La inseguridad ciudadana afecta a todo el municipio
04 de diciembre de 2016 (19:08 h.)
La inseguridad ciudadana no afecta solamente a los pobladores de la zona sur de la ciudad, sino también a quienes viven en la parte central y en los sectores este, oeste y norte de Cercado, en los cuatro puntos cardinales de este municipio.
Los sectores deprimidos y los que tienen mejores ingresos económicos sufren por igual a causa de la inseguridad ciudadana. Lo que sucede es que, cuando se comete algún delito en algún barrio periférico de la zona sur, los vecinos acuden a los medios de comunicación para amplificar su queja, lo que no acontece si ocurre lo mismo en el otro extremo de la ciudad, especialmente en la zona norte porque sus habitantes prefieren evitar los comentarios y hacer pública la noticia.
En todo caso, brindar seguridad ciudadana a la población es competencia del Gobierno nacional, departamental y municipal. Por este motivo, se promulgó la Ley 264 de Seguridad Ciudadana, el 31 de julio de 2012. Considero que esta norma es altamente positiva, porque, por ejemplo, convoca a la conformación de los consejos de seguridad ciudadana, en diferentes niveles.
Esta ley autoriza también que se transfiera parte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) al Consejo de Seguridad Ciudadana del departamento.
Del presupuesto total que se asigna a Cochabamba por el IDH, el 10 por ciento (menos el 30 por ciento de este monto que es para la Renta Dignidad) se transfiere al Consejo de Seguridad Ciudadana, en este caso departamental.
Sin embargo, desde que se promulgó la Ley 264, los Consejos de Seguridad Ciudadana se han reunido en muy pocas oportunidades para diseñar los planes de acción.
Pero, al margen de la Ley 264 de Seguridad Ciudadana, lo que se debe hacer es diseñar una política, ya no desde el ámbito nacional, departamental o municipal, sino desde los barrios a través de su control social, de la Organización Territorial de Base o desde los clubes de madres.
Los planes de seguridad que se gesten en los barrios u organizaciones sociales deben ser elevados a la Asamblea Legislativa y de esta instancia remitidos a las alcaldías. Las autoridades deben ejecutar estos planes.
Considero que el control social debe tener un rol importante en lo que se refiere a la seguridad ciudadana, un manejo más directo y que, con su voto, tome decisiones.
LAS CAUSAS
Algunos estudios señalan que el ingreso económico de una persona es fundamental para mantener su estabilidad. Si la gente no tiene un trabajo estable e ingresos, empieza a delinquir y pierde todos sus horizontes de respeto por los demás y ataca.
Asimismo, en los operativos que realiza la Policía se encuentra a adolescentes en posesión de droga o pornografía en sus celulares.
Lo que se debería hacer, como parte de la seguridad ciudadana, es informar a los estudiantes sobre los riesgos de estas actividades, pero para eso se necesita un plan, una estrategia, una guía que nos permita a todas las instancias trabajar en un mismo sentido.
Fundamentalmente, se debe reflexionar a los padres para que puedan recuperar el tiempo positivo que se dedicaba a los hijos. Hoy todos trabajamos durante todo el día, pero tenemos que priorizar nuestro tiempo de calidad para estar con los hijos.
Los sectores deprimidos y los que tienen mejores ingresos económicos sufren por igual a causa de la inseguridad ciudadana. Lo que sucede es que, cuando se comete algún delito en algún barrio periférico de la zona sur, los vecinos acuden a los medios de comunicación para amplificar su queja, lo que no acontece si ocurre lo mismo en el otro extremo de la ciudad, especialmente en la zona norte porque sus habitantes prefieren evitar los comentarios y hacer pública la noticia.
En todo caso, brindar seguridad ciudadana a la población es competencia del Gobierno nacional, departamental y municipal. Por este motivo, se promulgó la Ley 264 de Seguridad Ciudadana, el 31 de julio de 2012. Considero que esta norma es altamente positiva, porque, por ejemplo, convoca a la conformación de los consejos de seguridad ciudadana, en diferentes niveles.
Esta ley autoriza también que se transfiera parte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) al Consejo de Seguridad Ciudadana del departamento.
Del presupuesto total que se asigna a Cochabamba por el IDH, el 10 por ciento (menos el 30 por ciento de este monto que es para la Renta Dignidad) se transfiere al Consejo de Seguridad Ciudadana, en este caso departamental.
Sin embargo, desde que se promulgó la Ley 264, los Consejos de Seguridad Ciudadana se han reunido en muy pocas oportunidades para diseñar los planes de acción.
Pero, al margen de la Ley 264 de Seguridad Ciudadana, lo que se debe hacer es diseñar una política, ya no desde el ámbito nacional, departamental o municipal, sino desde los barrios a través de su control social, de la Organización Territorial de Base o desde los clubes de madres.
Los planes de seguridad que se gesten en los barrios u organizaciones sociales deben ser elevados a la Asamblea Legislativa y de esta instancia remitidos a las alcaldías. Las autoridades deben ejecutar estos planes.
Considero que el control social debe tener un rol importante en lo que se refiere a la seguridad ciudadana, un manejo más directo y que, con su voto, tome decisiones.
LAS CAUSAS
Algunos estudios señalan que el ingreso económico de una persona es fundamental para mantener su estabilidad. Si la gente no tiene un trabajo estable e ingresos, empieza a delinquir y pierde todos sus horizontes de respeto por los demás y ataca.
Asimismo, en los operativos que realiza la Policía se encuentra a adolescentes en posesión de droga o pornografía en sus celulares.
Lo que se debería hacer, como parte de la seguridad ciudadana, es informar a los estudiantes sobre los riesgos de estas actividades, pero para eso se necesita un plan, una estrategia, una guía que nos permita a todas las instancias trabajar en un mismo sentido.
Fundamentalmente, se debe reflexionar a los padres para que puedan recuperar el tiempo positivo que se dedicaba a los hijos. Hoy todos trabajamos durante todo el día, pero tenemos que priorizar nuestro tiempo de calidad para estar con los hijos.