EN EL PEDIÁTRICO MANUEL ASCENCIO VILLAROEL SE ATIENDE DIARIAMENTE UN PROMEDIO DE 400 CONSULTAS, ESTE NÚMERO ES INSUFICIENTE POR LA ELEVADA DEMANDA DE LOS PACIENTES QUE LLEGAN DE PROVINCIA Y DE OTRAS CIUDADES.
La Llajta no tiene hospital del niño y obra fallida sigue abandonada
Cochabamba es el único departamento del país que no tiene un hospital pediátrico de tercer nivel y no hay proyecto ni departamental ni nacional, para su construcción. Actualmente, el pediátrico funciona en instalaciones “prestadas” del maternológico Germán Urquidi.
El gobernador Iván Canelas reconoció el colapso del Hospital del Niño e informó que se presentó una propuesta ante el Gobierno central para la edificación de un edificio propio de tercer nivel, pero hasta la fecha no hay un proyecto concreto.
Hace 10 años se comenzó la construcción del pediátrico Manuel Ascencio Villarroel, pero fue paralizado en 2011 al haberse detectado fallas estructurales y de diseño. Hay un proceso penal de por medio para identificar las responsabilidades y mientras no exista un fallo judicial se desconoce el destino que tendrá la edificación, su demolición o refuncionalización para darle otro uso.
La realidad es que la capacidad del hospital ha colapsado. El número de camas (96) es insuficiente para la demanda de los pacientes. Tampoco abastece la cantidad de consultorios y un único quirófano debe ser usado 24 horas, generalmente para la atención de los casos de emergencia.
Son 36 pediatras que deben atender a más de medio millón de niños porque se trata del único centro de referencia en el ámbito departamental y nacional, donde los pacientes no solo llegan de las provincias, sino del interior del país. Diariamente, se atiende un promedio de 400 consultas y aún así muchos se quedan sin cupo para una atención. Lo que sucede es que en el sistema público hay un médico pediatra por cada 15 mil menores de 15 años. Se trata del 30 por ciento del total de la población.
A pesar de las limitaciones, el Manuel Ascencio Villarroel es el único pediátrico del país con 39 médicos subespecialistas. En el área clínica cuenta con neumólogos pediátricos, neurólogos infantiles, intensivistas, inmunoalergóloga, reumatólogos con experiencia en pediatría, infectólogos, oncólogos pediatras, cardiólogos, endocrinólogos, gastroenterólogos y nefrólogos pediatras. En la parte quirúrgica, hay cirujanos pediatras, traumatólogos, ortopedistas infantiles, neurocirujanos, cirujanos plásticos, maxilofacial y especialistas en quemología (para los casos de niños quemados).
La problemática fue visibilizada nuevamente y sacada a la agenda pública al conocerse que habían más de 450 niños en una lista de espera para ser operados. Habían casos de menores que aguardaban hace tres años por un espacio en el quirófano.
El director del hospital Uriel Ferrufino admitió que los procedimientos eran postergados constantemente. Si bien las operaciones postergadas no significan un riesgo para los pacientes, ellos pasaban “penurias” inútilmente porque aguardaban hasta ocho horas sin comer para ser intervenidos, pero terminaban siendo despachados a sus casas.
Entre los casos más recurrentes figuran hernia inguinal, labio leporino, dislactia, polidactia (más de cinco dedos) y criptorquidea (falta de descenso de testículos).
La solución paliativa llegó de varias fuentes. La dirección del hospital Univalle fue la primera en manifestarse con la oferta de 10 operaciones gratuitas. Los pacientes también se beneficiaron con la cobertura de los estudios de laboratorio e imagenología, el postoperatorio y la medicación necesaria hasta su alta.
La Alcaldía de Cochabamba, en el marco de sus competencias respaldadas en Ley 475 del Sistema Integral de Salud (del 30 de diciembre de 2013) y su reglamentación, que la faculta a la contratación de prestaciones de servicios, ofreció la operación de 150 niños.
Y, el Servicio Departamental de Salud (SEDES) gestionó el uso de los quirófanos del maternológico para operar a los niños.
Para Ferrufino, la solución real pasa por la construcción de un hospital de tercer nivel con, al menos, 200 camas de internación, tres quirófanos, consultorios, salas de espera, entre otras características.
Niños son referidos de Punata a la ciudad
En el hospital de Punata hay un traumálogo y los niños que necesitan la atención del especialista y operaciones por fracturas son referidos al hospital del niño Manuel Ascencio Villarroel de Cochabamba como “emergencias”.
En el pediátrico hay un solo quirófano y las cirugías programadas son aplazadas por años para atender las urgencias que se presentan constantemente.
Tercer nivel es tarea de la Gobernación
La construcción de los hospitales de tercer nivel y su equipamiento son de responsabilidad de los gobiernos autónomos departamentales. Es tarea del Ministerio de Salud la entrega de ítemes de médicos, licenciadas en enfermería y técnicos.
En el caso del pediátrico Manuel Ascencio Villarroel funciona económicamente con sus ingresos propios.