Refugios de instituciones privadas son una alternativa en todo el país
Dos habitaciones, una cocina, una sala y un comedor, además de un patio y hasta una mascota hacen que las mujeres víctimas de violencia que llegan al Centro de Atención a la Mujer (CAM) una Organización No Gubernamental (ONG) se sientan como en su propia casa.
Antes de la promulgación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres Una Vida Libre de Violencia en Bolivia ya funcionaban varias ONG que prestaban el servicio de casa de acogida y recuperación para esta población.
Con la nueva normativa, algunas instituciones decidieron retirar el apoyo, cerrar las puertas para que el sector público se haga cargo de esta tarea, pero otras decidieron continuar trabajando ante la alta necesidad que existe para luchar contra la violencia de género.
Por ejemplo, la Casa del Buen Trato que funcionaba para apoyar de manera psicológica, técnica y legal a estas mujeres cerró sus puertas la gestión pasada.
En Cochabamba, la única privada que continúa funcionando es el CAM que es un proyecto de la Iglesia católica realizada por los laicos vicentinos, un grupo misionero de España que ayuda principalmente a Sacaba.
La institución que tiene una capacidad de atención para 10 personas funciona las 24 horas del día en casos de que se presente un caso de emergencia remitido de cualquier parte del departamento.
María Isabel Torrico, directora del CAM, indicó que el centro funciona hace siete años y que anualmente brinda un promedio de ayuda a 40 personas entre mujeres y niños.
El CAM que cuenta con una psicóloga y una trabajadora social, además de personal administrativo se sostiene exclusivamente con ayuda del exterior, pero atiende con un servicio completo a las mujeres que son derivadas del Servicio Legal Integral Municipal (SLIM) de cualquier municipio o de la Fuerza Especial de la Lucha Contra la Violencia, FELCV.
El apoyo es el mismo que se da en las casas de acogida pública.
“La mayor parte de las mujeres que llegan a la casa tienen una dependencia económica de su pareja y lo que hacemos es darles herramientas para que ellas consigan sus propios ingresos”, informó la directora del centro.
Las mujeres son capacitadas en costura y repostería, cursos a los que acuden en el municipio de Sacaba.
Una vez que salen de la casa también pueden continuar recibiendo asesoramiento psicológico y capacitaciones para mejorar su situación.
OTRAS PRIVADAS
Según un informe de Promoción Integral de la Mujer y la Infancia, (Infante), en Bolivia varios centros de acogida dejaron de funcionar tal como sucedió en Cochabamba.
Pero en algunos municipios donde todavía las casas de acogida públicas no dan respuesta a la demanda de este tipo de casos las instituciones con ayuda del exterior trabajan en su recuperación.
Por ejemplo, en el municipio de La Paz cuenta con el refugio “Dignidad” que tiene capacidad para 35 personas.
En Santa Cruz, otro de los centros que todavía funciona y que se sostiene hace 27 años es La Casa de la Mujer que hace pocos meses tuvo que salir a las calles para hacer una recolección de dinero que les permita mantenerse.
El programa Levántate Mujer está presente en cinco municipios con Sayariy Warmi en Sucre y Oruro, Sartasim Warmi en El Alto, Epua Kuñatai en Santa Cruz y Sartasim Kullakita en La Paz.
El centro que pertenece a la congregación El Buen Pastor también da un techo a las mujeres que sufren violencia y funciona con recursos privados y donaciones de la población.
RECUPERACIÓN ES EFECTIVA
Con 22 años, Isabela, nombre que protege su identidad, llegó a una casa de acogida la madrugada de un domingo.
Tenía solamente su ropa puesta y a su bebé de dos años en brazos.
Escapó de su casa tras que su esposo la pegara en el cuerpo y el rostro.
La mujer que no aguantó más el martirio que vivía con su pareja decidió ingresar a una casa de acogida para encaminar su vida, dejar de recibir el maltrato de la persona que amó y buscar una nueva oportunidad de vida.
Aprendió durante seis meses a costurar y ha realizar sus propios diseños de ropa.
Al principio comercializaba sus productos solamente entre sus compañeras y conocidas, pero después decidió hacer una propia tienda para vender sus prendas de vestir.
Actualmente, la mujer cuenta con dos máquinas de coser para realizar su trabajo e incluso atiende pedidos de colegios.
Según Torrico, las mujeres pueden recuperarse del maltrato y tener éxito como en el caso de Isabela.
Manifestó que la mayoría de los casos resultan siendo exitosos porque las mujeres encuentran una opción de vida, se mantienen y tienen la posibilidad de darles mejores condiciones de vida a sus hijos.
Donaciones
Las Organizaciones No Gubernamentales que se dedican a trabajar por las mujeres funcionan con recursos propios y donaciones que la población realiza.