Hay personas que prefieren mantener su identidad legal de hombre para garantizar herencia y jubilación
Kitty se identifica con ese nombre porque su identidad de género es femenina. Pero, en su carnet dice Ervin Antonio y prefiere no modificar su documento porque le interesa dejarle una herencia a su hija.
Sasha tiene en su cédula el nombre de Mateo. Es jubilada en Chile y no quiere que un cambio le afecte en el aspecto económico.
En el carnet de Vanessa, en realidad dice Juan Carlos, nombre que prefiere, por ahora, mantener porque carece de recursos para hacer los trámites.
Ellas, aunque apoyan a las trans “jóvenes” y aplauden la Ley de Identidad de Género aprobada en el país, decidieron no cambiar su nombre.
Kitty tiene una hija biológica y cuatro nietos. Recuerda que cuando era joven, y su madre habría percibido su orientación homosexual, le presionó para que tenga un descendiente. Entonces nació una hija que en la actualidad ya le dio nietos.
“Ella me dice ‘papi’, pero me adora. ¡Ay! de quien hable en mi contra. Ella me defiende”.
En el documento de su descendiente, Kitty figura como el padre: Ervin Antonio. Expresa que modificar su nombre le afectaría a su hija.
Por otro lado, ya pensando en su vejez (actualmente tiene 50), se esfuerza para tener un negocio de su propiedad, porque hasta ahora trabaja para su hermano.
Tiene casa propia y si cambiara de nombre y su hija no actualizara sus papeles, no podría heredar.
Sasha tiene otra razón para mantener su carnet con Mateo, su jubilación.
Trabajó muchos años en Chile y tiene una pensión mensual que le permite cubrir sus gastos.
“Lo veo un poco dificultoso el cambio. Tengo que ver si me va a perjudicar o beneficiar”.
Para Vanessa, la principal limitante para no hacer los papeleos y la modificación, es la falta de dinero. “Todo es plata y yo no tengo”.
Las dudas
Aunque se identifican, sienten y viven como mujeres dudan de realizar cambios en sus cédulas, para evitar que haya algún perjuicio.
Datos
Influencia social
Los adultos mayores trans, gais y lesbianas identifican que en la actualidad existe mayor apertura en lo referido a la identidad de género y la orientación sexual en comparación a su “época”, que incluye dictaduras.
El credo
Este colectivo identifica a la Iglesia como un ente de presión social y castigador, que condena la homosexualidad. Algunos dicen que sus familias les rechazan debido al credo que profesan. Otros reconocen que le “temen a Dios” y que por esa razón incluso descartaron cirugías. Su idea es llegar “al cielo” como nacieron.
Chantaje
Entre los resultados del estudio de Manodiversa, en torno a los adultos mayores TLGB, se menciona que hay gente de este colectivo que ha sido víctima de chantajes y extorsiones para no hacer pública su identidad de género u orientación sexual.
Escondidos
El mismo estudio señala que hay personas que prefieren esconder su identidad u orientación porque consideran que “a esta edad” ya no tendría sentido hacerlo público.