LA PROSTITUCIÓN MASCULINA TODAVÍA ES CONSIDERADA UN MITO. ESPECIALISTAS OPINAN QUE SE HA ESTIGMATIZADO ACUDIR AL CDVIR.
Solo 10 trabajadores sexuales se hicieron controles sanitarios
De un número aún no cuantificado de trabajadores sexuales que hay en Cochabamba, hasta la fecha, solo 10 llegaron a revisiones médicas en el Centro de Vigilancia, Información y Referencia (CDVIR), dependiente del programa Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) VIH-SIDA del Servicio Departamental de Salud (SEDES), afirma el responsable de monitoreo de esta entidad, Ariel Villca Córdova. Este dato contrasta con las 3.000 mujeres que acuden a sus controles regulares semanalmente, de las 9.000 que hay en Cochabamba ejerciendo este oficio.
¨Aquí -asegura Villca- brindamos apoyo y realizamos una evaluación a los trabajadores sexuales y a personas vulnerables como gays, lesbianas, trans y bisexuales; pero ellos no han venido como se esperaba¨.
Los 10 tienen el carnet sanitario que les sirve para trabajar ejerciendo la prostitución masculina; sin embargo, los registros en las entidades de sanidad en la Llajta son escasos.
¿Por qué se da esta situación? Para Villca, puede ser que la institución donde se realizan estos análisis esté estigmatizada porque piensan que todos los que acuden al CDVIR tienen sida. No vienen pese a que aquí se les extiende un carnet que les puede servir para trabajar. Esta situación preocupa porque puede haber gente teniendo relaciones sexuales sin control, advierte y reconoce que tienen que salir a buscar a estos grupos vulnerables en lugares donde están ejerciendo esta actividad.
De acuerdo a la Ley 3729, una persona diagnosticada con VIH no puede ejercer prostitución, aclara Villca.
Pese a lo preocupante de esta situación, los datos estadísticos muestran que el VIH SIDA no tiene tanta incidencia en los poblaciones vulnerables como gays, lesbianas, trans y trabajadores sexuales, sino más bien en poblaciones heterosexuales (ver cuadro).
Para el responsable departamental de ITS VIH SIDA del SEDES, Cristián Gómez Dávila, quien admite que les falta personal para ver el tema de la prostitución masculina, la poca asistencia de estos trabajadores a controles se debe a que ¨recién están recolectando información y en un futuro muy cercano se hará la supervisión para ver lo que está pasando¨. Sin embargo, le preocupa que haya muchos trabajadores sexuales que realizan su actividad sin preservativo.
Freddy Zambrana, que también trabaja en el programa VIH del SEDES, opina que la prostitución masculina es todavía un mito y por ello no asisten a controles, además en sus lugares de trabajo no les exigen, como a las mujeres, carnets de control sanitario. Considera que en Bolivia se maneja doble discurso al permitir, en algunos casos, y prohibir en otros el trabajo de prostitución masculina.
El director de Vivo en Positivo, ONG que trabaja en prevención de VIH, Gualberto Gonzales, cree que se controla más el trabajo de trabajadoras sexuales y no de los varones que se dedican a esa actividad. La prostitución masculina todavía no está visibilizada, es más clandestina y tienen sus mecanismos para esconderse bien.
Gonzales aclara, como Villca, que la prevalencia del VIH en personas que se dedican a la prostitución femenina es del 0,2 por ciento , datos que refuerzan a los que maneja el CDVIR SEDES. De la prostitución en los hombres los datos son inexistentes hasta la fecha.
Todos los especialistas consultados por OPINIÓN coinciden en que se necesitan mayores controles, ampliar el uso de condón, educación en los colegios y salir a buscar a las poblaciones vulnerables.