INTEGRANTES DE LOS GRUPOS TEDDY BOYS Y CÁRTEL CENTRAL ESTÁN DETENIDOS EN EL CENTRO DE INFRACTORES Y EN EL ABRA, SINDICADOS DE OBLIGAR A BEBER GASOLINA Y QUEMAR VIVO A UN ESTUDIANTE CON LA COMPLICIDAD DE SU EXNOVIA.
El asesinato de Javier Canchi estaba cantado; iban a ahorcarlo
Han pasado 14 días desde que los corazones de miles de mujeres y de hombres se quebrantaron al escuchar una grabación de los alaridos y el llanto desgarrador de Javier Canchi Choque, el adolescente de 17 años que fue atado, obligado a beber gasolina y quemado por tres pandilleros, presuntamente a pedido de una quinceañera que había sido su novia en el pasado. La conmoción social no ha cesado.
La noche del 29 de octubre de 2016, una humilde familia empezó a transitar un calvario y la ciudadanía supo hasta dónde son capaces de llegar las pandillas en la escala de delitos y de crueldad. Javier Canchi Choque estudiaba del cuarto curso de secundaria en el colegio Antonio Díez. Su compañero Henry Mamani dice que Javier era divertido, ocurrente y muy buen amigo. Ensayaba una obra de teatro en la que debía representar a un personaje que muere en el acto final.
Como una coincidencia fatal, o casi una premonición -dicen sus amigos-, cinco días antes de ser asesinado Javier cambió su foto de perfil en Facebook y colocó la imagen de una lápida oscura con unas flores alrededor y un texto que decía: “Cuando yo me vaya en tu recuerdo llévame junto a ti. Cuando yo me aleje en tu recuerdo, llévame para siempre”.
Varios de sus contactos comentaron el cambio de su foto, pero Javier le dedicó esas palabras a Marleni Tola Panta, una adolescente con la que aparentemente estaba saliendo. Marleni se las agradeció y ambos se enviaron emoticones con corazones. Javier había enamorado durante un año con Delia, la prima de Marleni, pero la relación no prosperó y terminaron seis meses antes de que él se acercara a Marleni.
Delia comentó la fotografía de la lápida de Javier con la siguiente frase: “ Wauuu que linda pareja hacen Marleni y Javier. Les felicito”. Empero, luego se ríe y su prima, molesta, le pregunta el motivo de la risa. Aunque Marleni ha restringido el acceso a publicaciones anteriores en su muro, el 26 de octubre Delia comentó otros piropos de Javier a su prima y le escribió que no quería que Javier la engañara.
Estos detalles que parecen “cosas de adolescentes” podrían ser, según la Policía, el móvil de una horrenda venganza planificada por Delia, para “castigar” a Javier por salir con su prima y rechazarla a ella. Según uno de los hermanos de Javier, cuya identidad se guarda en reserva por seguridad, Delia había proferido amenazas antes, pero nadie tomó en serio lo que consideraban una rabieta de quinceañera. Ella le habría dicho a un miembro de la familia Canchi: “Tu primo ya me está emp….voy a hacer que mis amigos lo maten”.
El sábado 29 de octubre en la mañana, Delia y Javier se encontraron en una canchita de Sivingani y conversaron. Ella declaró que su exenamorado solo le pidió que borrara algunos audios. Nadie sabe lo que realmente hablaron, pero, luego de ese encuentro, Guery V.R., de 16 años, el supuesto nuevo novio de Delia, le pidió a René, también de 16 años, que lo ayudara “a golpear a un chico” en la noche, según la confesión de René ante policías, fiscales, abogados y funcionarios de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia. “No me ha dicho a quién teníamos que pegar. Solo me dijo que su chica Delia le había pedido eso. Quedamos en vernos a las 7 de la noche en el puente de Olmedo, en la segunda entrada de Sivingani. Ahí nos encontramos también con Gustavo, al que le dicen El Choco, y con Delia. Ella nos ha llevado al cerro a los tres y de ahí le ha empezado a llamar a Javier diciéndole que vaya a hablar. Primero le dijo que estaba en la canchita, luego más arriba, hasta el cerro le hizo subir”.
El lugar donde Delia citó a Javier es un descampado donde solo hay piedras y algunos arbustos. Las casas más cercanas están a cinco cuadras. Cuando Javier llegó, más o menos a las 21:00, los tres integrantes de las pandillas Teddy Boys y Cártel Central, Guery, René y Gustavo, estaban escondidos detrás de unas rocas.
Delia habló con Javier por largo tiempo. “Ella nos llamó. El Gustavo y el Guery han corrido a agarrarlo a Javier y entonces yo lo reconocí y él me reconoció. Era Javier Canchi. El era mi compañero en el colegio. Me miró y me dijo: ‘René, no me hagas esto’. Ellos le amarraron sus manos con unas pitas”.
El asesinato de Javier estaba “cantado”, pero no de la forma en la que ocurrió. Según René, Gustavo pretendía ahorcarlo. Pero, el plan cambió cuando, en la mochila de Javier, El Choco halló una botella con gasolina que su padre le había enviado a comprar media hora antes.
“Gustavo le hizo tomar a la fuerza la gasolina y se la echó a su ropa. Después el Guery V. le prendido fuego al Javier y él me ha dicho: ‘No me hagas esto, René’. Yo he corrido por mi lado y también han corrido Delia, Gustavo y Guery. Lo hemos dejado al Javier quemándose”. Según René, no ayudó a Javier porque El Choco lo había amenazado con golpearlo. Cuando la Policía lo arrestó el lunes, René negó que estuviera implicado en el caso y lo liberaron. Por la noche, “Guery me llamó y me dijo: ‘¿Ahora qué vamos a hacer? Te han chapado (descubierto) a vos, ahora tú cag….!”. Y le colgó.
El crimen habría quedado impune si la noche del horror un vecino de Sivingani no hubiera salido de su casa a pijchar (masticar) coca. “Era medianoche y salí a pijchar. Desde el cerro venían unos gritos desesperados. Toqué puertas de otros vecinos y corrí a ver qué pasaba. Encontré al chico ya quemado, llorando de dolor. Saqué mi celular y le pregunté quién le había hecho eso, mientras le grababa”, relató el testigo.
Javier pedía a gritos que le echen agua al cuerpo. Mientras unos vecinos bajaban por unos baldes, el estudiante reveló entre sollozos que los culpables eran “René, Delia y sus chicos. Todo ha sido por culpa de la Delia”. De pies a cabeza, el delgado cuerpo del adolescente estaba ennegrecido por las quemaduras de tercer grado. Su piel se había descascarado, como si fuera de papel, y sus tejidos se habían endurecido al punto de que sus brazos y piernas quedaron agarrotados y no podía estirarlos. El dolor que padeció fue tan terrible, que Javier le suplicó al vecino que lo mate para no sufrir más. Sin embargo, su agonía se alargó hasta el domingo en la tarde, cuando falleció por una falla multiorgánica. Su padre y su hermano alcanzaron a hablar con Javier en el hospital Viedma. Sus entumecidos labios repitieron que René, Delia “y sus chicos” eran los culpables, hasta que el aliento de vida abandonó su cuerpo. Horas después, miles de bolivianos se conmovían con la noticia de la tortura y el asesinato del estudiante.
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Adolescentes le tendieron una emboscada a Javier Canchi el 29 de octubre de 2016. Su exnovia Delia T.G. (15), su excompañero de curso, René M.H. (16), el novio de Delia, Guery V.R. (16) y Gustavo C.V. (18). También se investiga a otra adolescente que cooperó con Delia.