Restringe el ejercicio de los derechos humanos
Partimos de la premisa de que la pobreza tiene una causa estructural, sustentada en una realidad, la sociedad. En ella, hay pocos que tienen todo, o casi todo, y muchos que no tienen nada o casi nada. Cabe aclarar que dicha brecha no fue establecida por un orden natural o por razones de buena o mala voluntad, responde a los procesos históricos de la lucha de clases y tiene una larga data.
La pobreza es privación extrema de bienestar. Ser pobre es pasar hambre, carecer de vivienda y vestuario adecuados, estar enfermo y no recibir cuidados, ser analfabeta y no contar con servicios educativos ni trabajo.
La pobreza es expresión, efecto y resultado de estructuras que han vulnerado de manera crónica los derechos humanos, porque los beneficios del crecimiento, las políticas públicas y los recursos públicos han tendido a asignarse en mayor proporción a los más favorecidos, en vez de dedicarse a educación, salud, trabajo, apoyo a fortalecer los mecanismos de participación de los empobrecidos y a reducir los estigmas sociales que fomentan la discriminación.
En Bolivia, si bien la pobreza y extrema pobreza han disminuido, aún falta mucho por hacer. Vale la pena aclarar que no somos una sociedad de pobres, como a otros les gusta denominar, somos una sociedad empobrecida, que es muy diferente.
La pobreza que restringe el ejercicio de los derechos humanos, afecta de manera distinta a los diferentes grupos humanos, según el género y el origen étnico. La pobreza y la inequidad conllevan una ciudadanía limitada y precaria, afecta a la calidad de vida de la mayoría de su población y restringe el disfrute y el ejercicio de sus derechos humanos.
Todo ser humano tiene derecho a satisfacer sus necesidades básicas. Ser pobre no solo significa la incapacidad de hacerlo, también supone estar excluido de la oportunidad de desarrollar capacidades para desenvolverse productiva y creativamente en la sociedad.
La vulnerabilidad es el riesgo de que los hogares o individuos experimenten un episodio de pérdida de ingreso o mala salud, pero, a su vez, significa también la probabilidad de estar expuestos a un número de otros riesgos, como la violencia, el crimen, los efectos de desastres naturales o ser expulsados de la escuela.
La pobreza también está influenciada grandemente por prácticas, valores y normas que, dentro de la familia, las comunidades o el mercado, conducen a la exclusión de las mujeres, los grupos étnicos y raciales, o los que enfrentan desventajas sociales.
La pobreza y la exclusión social constituyen una violación de la dignidad humana, por lo que se debe dar prioridad a la adopción de medidas en los planos nacional e internacional para eliminarlas bajo estrategias y planes construidos con sensibilidad a las necesidades de las personas y colectividades más pobres, fundamentados en los principios de los derechos humanos y dando cumplimiento a una obligación y no a la asistencia social o a la caridad o al desprendimiento de algún político o partido alguno.
Los derechos humanos son garantías jurídicas universales para proteger a las personas, a título individual y colectivo, frente a las acciones y omisiones que interfieran con sus derechos fundamentales, las prestaciones a las que pueden acceder y la dignidad humana.