que sean investigados en el caso del desfalco.
RUEDAN CABEZAS
El desfalco al Banco Unión hizo rodar las cabeza de varios funcionarios y ejecutivos de esta entidad financiera. Uno de los primeros en ser destituido fue el gerente nacional de Operaciones, José Luis Quiroz, por incumplimiento de deberes.
Marcia Villarroel, gerente general del Banco Unión, fue también cesada de su cargo, a causa del desfalco, y en su lugar se posesionó, el 23 de octubre, a Rolando Marín Ibáñez
En los últimos días, dos funcionarios detenidos, Róger Medina Pérez, quien ocupaba el cargo de jefe nacional de cajeros automáticos, y Edwin Orozco, analista, fueron enviados con detención preventiva al penal de Palmasola de Santa Cruz, por su presunta vinculación con el desfalco.
UN CÁNCER
“La administración del Banco Unión no es profesional y da la impresión de que las personas a cargo de esta entidad son improvisadas, que ejercen esas funciones por un favor político”, afirmó el director de la Fundación Milenio, Henry Oporto.
El analista agregó que, por otro lado, se puede interpretar que al ser el Banco Unión una entidad estatal, que responde directamente al Gobierno, escapa a los controles y fiscalización que debieran hacer la ASFI y el Banco Central de Bolivia.
"Vale decir que los controles son muy tolerantes y relajados, muy flexibles con la administración del Banco de la Unión. Solamente así se explica que se haya producido este desfalco tan considerable, no están funcionado los procedimientos de control y fiscalización".
Oporto afirmó que este desfalco afecta la credibilidad de la banca porque pone al descubierto la fragilidad de los sistemas de control y fiscalización del sistema financiero.
Agregó que este desfalco no es un hecho aislado, como señalaron las autoridades gubernamentales, sino que es un caso más de corrupción, que se suma a los que se destaparon en los últimos años, y que lamentablemente se está convirtiendo en un cáncer.
"Por donde se ve hay una caso de corrupción. Da la impresión de que esta lacra se ha convertido en un cáncer en la administración del Gobierno actual y el peligro es que haga metástasis".
131
Transacciones
El principal implicado en el desfalco al Banco Unión realizó al menos 131 “transacciones” en las sucursales de Achacachi y Batallas para obtener 37.6 millones de bolivianos, entre el 19 de octubre de 2016 y el 4 de agosto de 2017, según la ASFI.
Otros casos
El ministro de Economía y Finanzas, Mario Guillén, reveló, durante un informe ante la Comisión de Planificación de la Cámara de Diputados, el 26 de octubre pasado, que desde 2006 a la fecha se reportaron en el país a 586 personas por causar daño económico a diferentes entidades bancarias.