Todavía hay muchos prejuicios contra los reos
24 de diciembre de 2016 (21:51 h.)
Son varios los factores que influyen para que haya reincidencia. Uno de ellos es que no hay una adecuada reintegración a la sociedad de la persona que ha estado en un centro penitenciario.
Los ambientes carcelarios (en el país) no facilitan la rehabilitación. La persona que está encerrada se siente víctima de la sociedad y del sistema. No asume sus actos ni su culpabilidad.
Hay un dicho popular que señala que una persona que ingresa a la cárcel por un delito sale con más conocimientos, como si la prisión fuera la escuela de los delincuentes. Todo eso tendría que cambiar.
Otros factores que influyen en la reincidencia son los personales, que implican la conducta de la persona, su formación, sus características psicológicas o si tiene indicadores psicopatológicos.
También se debe tomar en cuenta las características sociales de la persona. Es decir, cómo se va a reintegrar a la sociedad. Si la sociedad aceptará a una persona que ha estado en la cárcel o, al contrario, la rechazará.
Si la persona no tiene oportunidades para reinsertarse en la sociedad es probable que reincida en el delito.
Hay personas que salen de la cárcel, buscan trabajo, pero debido a sus antecedentes no hay empresas que se animen a contratarlas. La persona está marcada, estigmatizada. Por este motivo, se debe hacer un trabajo profundo para cambiar la mentalidad de la sociedad. Todavía están latentes los prejuicios contra las personas que han estado en la cárcel.
Asimismo, se debe trabajar con la persona que está en la cárcel con terapias psicológicas, para fortalecerla.
Se debe, asimismo, trabajar con la familia. Cuando se trata de adolescentes que han estado encerrados, se los reinserta, por lo general, en un ambiente (su hogar) donde no hay muchos valores, reglas establecidas ni control. Los adolescentes tienen tendencia a reincidir en una conducta negativa porque no tienen otra opción de vida dentro de su entorno.
Se debe tomar también en cuenta que hay familias en las que la delincuencia se ha vuelto una forma de vida para conseguir el sustento, mediante estas actividades. Todo está relacionado con la escala de valores de la familia.
Si algunas mujeres reinciden en la comisión de delitos, especialmente relacionados con la Ley 1008, es por la falta de habilidades para encontrar soluciones que no estén ligadas a actividades delictivas. Si hubiese capacitación para estas personas en otras actividades que les diera mejores condiciones de vida, sin arriesgar a sus hijos, seguramente optarían por eso.
Asimismo, está el aspecto psicológico, la baja autoestima de la mujer cuando piensa que no puede sobresalir por sus propios medios.
En los penales hay capacitación en diferentes áreas técnicas porque la rehabilitación está ligada a la terapia del trabajo, que en algún momento de sus vidas puede proporcionarles algún sustento.
Todos estos aspectos se deben trabajar con profesionales. Si se da una capacitación integral, considero que se puede disminuir la reincidencia.
Los ambientes carcelarios (en el país) no facilitan la rehabilitación. La persona que está encerrada se siente víctima de la sociedad y del sistema. No asume sus actos ni su culpabilidad.
Hay un dicho popular que señala que una persona que ingresa a la cárcel por un delito sale con más conocimientos, como si la prisión fuera la escuela de los delincuentes. Todo eso tendría que cambiar.
Otros factores que influyen en la reincidencia son los personales, que implican la conducta de la persona, su formación, sus características psicológicas o si tiene indicadores psicopatológicos.
También se debe tomar en cuenta las características sociales de la persona. Es decir, cómo se va a reintegrar a la sociedad. Si la sociedad aceptará a una persona que ha estado en la cárcel o, al contrario, la rechazará.
Si la persona no tiene oportunidades para reinsertarse en la sociedad es probable que reincida en el delito.
Hay personas que salen de la cárcel, buscan trabajo, pero debido a sus antecedentes no hay empresas que se animen a contratarlas. La persona está marcada, estigmatizada. Por este motivo, se debe hacer un trabajo profundo para cambiar la mentalidad de la sociedad. Todavía están latentes los prejuicios contra las personas que han estado en la cárcel.
Asimismo, se debe trabajar con la persona que está en la cárcel con terapias psicológicas, para fortalecerla.
Se debe, asimismo, trabajar con la familia. Cuando se trata de adolescentes que han estado encerrados, se los reinserta, por lo general, en un ambiente (su hogar) donde no hay muchos valores, reglas establecidas ni control. Los adolescentes tienen tendencia a reincidir en una conducta negativa porque no tienen otra opción de vida dentro de su entorno.
Se debe tomar también en cuenta que hay familias en las que la delincuencia se ha vuelto una forma de vida para conseguir el sustento, mediante estas actividades. Todo está relacionado con la escala de valores de la familia.
Si algunas mujeres reinciden en la comisión de delitos, especialmente relacionados con la Ley 1008, es por la falta de habilidades para encontrar soluciones que no estén ligadas a actividades delictivas. Si hubiese capacitación para estas personas en otras actividades que les diera mejores condiciones de vida, sin arriesgar a sus hijos, seguramente optarían por eso.
Asimismo, está el aspecto psicológico, la baja autoestima de la mujer cuando piensa que no puede sobresalir por sus propios medios.
En los penales hay capacitación en diferentes áreas técnicas porque la rehabilitación está ligada a la terapia del trabajo, que en algún momento de sus vidas puede proporcionarles algún sustento.
Todos estos aspectos se deben trabajar con profesionales. Si se da una capacitación integral, considero que se puede disminuir la reincidencia.