Se debe trabajar más para prevenir la violencia
25 de junio de 2017 (18:46 h.)
La Defensoría del Pueblo está preocupada por la violencia que se ejerce en contra de la niñez. El tema del infanticidio sale a la palestra nuevamente en función de la modificación de la pena máxima a 30 años.
Nosotros no estamos plenamente de acuerdo con que exista esta reconsideración de la protección a los niños con relación solo a la penalización.
La Defensoría del Pueblo advierte que es importante trabajar en todos los escenarios de prevención para evitar la violencia y maltrato contra los niños. Los mecanismos de protección deben activarse en el momento en que se pueda salvar la vida de un niño o niña, y no solo después de lo que ha pasado para encontrar al responsable de la agresión.
Las Defensorías de la Niñez intervienen solo cuando alguien viene a denunciar un caso de maltrato, o si algún médico al revisar a un niño advierte una lesión que puede ser consecuencia de maltrato.
Algunos funcionarios encuentran siempre pretextos para no hacer seguimiento de los casos. Hay que preguntarse cuánto trabajan las Defensorías para visitar los centros y hospitales pediátricos para recordar a los médicos que deben denunciar cuando ven algún tipo de lesión.
Ahí tiene que trabajar la Defensoría, debe estar alerta ante la más mínima lesión en los niños y niñas, para evitar los infanticidios.
Deberían hacer visitas periódicas a las unidades educativas, donde se podría coordinar con el psicólogo para indagar si algún niño sufre maltrato, en reuniones que pueden ser mensuales. En los colegios que no tienen psicólogos, la reunión puede ser con el director para trabajar en la detección de la violencia, bajo ciertos parámetros.
Cuando un maestro percibe que un niño sufre violencia debe denunciar el caso a la Defensoría.
La idea es salvar a los niños que sufren violencia antes de que derive en su muerte.
Estos temas no son adecuadamente abordados y por eso derivan en la muerte. Casi la totalidad de los infanticidios son causados por el entorno familiar y pocos por externos, yo diría 0.3 por ciento . Los agresores son la madre, el padre, el padrastro, la madrastra u otros familiares. Un último caso es el infanticidio en el trópico. Una adolescente de 17 años, que no sabemos qué formación habrá tenido en su vida, quitó la vida de su hija.
DENUNCIAR
Las personas deben denunciar cuando son testigos de violencia en contra de los niños, pero muchas no lo hacen.
Este es otro escenario en el que las Defensorías deberían hacer campañas para incentivar la denuncia por parte de la población, de los terceros. Porque en un hogar, alguno de los padres se convierte en casi cómplice del maltratador.
El tercero tiene que intervenir y debe hacerlo, pero muchas personas tienen miedo a meterse en problemas por denunciar la violencia contra los niños.
Las Defensorías deberían incentivar para que esos terceros denuncien y no permitan la violencia ni en su hogar ni en otros.
Nosotros no estamos plenamente de acuerdo con que exista esta reconsideración de la protección a los niños con relación solo a la penalización.
La Defensoría del Pueblo advierte que es importante trabajar en todos los escenarios de prevención para evitar la violencia y maltrato contra los niños. Los mecanismos de protección deben activarse en el momento en que se pueda salvar la vida de un niño o niña, y no solo después de lo que ha pasado para encontrar al responsable de la agresión.
Las Defensorías de la Niñez intervienen solo cuando alguien viene a denunciar un caso de maltrato, o si algún médico al revisar a un niño advierte una lesión que puede ser consecuencia de maltrato.
Algunos funcionarios encuentran siempre pretextos para no hacer seguimiento de los casos. Hay que preguntarse cuánto trabajan las Defensorías para visitar los centros y hospitales pediátricos para recordar a los médicos que deben denunciar cuando ven algún tipo de lesión.
Ahí tiene que trabajar la Defensoría, debe estar alerta ante la más mínima lesión en los niños y niñas, para evitar los infanticidios.
Deberían hacer visitas periódicas a las unidades educativas, donde se podría coordinar con el psicólogo para indagar si algún niño sufre maltrato, en reuniones que pueden ser mensuales. En los colegios que no tienen psicólogos, la reunión puede ser con el director para trabajar en la detección de la violencia, bajo ciertos parámetros.
Cuando un maestro percibe que un niño sufre violencia debe denunciar el caso a la Defensoría.
La idea es salvar a los niños que sufren violencia antes de que derive en su muerte.
Estos temas no son adecuadamente abordados y por eso derivan en la muerte. Casi la totalidad de los infanticidios son causados por el entorno familiar y pocos por externos, yo diría 0.3 por ciento . Los agresores son la madre, el padre, el padrastro, la madrastra u otros familiares. Un último caso es el infanticidio en el trópico. Una adolescente de 17 años, que no sabemos qué formación habrá tenido en su vida, quitó la vida de su hija.
DENUNCIAR
Las personas deben denunciar cuando son testigos de violencia en contra de los niños, pero muchas no lo hacen.
Este es otro escenario en el que las Defensorías deberían hacer campañas para incentivar la denuncia por parte de la población, de los terceros. Porque en un hogar, alguno de los padres se convierte en casi cómplice del maltratador.
El tercero tiene que intervenir y debe hacerlo, pero muchas personas tienen miedo a meterse en problemas por denunciar la violencia contra los niños.
Las Defensorías deberían incentivar para que esos terceros denuncien y no permitan la violencia ni en su hogar ni en otros.