Botaderos siguen contaminando porque no se adecúan a la norma
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La gestión de residuos sólidos en el país, y especialmente en Cochabamba, es un tema que preocupa. En 1992 se promulgó la Ley de Medio Ambiente y su reglamento, con el objetivo de mejorar el tratamiento de la basura.
El reglamento especial de gestión de residuos sólidos establece cinco años para que todos los botaderos del país se adecúen y se conviertan en rellenos sanitarios.
Sin embargo, si hacemos una evaluación general de los botaderos del país, y especialmente de nuestro departamento, vemos que ninguno de los espacios municipales que reciben la basura se adecuó desde el año 1995.
Lo que se observa es que se incumple la normativa, especialmente a este punto específico de la ley. Se ve también que no hay autoridad por parte de la institución ambiental competente, que debería fiscalizar, en el caso departamental, la Gobernación de Cochabamba.
Además, se debe recordar que casi todos los botaderos tienen su efecto de contaminación en el medio ambiente.
Por ejemplo, si tomamos en cuenta el botadero de K´ara K´ara del municipio de Cochabamba, se solicitó una auditoría ambiental a causa de la contaminación que ocasiona, la misma que no se ha realizado, pese a que ya han transcurrido aproximadamente siete años.
Esta auditoría iba a determinar las responsabilidades de las autoridades y dar las recomendaciones para mejorar lo que es K´ara K´ara. Ahora ya no corresponde una auditoría, sino el cierre técnico, que debía concretarse hasta el año 2011.
Todas estas leyes han sido reemplazadas por la nueva norma de gestión de residuos sólidos, la misma que establece casi lo mismo que el reglamento general, y se otorgan plazos y parámetros de cómo se debería hacer la gestión de los residuos sólidos en el país.
Sin embargo, ninguno de los municipios está cumpliendo la nueva ley, que tiene prioridad en su aplicación. De todos los municipios en Cochabamba, por ejemplo, el único que ha ido avanzando, hasta casi convertir su botadero en un relleno sanitario, es Sacaba. Tiene una planta de tratamiento de residuos orgánicos, elabora compost, maneja una cierta selección de los diferentes componentes de los residuos, los cuales son derivados a terceros.
En Sacaba se cuenta también con un manejo de celdas, las cuales son tapadas con arcilla. Es el único municipio que está cerca de convertir su botadero en un relleno sanitario, pero tampoco ha cumplido todos los requisitos.
Para ser un relleno sanitario, se necesita un manejo especializado de la basura. Además, el lixiviado debe recibir un tratamiento para desactivar todos sus componentes químicos.
CONTAMINACIÓN
Si los municipios no se adecúan a la norma y no convierten sus botaderos en rellenos sanitarios, la contaminación seguirá.
Cuando no hay rellenos sanitarios, la contaminación llega al agua, al suelo y al aire, a causa de los lixiviados, que por infiltración van a parar a los cursos de agua, a las napas freáticas y eso contamina varios kilómetros a la redonda. A los pozos de los cuales se abastece la población.
En el caso de K´ara K´ara, se determinó que la contaminación llega a más de tres kilómetros, especialmente a los pozos profundos, con metales pesados. Una vez que se contaminan estos flujos de agua es imposible descontaminarlos.
En el tema del suelo, la contaminación se da por la dispersión de los residuos, plásticos que van a dar hasta los árboles.
El aire se contamina por la emisión de gases, como el metano, y otros que son producto de la descomposición de residuos tóxicos.
Los pobladores que viven cerca de los botadores están en contacto con estos gases y son afectados en su salud.