LAS PERSONAS QUE VIVEN EN LOS BARRIOS MÁS ALEJADOS, HACIA EL NORTE Y SUR DE LA CIUDAD, AFIRMAN QUE LOS POLICÍAS LLEGAN ESPORÁDICAMENTE. ATRACOS, ROBOS EN VIVIENDAS Y VIOLACIONES EN LAS CALLES POCO ILUMINADAS SON DELITOS QUE SE COMETE
Vecinos de serranías extreman estrategias de seguridad ante el abandono de la Policía
Laura Gutiérrez sufrió un atraco cuando se dirigía a cumplir un turno nocturno en una clínica de la ciudad, el viernes 4 de noviembre a las nueve de la noche. Cinco minutos antes se había despedido de sus padres y descendía a pie por una de las calles empinadas de la OTB Alto Queru Queru. A esa hora, el transporte público ya no presta sus servicios.
Según el testimonio de la enfermera de 27 años, a la altura del puente Cantarrana, tres personas la rodearon, le arrebataron su cartera y corrieron hasta perderse en la torrentera. Lo único que pudo observar de los delincuentes, a causa de la oscuridad, fue un cuchillo que uno de los atracadores blandía.
Regresó a su casa y contó lo sucedido a sus padres. Los familiares de la enfermera salieron inmediatamente a la calle, y con silbatos convocaron a los vecinos más cercanos. No encontraron a nadie.
Ese día, a causa de los nervios, Laura tuvo que pedir permiso en su trabajo. Una de sus amigas accedió a tomar su turno.
SILBATOS
Una de las estrategias que utilizan los vecinos para protegerse, ante la ausencia policial, es el uso de los silbatos.Los vecinos de los barrios ubicados en el Distrito 2 compraron silbatos para alertar sobre personas sospechosas o vehículos que se estacionan durante mucho tiempo en el lugar.
Cuando un vecino observa a un sospechoso suena el silbato, acción que es replicada por los demás.
En varias oportunidades, los vecinos lograron ahuyentar a los sospechosos y, en algunos casos, sacarlos del lugar. Ellos están conscientes de que no es la mejor manera de proceder, pero no encuentran otra forma de actuar ante la ausencia del Estado.
Al margen de la ausencia de la Policía en varios barrios de la zona norte, el dirigente vecinal Rolando Morales afirma que siguen esperando la promesa de la Alcaldía de implementar el Plan Ojo Vivo, para cuyo fin les piden parte de su presupuesto anual, desde hace varias gestiones.
En cuanto a las alarmas vecinales, que según la Alcaldía de Cercado suman 10 en el Distrito 2, Morales y al menos 10 vecinos de la zona afirman que no vieron ninguna.
ADVERTENCIA
Muñecos colgados en los postes de energía eléctrica y mensajes de advertencia a los delincuentes en las paredes abundan en Villa Israel y Alto Florida, dos OTB que se encuentran en el extremo sur de la ciudad, a 30 minutos de distancia en vehículo.“Ladrón que sea pillado será quemado” es el mensaje que se puede leer en varias paredes y en los muñecos colgados en los postes.
La presencia de tres o cuatro perros en los patios de las viviendas es una norma. Los guardianes tienen la tarea de ahuyentar a los delincuentes. La mayoría de las casas no tiene muro perimetral, lo que las hace vulnerables a los robos.
Los delincuentes, según el vecino Amadeo Choque, ingresan con facilidad a las viviendas, si es que logran burlar la vigilancia de los perros, y se llevan garrafas, televisores y otros enseres que puedan cargar.
Para reducir los robos y atracos, los vecinos se han organizado en brigadas vecinales, para vigilar a las personas extrañas que “merodean” por la zona.
La mayor parte de los vecinos que está afincado en Alto Florida llegó desde Potosí, Oruro y La Paz. Otros son de provincias del Valle Alto y Cono Sur de Cochabamba.
Los vecinos Jaime Cruz, de Villa Israel, y Vicente Colque, de Alto Florida, confirman que la Policía llega raras veces con patrullajes por las calles zigzagueantes de estas OTB.
En Villa Israel está ubicado el módulo 51, que tiene tres policías por turno y deben patrullar en motocicletas una extensión bastante grande de territorio.
Cruz cree que si bien esta presencia policial contribuye a la seguridad ciudadana, “no es suficiente”.
Su explicación apunta a que en esta zona hay una gran proliferación de pandillas y delincuentes que acechan las viviendas.
Cuando los vecinos de Villa Israel tienen alguna emergencia y llegan hasta el módulo policial para pedir asistencia, por lo general no encuentran a los agentes, debido a que están patrullando o atendiendo algún caso de violencia intrafamiliar.
La persona que requiere el auxilio de la Policía debe esperar o irse sin recibir asistencia de los agentes.
La situación de inseguridad es más preocupante para los vecinos de Alto Florida, barrio ubicado en una serranía con calles sinuosas y llenas de piedra.
Las viviendas en esta zona están desperdigadas en al menos tres lomas que hay, alejadas unas de otras, con muy pocos puntos de iluminación y sin servicios básicos. Los vehículos de transporte no llegan hasta las últimas viviendas.
Colque señala que la Policía no llega hasta la parte más alta de la serranía debido a que sus motocicletas patinan en los caminos pedregosos, más aún cuando llueve.
