Comensales en restaurantes botan a la basura el 25 por ciento de lo que piden
Los padres de Silvia Ortiz le inculcaron desde que era niña que no debía dejar “nunca” restos de comida en su plato, porque había mucha gente pobre que se iba a dormir sin probar un solo bocado, a diferencia de ella que tenía “el privilegio de tener siempre alimentos para comer”.
Sin embargo, cada vez que Silvia come en un restaurante o en una fiesta a la que acude deja más de la mitad de lo que le sirven, especialmente la papa, el arroz y casi toda la carne, porque, argumenta, la cantidad es “exagerada”.
Los clientes que comen en los restaurantes del municipio de Cochabamba, así como Silvia, dejan en el plato como promedio el 25 por ciento de su comida, según un cálculo realizado por la presidenta de la Asociación de Gastronómicos, Vivian Cardona, quien, asegura, tiene más de 20 años de experiencia en este rubro.
Las personas que más cantidad de comida dejan en sus platos son las jóvenes de entre 15 y 20 años. “No prueban casi nada, ni siquiera las verduras cocidas”, señala Cardona.
Según su experiencia, hasta hace un lustro las personas no desperdiciaban tanta comida, porque “eran más conscientes”.
“Antes, uno se servía lo que iba a comer y lo terminaba, pero ahora con las dietas y otras situaciones, las jóvenes dejan en sus platos mucha comida”.
A los propietarios de los restaurantes no les queda más que echar esta comida a la basura, a pesar de que gran parte de ella está en buen estado, sin haber sido tocada siquiera.
“Nosotros nos arrepentimos por haber servido tanto cuando vemos que se desperdicia tanta comida, ahora más que las verduras y los ingredientes en general están tan caros”.
Silvia, en su defensa, insiste en que ella no puede comer porciones tan grandes, y en el restaurante no hay forma de que le sirvan menos, y ninguno de sus amigos o familiares quiere compartir de un solo plato con ella.
Asegura que en los cumpleaños le sucede lo mismo y la ocasional anfitriona se enoja cuando ella le pide que le sirva menos.
Cuando las familias llegan hasta los restaurantes, los padres suelen pedir un plato entero para sus niños y, por su edad, son los que más restos de comida dejan en el plato.
Para tratar de revertir esta situación, algunos restaurantes de la ciudad optan por servir cantidades menores cuando se trata de niños.
En algunos casos, afirma Cardona, los meseros, informan a los clientes que de un plato pueden comer dos e incluso tres personas.
En los restaurantes se sirven también los medios platos para que la gente no sobre la comida, pero aún así el retorno de alimentos es un 25 por ciento como promedio, alimentos en muy buen estado, algunas veces presas enteras de pollo o de carne, y se las tiene que botar, señala Cardona.
BUFET
El desperdicio de comida es mayor cuando se trata de bufet, especialmente en los matrimonios y cumpleaños, asegura Cardona.
Según su experiencia, los invitados se sirven mucho más de lo que pueden comer y dejan en el plato, como promedio, hasta un 30 por ciento del contenido. En este caso, el destino de estos alimentos es también la basura.
Este extremo es confirmado por José Mejía, un chef que atiende eventos sociales, especialmente los fines de semana, preparando comida bufet para cumpleaños, matrimonios y reuniones familiares.
Mejía asegura que siente mucha pena, y también rabia, cuando retira de las mesas los platos que, en algunos casos, están tan llenos como cuando los invitados se sirven. “Pero eso no sucede con el trago. Con eso dan fin y piden más al final de la fiesta”, se queja.
Cardona, por su parte, asegura que muchas personas no tienen conciencia en el momento de servirse comida bufet y se colocan en el plato mucho más de lo que pueden comer “porque ya está pagado”.
Y es tal el desperdicio de comida en los servicios bufet, que los organizadores colocan letreros exhortando a los invitados a servirse solo lo que puedan comer.
Cardona agrega que se podría iniciar una campaña de concienciación para que la gente deje de desperdiciar comida porque es valiosa y muchos no acceden a ella.
PROPUESTA
Además de las campañas de concienciación para que no se desperdicie tanta comida, Cardona, afirma que como Asociación de Gastronómicos de Cochabamba tienen una propuesta: que la comida que sobra en los restaurantes, y que esté en buen estado, pueda conservarse en recipientes especiales para que sea consumida por personas indigentes.
Esta experiencia, según Cardona, tiene buenos resultados en países como Argentina y Brasil, donde restaurantes y grandes cadenas seleccionan la comida que sobra y la que está en buen estado la colocan en recipientes y la sacan a la calle en bolsas de determinados colores.
Las personas que buscan comida y conocen de este sistema se benefician con estos alimentos.
Cardona explica que en el caso de los restaurantes de Cochabamba estos no pueden conservar en sus ambientes las sobras de los alimentos porque se exponen a ser sancionados por las autoridades de la Intendencia Municipal.
Por este motivo, los restaurantes que tienen sobras de comida, dejadas por los comensales, las depositan en bolsas comunes, con otros desechos, y las sacan a la calle para que la Empresa de Servicios de Aseo las recoja.
Y a pesar de que estos alimentos están mezclados con otros desechos, hay muchos indigentes que esperan a que los restaurantes saquen la basura para hacerse de algunas sobras para comer.
Estas personas encuentran en medio de la basura papas fritas, arroz, pollo, carne y verduras que les sirve para alimentarse.
En ese sentido, Cardona propone emular la experiencia de otros países, es decir, guardar la comida que está todavía en buen estado para beneficio de las personas que no tienen nada para comer, pero para eso necesitan suscribir un convenio con las instituciones que controlan la calidad de los alimentos.
Consejo
“Es importante que se haga una campaña de concienciación para que se evite desperdiciar comida, porque el alimento es un recurso tan valioso, y mientras algunas personas no acceden a ella, otras la desperdician”.
Vivian Cardona
PRESIDENTA ASOCIACIÓN GASTRONÓMICOS