EL ESTADO ISLÁMICO DOMINA AMPLIAS ZONAS DE IRAK Y SIRIA, TIENE INFLUENCIA EN ORIENTE MEDIO Y EL SUDESTE ASIÁTICO
El yihadismo se extiende por el mundo bajo la batuta del EI
El yihadismo, con el Estado Islámico (EI) al frente, está ampliando su radio de acción, especialmente en África, donde la situación se ha deteriorado a pasos agigantados en los últimos meses, sin olvidar otras zonas del mundo, como Oriente Medio, el Sudeste asiático e, incluso, Europa.
El "califato" que el EI proclamó hace ocho meses en amplias zonas de Siria e Irak ha alentado desde entonces a numerosos grupos terroristas a someterse al poder de Abu Bakr al-Baghdadi, venerado como el nuevo líder del yihadismo globalizado.
En África, los integristas de Boko Haram, que ya aterrorizaban a la población nigeriana, han traspasado las fronteras para lanzar una ofensiva que afecta a varios países del continente, mientras las milicias afines al EI en Túnez y, sobre todo, en Libia cobran cada día más fuerza en medio de la inestabilidad política que asuela el Magreb y amenaza a Egipto.
En Oriente Medio, el EI sigue masacrando a la población de Siria e Irak ante la mirada algo distante de la comunidad internacional, que bombardea objetivos yihadistas mientras cruza los dedos para que el bisoño Ejército iraquí y los curtidos "peshmergas" kurdos, con su anticuado armamento, los mantengan lejos del mundo occidental.
Pero ni Europa se escapa de su avance, como han mostrado los últimos atentados perpetrados por "lobos solitarios" en París o Copenhague, tal y como el EI había pedido a sus seguidores en uno de sus últimos videos.
En el Sudeste asiático, el grupo terrorista Yemaa Islamiya, presente en Filipinas, Indonesia, Malasia y Singapur y hasta ahora considerado el brazo de Al Qaeda en la zona, ya rinde pleitesía a al-Baghdadi.
Su líder espiritual, el clérigo Abu Bakar Bashir, anunció recientemente la alianza con el EI desde la prisión en la que cumple condena por recabar fondos para un campo de entrenamiento de yihadistas, según el diario "The Jakarta Globe”.
Está claro que los éxitos militares del EI, el primer grupo terrorista que controla el territorio de varios países y crea un "califato", han impulsado su liderazgo en muchos rincones del planeta, aunque es en África donde el avance yihadista parece más preocupante en las últimas semanas.
La guerra de Boko Haram y su temerario líder Abubakar Sekau ha dado un paso adelante al traspasar las fronteras de Nigeria y atacar poblaciones de Camerún, Níger y Chad, en una estrategia cuando menos desafiante y que nadie sabe adónde puede llevar.
De momento esos cuatro países, además de Benín, se han unido para constituir, con la ayuda de la Unión Africana, la ONU y Francia, una fuerza militar conjunta de 8.700 efectivos con la que hacer frente a los terroristas, cuya crueldad ha quedado de manifiesto en sus últimos ataques, en los que han degollado a civiles, incendiado mezquitas y han hecho desaparecer poblaciones enteras.
Pero los yihadistas no limitan su avance al centro de África, sino que también aterrorizan a los habitantes del norte del continente, en especial en Libia, donde el asentamiento del EI puede precipitar los acontecimientos de un país sumido en el caos político y que puede arrastrar consigo a toda la zona.
La decapitación de 21 cristianos coptos en Trípoli el pasado domingo fue una declaración de guerra a Egipto, que en respuesta bombardeó varias posiciones de las milicias islamistas en Libia, pero también al mundo, por parte de un EI que quiere dejar patente su presencia en la puerta sur de Europa.
Sus himnos propagandísticos
Si la yihad o guerra santa a la que llama el grupo radical Estado Islámico tuviera banda sonora, sería sin duda una recopilación de "enshad", los himnos propagandísticos con los que esta organización acompaña los videos de sus atrocidades.
Una de las canciones más famosa es "Ummati qad lah fayr" (Mi nación, el amanecer apareció).
Artistas observan música yihadista
El artista egipcio Mustafa Said afirma que lo que cantan los yihadistas nada tiene que ver con los "enshad" auténticos, un género musical que se originó a partir de la lectura del Corán "de forma artística".
Los "enshad" tradicionales suelen ser a capela, aunque también admiten percusión y otros instrumentos.