Los vecinos que habitan en la parte media y alta de la serranía deben andar entre 10 y 12 cuadras. Algunos optan por seguir el camino, pero otros prefieren trepar por medio del cerro.
El vecino asegura que ni los vehículos de transporte público ni la Policía llegan hasta sus viviendas porque el camino está en malas condiciones.
Cuando los delincuentes cometen atracos, robos o violaciones huyen con facilidad por los cerros o se esconden en las torrenteras que abundan en la zona.
SIN TRANSPORTE
La inseguridad ciudadana se ha extendido a toda la ciudad, especialmente a los barrios que se encuentran en las serranías de las zonas norte y sur.Vecinos de algunas OTB coinciden en que la Policía llega muy esporádicamente con patrullajes, lo que incide en el incremento de la delincuencia.
A la ausencia de la Policía, se suma, según los vecinos, la falta de servicios básicos como el alumbrado y el transporte público, deficiencias que exacerban la inseguridad ciudadana.
Fortunato Araníbar, de 65 años, vecino de la OTB Alto Queru Queru, afirma que en su barrio hay poca presencia policial y “solo vienen de vez en cuando, si alguien llama por alguna emergencia” .
Observa, asimismo, que no exista un módulo policial en esta OTB. “El más cercano, instalado a varias cuadras de este lugar, tampoco tiene policías en forma permanente”.
El vecino apunta que si bien hay varias líneas de transporte público que llegan a la zona, su servicio es solo hasta las nueve de la noche. Después de esa hora, las personas que regresan a sus hogares deben subir a pie el cerro.
Los trufis y micros tampoco llegan hasta los barrios que se encuentran en la parte más alta de las serranías. El argumento de los choferes es que las calles están en malas condiciones, con tierra y piedra, lo que podría dañar sus instrumentos de trabajo.
Araníbar observa que hay mayor peligro en el puente Cantarrana, debajo del cual se ocultan los delincuentes y atacan a los que transitan por el lugar, cuando regresan de la universidad o del estadio.
Viviana Rivero, vecina de la misma OTB, coincide con Araníbar y añade que debajo de este puente duermen personas que asaltan a los transeúntes.
En este sector hay lotes baldíos, matorrales, escombros y basura en las torrenteras que sirven de guarida a los malhechores.
En cuanto a los patrullajes, Rivero ratifica que “muy rara vez se ve a los policías por la OTB”.
En un recorrido que hizo OPINIÓN por barrios de la zona norte, el jueves 24 de noviembre, pudo evidenciar que no había patrullajes de la Policía en vehículos o motocicletas.
Los barrios de la zona norte que no cuentan con resguardo policial, según los vecinos, son Maca, Prefectural, Huanuni y Pajcha Norte, entre algunos.
La vecina advierte que la falta de alumbrado y transporte público son dos detonantes que incrementan la inseguridad ciudadana.
CHICHERÍAS
En el Distrito 2 (norte de la ciudad), la proliferación de las chicherías provoca inseguridad ciudadana y el incremento de atracos, asaltos y violaciones, advierten algunos vecinos y directivos de la zona.El dirigente vecinal del Distrito 2 Rolando Morales puntualiza que en esta jurisdicción hay por lo menos 80 chicherías, que funcionan durante toda la jornada, y ninguna de ellas cuenta con autorización.
Este Distrito tiene unas 50 OTB, con una población que bordea las 100 mil personas. Pertenece a la Comuna Tunari.
La existencia de chicherías incrementa el riesgo para los vecinos que viven en este sector. Los delincuentes se reúnen en estos locales para planificar atracos, asegura David Chambi.
Morales ratifica que en la zona norte, Distrito 2, por encima de la Circunvalación, los asaltos, atracos y violaciones se suscitan con frecuencia, pero no se dan a conocer a la opinión pública porque la gente prefiere mantener reserva.
UNO PARA 13 MIL
Tres policías por turno deben resguardar a una población que sobrepasa las 40 mil personas en un territorio que abarca planicies, serranías y quebradas.El presidente de Villa Israel, Fortunato Sipe, asegura que los tres policías asignados al módulo 51 son insuficientes. Los vecinos demandan que se incremente el número de agentes y se les equipe con un vehículo patrullero.
Los policías deben patrullar por la mancomunidad 31 Villa Israel, Pucara, Sivingani y Ecobol.
Cuando los policías patrullan en su motocicleta y detienen a un grupo de pandilleros, solo logran retener a uno. El dirigente vecinal señala que si los policías tendrían un vehículo patrullero podrían subir hasta la parte más alta del cerro y detener a más de una persona a la vez.
Sipe señala que en la zona abundan los delincuentes especialistas en robar en domicilios (monrreros) y atracadores que aprovechan la falta de alumbrado público para cometer fechorías.
Asimismo, advierte que las alarmas vecinales que se han instalado en los diferentes barrios no son tan funcionales porque no están enlazadas con la base policial.
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Módulo policial
La OTB Villa Israel, ubicada en el extremo sur de la ciudad, tiene en su jurisdicción un módulo policial que debe atender además a la mancomunidad Pucara, Sivingani y Ecobol, entre otros.
En estas juntas vecinales, que pertenecen al Distrito 9, hay por lo menos 40 mil personas.